Pedido a la Municipalidad
MARÍA CLAUDIA PETTINARI
"En el barrio Guadalupe Este sufrimos un total abandono. Sin veredas y con yuyos de más de un metro de alto. Tres colisiones de autos en esa esquina de calles Tacuarí y Pavón, esta semana, una con heridos. Solicito urgente intervención de la Municipalidad de Santa Fe".
"Nos, los representantes del pueblo..."
LIDIA DE AV. CAPUTTO
"Por un medio escuché que los legisladores santafesinos se aumentaron el 120 %, ¡con los sueldos que tienen! A nosotros, que tenemos unos haberes totalmente deprimidos, nos ofrecen miserias de porcentajes. Se están riendo del pueblo, como lo dijo el periodista. Pero que tengan en cuenta que no nos vamos a cansar, que lo piensen un poco".
Una ciudad en ruinas...
CARLOS
"Las playas de Santa Fe: en la costanera, en barrio El Pozo, Los Alisos, Los Piletones del Parque del Sur están en total estado de abandono. Esta es una ciudad en situación deplorable. Una vergüenza por donde se la mire. En ninguna ciudad y menos capital de provincia, se ve en su entrada, salida, los asentamientos de todo tipo y color que hay aquí, así como montículos de basura en esquinas de cualquier barrio; veredas rotas, calles destruidas... No hay nada para visitar. Es una ciudad en ruinas. Lamentable. Encima no se puede pasear por lugares públicos porque está minado de mosquitos. ¿¿Qué se puede hacer??, ¿cuántos años hace que vivimos en estas condiciones miserables? Pareciera que es ex profeso, que es una ciudad para no sé qué... Dicen que es una provincia rica ¿adónde se ve eso? Con impuestos, alimentos, ropa carísimos, la luz más cara del país (siendo que desde diciembre estamos con una ola de calor, con temperaturas altísimas, por lo cual no podemos prescindir de los acondicionadores, del agua, etc...). Mientras que hay zonas a oscuras y otras con las luces las 24 horas prendidas. El trabajo en los barrios ha desaparecido ¡¿qué hubiera pasado si llovía?!, pero se agarran de eso para no pasar la motoniveladora desde diciembre. ¿Los santafesinos nos hemos acostumbrado a vivir en este infierno? ¿Estamos anestesiados?".
Controles
UNA CIUDADANA
"Soy una señora mayor y hace unos días, yo salía del médico, en zona céntrica, y tomé un taxi que anduvo 10 ó 12 cuadras, me cobró bien cobrado y me hizo bajar porque según el taxista, el auto se le calentaba mucho. Me pregunto si la Municipalidad controla o no a los vehículos que prestan servicios públicos. Estos y otros problemas son de la ciudad, como el de los árboles que no podan; con profesionales que vienen a los barrios que hacen tirar abajo árboles que están en buenas condiciones y los que deben ser podados quedan igual, etc., etc.".
A 40 años de la democracia
DR. MARIO PILO
Tiempo atrás, leí las interesantes consideraciones de dos sociólogos acerca de cómo en las épocas de crisis de las sociedades, o simplemente fomentando la idea de la existencia falsa de tales crisis, surgían personalidades autoritarias. Un tipo caractereológico de individuos ansiosos de poder, carentes de valores institucionales, arrasadores de cuanto de racional se les opusiera a sus concepciones autocráticas. Por supuesto, los aludidos sociólogos escribían sobre la realidad de su Europa, en épocas del surgimiento de los nazismos, fascismos, franquismos, etc., etc. Pero hete aquí que en el país de los argentinos, un 24 de marzo de 1976, surgió de las filas de lo que debía ser el Ejército argentino, un grupo autocrático. ¿Cuáles fueron las consecuencias de la asunción del poder?: desastre nacional, provocado por quienes proclamaban la iniciación de la reorganización nacional. Sobre las causas, sería largo para analizar, pero creo que puede enfocarse en algunas principales: 1) el autoritarismo, que negó toda participación que censuró el pensamiento que cegó conciencias, y cuando no fue posible, cegó la vida misma del disidente, que negó la democracia creadora con su desorden de superficie con la paz presunta de los cementerios; 2) un plan económico, que requería de tal autoritarismo que privilegió las minorías financieras, desprotegió al país, arruinó su industria y su agro, en una clara coincidencia con los dictados de las multinacionales; 3) el cercenamiento de todas las libertades públicas y la degradación de nuestra Constitución Nacional, agraviadas por textos espurios como lo fueron las actas y estatutos del
Proceso; 4) la destrucción de la cultura nacional y su sistema de valores, poniéndolos al servicio de la foránea; 5) la destrucción institucional en forma total. Desaparición de los partidos políticos, de los sindicatos, de la prensa libre, de los poderes del Estado, ya que el único no directamente usurpado, el Judicial, quedó sujeto a ser un mero poder de sanción sumiso del poder estatal o central. La desaparición del federalismo, de la Universidad Nacional, transformada en coto cerrado a las mayorías; fábrica infantil de supuestos especialistas de elite, necesarios para la subsistencia del establishment sin que ni siquiera pudieran dirigirlos, ya que solamente serían sus empleados con títulos.
Una advertencia se hace necesaria en este 2023 eleccionario. La primera es que el solo hecho de las urnas, de las elecciones, no es panacea universal. Es solo el comienzo de un arduo camino de reencuentro y de renacionalización del pueblo de los argentinos, el que solo unido podrá ser capaz de resolver sus problemas. En segundo lugar, no seré ampuloso, pero cometen el error de los que creen que la política es algo difícil, oscuro, que debe abandonarse, solo para esclarecidos o para castas. La política es una ciencia, un arte y un método, que requiere simplemente lucidez conceptual sobre unos cuantos puntos esenciales: conducta, honestidad, sensibilidad y capacidad de trabajo, en función del servicio; pero no podemos dejar de advertir que el país tiene problemas concretos, algunos inmediatos, de coyuntura, aun con implicancias estructurales y otros directamente de estructura. Y respecto de esto, va a ser muy difícil el recomienzo, cualquiera sea el gobierno electo en el presente año.
Quiero concluir compartiendo opiniones de jóvenes argentinos, de todas las extracciones, que nos demuestran una nueva forma de ver la política y el país y que constituyen en sí mismos un ejemplo de madurez para todas las generaciones. Muchos de estos jóvenes no ven futuro y se van del país; a otros directamente no les interesa la política, pero hay grupos juveniles que sí piensan concretamente y han dicho: no debemos hacernos eco de las campañas de difamación a las que fueron sometidos los partidos políticos en los últimos años y debemos sí escucharnos, disciplinadamente y encuadrarnos en lo estructural e ideológico dentro de la ley.
Necesitamos trabajo, esfuerzos, conductas éticas y equidad política en pos de objetivos y programas claros y democráticos, que aseguren justicia social, soberanía popular, desarrollo económico y acatamiento constitucional. Para eso, todos los argentinos bien-nacidos deben hacer una cosa: participación concreta y racional. De otra manera, resulta irreversible. No hay futuro.