Santafesinos en los congresos contra el racismo y el antisemitismo, años 1938 y 1939 (Parte VIII)
Nuestra historia.
Santafesinos en los congresos contra el racismo y el antisemitismo, años 1938 y 1939 (Parte VIII)
Viernes 13.9.2024
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Última actualización 22:20
En nuestra entrega anterior, publicada en El Litoral del 10 de agosto pasado, insinuábamos el contexto provincial en el que se daban los acontecimientos que forman la base de este ensayo. Allí mencionábamos que a la provincia la gobernaba el dirigente conservador Manuel María de Iriondo ("Manucho", hijo de Simón de Iriondo), integrante de un núcleo o clan familiar que ocupaba posiciones de poder en Santa Fe desde el siglo XVIII, sea en forma directa o indirecta, a través de distintas alianzas matrimoniales y alguna que otra estrategia político-social.
En realidad, tal cual lo describe el destacado historiador sanjavierino Felipe Justo Cervera (1930-2020), "Manucho" era uno de los tantos personajes y personalidades de esa época que iban ocupando de esa forma cargos de relevancia en los asuntos de gobierno santafesino. Explica Cervera: "Lo decisivo es que, pese a las transformaciones institucionales, poblacionales, urbanas, espaciales, e infraestructurales y de servicios, pese a la incorporación del país y de la provincia al sistema mundial de economía, así como al inicio de industrias, este clan continua en el poder a todo lo largo del siglo XIX y, aún, primeras décadas del XX, hasta culminar con el gobierno de Manuel María de Iriondo Candioti Zavalla en 1937-1941" (*).
En otro trabajo, el mismo Cervera abunda en el tema, señalando lo siguiente: "Esa minoría se centraba en tres familias 'dueñas' del poder político (Vera Mujica, Echagüe y Andía, y Maciel), unidas por parentesco, más cuatro familias dueñas del poder económico (Diez de Andino, Lacoizqueta, Candioti, Larramendi). Las siete familias se unieron por vínculos matrimoniales, materializando un clan que dominaba a la ciudad y se ramificaba en otras seis familias, todas unidas endogámicamente, clan que se proyecta a los siglos XIX y XX: Cullen, de Iriondo, Aldao, Crespo, Iturraspe, Freyre" (**).
Es decir que "Manucho" de Iriondo, que antes de gobernar Santa Fe había sido diputado nacional (1900-1907), ministro de Hacienda del presidente José Figueroa Alcorta (1907-1910), presidente del Banco de la Nación Argentina (1910-1918), Interventor en la provincia de San Luis (1907), ministro de Justicia e Instrucción Pública del presidente Agustín Pedro Justo (1932-35), y que fuera uno de los fundadores de la Liga Patriótica Argentina -junto a lo más granado de la oligarquía vernácula como los Mitre, Martínez de Hoz, Pereda, Roca y otros más (1919)-, por múltiples caminos, sea por herencia familiar o carrera política, es como que estaba "predestinado" a ocupar esa alta función.
Manucho era, además, poseedor de grandes extensiones de tierras hacia el noroeste de la ciudad, tanto es así que dos localidades de la zona (Iriondo y Estación Manucho) llevan su nombre o lo tienen como referente. Una de sus estancias, Las Mercedes, ubicada no lejos de esos lugares, fue donada por su viuda (María Salomé Freyre) y hoy es propiedad de la orden salesiana (una de las tantas entre tambos y tierras), donde se realizan retiros espirituales, casamientos, confirmaciones, bautismos, comuniones y otras actividades religiosas
La población de la ciudad de Santa Fe apenas superaba los 125.000 habitantes, entre los cuales era notoria la presencia de inmigrantes italianos y españoles, así como su descendencia de primera generación, la mayoría profundamente católicos. Existía activamente la vieja clase política tradicional, la de los apellidos "ilustres y patricios" (Cullen, Iturraspe, Larguia, Candioti, Freyre, López, Iriondo, Crespo), todos dueños de grandes extensiones de tierras y empresas agropecuarias vinculadas a la exportación, a la vez que fueron sempiternos ocupantes de cargos gubernamentales, encumbrándose su carácter de guardián del orden establecido en favor de las élites tradicionales, al dominar los lugares claves del aparato del Estado para preservar su dominio.
Esa inmigración de la que hablamos demostraba pujanza, especialmente en las actividades económicas locales y a través de apellidos como Bobbio (inmobiliaria), Norman, Mihanovich, Casanello y Sarsotti (portuarias), Schneider (cervezas), Muzzio (construcciones), Vignolo (metalúrgicas), Colmegna y Castellví (editoriales), Macagno, Casabianca y Monti (lácteas), Lupotti, Franchino, Marconetti y Peresutti (molinos), Ariotti (asesorías), que empezaban a tener su relevancia. Una burguesía diferente, emprendedora y no rentística -de origen "plebeyo" por así decirlo- hacía su aparición y ocupaba un espacio significativo.
La vieja aristocracia local y la nueva burguesía van a establecer una suerte de pacto y así ir conformando una nueva élite político – económica lugareña. La Universidad Nacional del Litoral ocupaba un lugar relevante no solo en la formación de profesionales, sino también en lo cultural. En 1928 se había creado el Instituto Social, que desde 1935 estaba bajo la dirección del ingeniero José Babini.
Para ese tiempo, dicha institución llevó adelante un muy importante despliegue editorial y de radiodifusión. Su producción editorial para 1937 daba cuenta de una cartera de unos 2.500 clientes compuesta por profesores, bibliotecas e instituciones varias y particulares, que llegó a 2.800 clientes en 1939, no solo de Santa Fe, sino también de Entre Ríos y Corrientes, e incluso la Capital Federal y el exterior, abarcando diversos temas concernientes a la salud, la educación, el arte.
Sin embargo, y a pesar de que muchos universitarios estaban seriamente comprometidos con la causa antifascista, no se registra ningún título que hiciera referencia a esa cuestión, tan en auge en esos momentos. De todas formas, a nivel docente, recibió a diversos académicos que huían de las persecuciones del franquismo español, como Luis Jiménez de Asúa, o del fascismo italiano, como Beppo Levi o Aldo Mieli.
El gobierno de "Manucho" de Iriondo (1937-1941) nació como producto de una intervención federal en una década signada por el fraude electoral pero también por el crecimiento de la intervención del Estado y la modernización de las instituciones estatales. Como ministro de Justicia e Instrucción Pública de Justo, Iriondo había ido preparando el camino para intervenir el gobierno de Luciano Molinas del PDP. Con los gobiernos radicales antipersonalistas de Iriondo y su sucesor, Joaquín Argonz (1941-1943) se iniciaba en Santa Fe un proceso de transformación estatal, en consonancia con los cambios producidos a nivel nacional.
La singularidad de esas gestiones residió, por un lado, en la complejidad del aparato estatal y por otro en que, en el marco de un contexto caracterizado por alguna recuperación económica pero básicamente por el fraude electoral y el control social (***), el gobierno incrementó su intervención a través de la obra pública, estableciendo así un canal directo de comunicación con los más diversos sectores de la sociedad. Así, la buena voluntad del gobierno nacional para con el iriondismo se tradujo en programas de viviendas populares, extensión de la red caminera hacia el oeste -conexión de rutas y localidades-, hospitales y escuelas públicas en cabeceras departamentales e instituciones oficiales. Evidentemente, se buscaba obtener una legitimidad de sustitución, capaz de disimular los vicios en la construcción de la representación política.
El puerto de Santa Fe
Un dato que no debe faltar en el presente ciclo histórico es que a principios de los años 30, la ciudad de Santa Fe registraba una gran actividad en el puerto, que era de ultramar. Tanto es así que en la Primera Guía de la Provincia de Santa Fe (1932) se detallan con precisión los movimientos de exportación, importación, tránsito naviero, funcionamiento portuario, tasa de ganancia anual, fotografías, estructura y organización. Y se enumera, por ejemplo, que durante 1931 habían ingresado 322 buques de ultramar, provenientes mayoritariamente de Gran Bretaña (124), Grecia (47), Alemania (28), Estados Unidos (20) y Bélgica (20), pero también de Yugoslavia, Noruega, Holanda, Portugal, Suecia, Italia, Panamá, Brasil, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Japón y España, lo cual es indicativo de la direccionalidad del comercio exterior: Europa.
(*) Felipe Cervera. "Nepotismo y Economía en Santa Fe. Siglos XVII a XX" (en Revista Nº LXIV, Junta Provincial de Estudios Históricos, Santa Fe, año 2004.
(**) Felipe Cervera, "La sustentabilidad económica de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz. Siglos XVII a XXI", ensayo histórico, en Revista Nº LXXIV, Junta Provincia del Estudios Históricos, Santa Fe, año 2018.
(***) Sobre Ley de Imprenta (la "ley mordaza") y Ley de Defensa Social, ver El Litoral del 28 de junio de 1937 (página 3 y otras).