Cuando Luis Federico Leloir recibió en Santa Fe el único homenaje popular que tanto mereció
A cuarenta años de la visita del Premio Nobel de Química (Parte II)
El Premio Nobel de Química, Luis F. Leloir (derecha), en Santa Fe. Imagen de la tapa de El Litoral del 29 de abril de 1983.
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La visita del doctor Luis Federico Leloir a la ciudad de Santa Fe, el 28 de abril de 1983, fue muy especial, desde el inicio de la misma y en todo su desarrollo. Ya a su llegada al aeropuerto de Sauce Viejo, el Premio Nobel de Química fue recibido con profundo cariño por las autoridades universitarias y provinciales junto a un nutrido grupo de periodistas.
Foto: Archivo
Al día siguiente, Leloir fue invitado por el doctor Osvaldo Panza Doliani a caminar por la peatonal San Martín, en donde se encontró con escuelas formadas en los cordones, algunas con pequeñas banderas argentinas, que lo victoreaban junto con el público adulto que allí se encontraba lo que lo sorprendió gratamente.
Una dama santafesina que caminaba en el lugar con un ramo de rosas, seguramente comprado en uno de los clásicos lugares de la peatonal, se acercó al Premio Nobel, y con un gesto cargado de emoción se lo ofreció al mismo diciéndole "por lo que hizo por nuestra patria", recibiendo el aplauso espontaneo de los que se encontraban en la cercanía.
El doctor Leloir fue recibido posteriormente en el Centro Comercial en donde participó de una conferencia de prensa rodeado por numerosos periodistas que asistieron a la misma motivados por su presencia. Por la tarde, dejó inaugurado en el Paraninfo de la UNL el "Curso de Bioquímica Superior", el que fuera organizado por la Facultad de Bioquímica y la Odafabi (Organización de Apoyo a la Facultad de Bioquímica), con la inestimable colaboración de la UNL, el Centro Comercial de Santa Fe, la firma Quelac SA, el Banco BICA y el Colegio de Médicos. Dicho curso se desarrolló durante dieciocho semanas, contando como disertantes con lo más granado de la investigación en Argentina y el mundo, quienes dependían del Nobel.
En el mismo acto, el entonces rector de la UNL, doctor Jorge Douglas Maldonado, le entregó el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad, el tercero entregado en la historia por la alta casa de estudios. Cuando se retiraba del Paraninfo, el público que no se había retirado del lugar, lo aplaudió calurosamente de pie, lo que agradeció con rostro conmovido.
Desde allí, el doctor Leloir junto con el doctor Héctor Torres fueron transportados en un yate por el Colegio de Bioquímicos de Entre Ríos hacia la ciudad de Paraná haciéndose cargo de los homenajes a partir de ese momento las autoridades de dicha institución. Lamentablemente me perdí ese maravilloso cruce del Paraná ya que como Decano de la Facultad de Bioquímica debía presentar al primer disertante del curso, el doctor Juan Carlos Vidal, para luego llevarlo a la vecina ciudad y alojarnos en el Hotel Mayorazgo hasta la hora de la cena homenaje que le brindó el Colegio de Bioquímicos de la provincia hermana a nuestro ilustre visitante.
La nota simpática estuvo dada cuando organizadores y autoridades, ya alojados en el hotel, decidimos sentarnos en el piso del pasillo del mismo que lleva a las habitaciones luego de horas de nerviosismo organizativo, para degustar cada una de las botellas de champagne que el hotel había dispuesto en las mismas. Como la reunión era ruidosa, apareció en la puerta de su habitación con un rostro que denotaba felicidad diciéndonos: "les falta esta".
Fueron sus investigadores los que manifestaron que este había sido el primer homenaje popular que recibía el doctor Leloir. Nos contaron también que en una ocasión volviendo Leloir de recibir un premio internacional al llegar a Ezeiza, observó por la ventanilla del avión que lo transportaba una multitud con banderas argentinas y llegó a imaginarse que lo estaban esperando, cuando en realidad al que esperaban era a un conocido boxeador que arribaba también del exterior.
Lo vivido en Santa Fe lo deja plasmado en la nota que le enviara al doctor Osvaldo Panza Doliani en donde expresaba:
"Estimado Dr. Doliani, me resultó muy agradable la estadía en Santa Fe y quiero agradecerle especialmente por haber sido el principal gestor. Tengo recuerdos muy gratos de los días que estuve allí. Deseándole el mayor éxito para el año 1982, le saludo muy cordialmente". Luis F. Leloir
La excelente relación generada con el propio Leloir y con su grupo, generó un proyecto muy interesante que consistió en enviar tres docentes de la Cátedra de Biología General a mi cargo para formarse en el Instituto, para que luego de alcanzar sus doctorados, fueran devueltos a la Facultad de Bioquímica acompañados por un investigador formado de aquel y generaran un centro de investigación en contacto permanente con el mismo. Lamentablemente al cesar en mi cargo como decano las nuevas autoridades no apoyaron este proyecto con lo cual quedó sin efecto.
Luis Federico Leloir fue un patriota ejemplar. Contribuyó calladamente a desarrollar la investigación científica y la enseñanza superior en el país, al que amaba profundamente y al que deseaba el progreso y el bienestar. Cuando políticas adversas motivaron el alejamiento de su maestro Houssay de la Universidad, optó por seguirlo y compartir con él las estrecheces y limitaciones de modestos laboratorios creados por generosas iniciativas privadas.
Leloir prefirió entonces la austeridad con honor y dignidad a las ventajas materiales que la emigración le hubiera asegurado. Su nobleza fue recompensada pues en ese primer Instituto Campomar de los años 40, realizó los descubrimientos iniciadores de una obra que con el correr del tiempo lo llevaría al Premio Nobel. Falleció el 2 de diciembre de 1987, contando con el reconocimiento de todo nuestro pueblo.
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