La señora Mirtha Legrand, si quiere vota. Está en pleno ejercicio de sus derechos. Está en pleno derecho de sus habilidades, de sus conocimientos, de su memoria. Hagamos un alto. La señora Legrand está plena. ¿Por quién decidirá? Bueno, el voto es universal, secreto… y obligatorio hasta cierta edad. Mirtha no tiene edad, tiene existencia que no es lo mismo que una fecha.
Conozco a Carlos Bermejo desde que apareció en Rosario (es natural de VGG, Villa Gobernador Gálvez, cuando aún se dividía de la ciudad por campos y establecimientos agropecuarios) y siempre su destino fue la crónica de espectáculos. De a poco y con trabajo lo suyo fue crecer. Hace más de 33 años (31 con boato, en mitad pestes y estropicios) que organiza un encuentro como pide Lerner: "todo a pulmón". No está solo, la televisión lo acompaña porque renta comercialmente y en efluvios mediáticos.
Los Premios Magazine, que toman el nombre de su programa de TV, son a Rosario lo que Rosario es a sí misma. Nada tan rosarino como los Premios Magazine. Nadie los vota, nadie los confronta, no hay asociación, ni ONG… ni nada. Son Carlos, sus ganas…y sus pulmones.
Rosario, lo tengo escrito, musicalizado y cantado (en una Cantata) no tiene fundador, familias originales, un sitio, una fecha, algo fundante y dice con razón: "es hija de su propio esfuerzo". Carlos Bermejo armó este premio y todos los años reúne, en fechas posteriores a la mitad del año, a figuras convocantes de aquí y de allá. Allá, para que se entienda, es la luz y el relumbrón porteño; que de ambas cosas se trata. Para los del sitio es una oportunidad para la foto, el encuentro, el sueño y la comunidad de abrazos.
La mayoría de las veces vino Mirtha, natural de Villa Cañás y habitante de Rosario por la existencia de su mamá, maestra en tal ciudad. Mirtha es ella, más Martínez Suárez, fenomenal personaje del cine y… su hermano. Y hay cuestiones que deben precisarse, ella lo hace y no quieren escucharla. Habla de su primer filme, de los muchos que realizó, y habla de su marido, Daniel Tinayre, que tiene filmes memorables con colaboradores magníficos (deberían averiguar estos datos, esta es una crónica sobre Mirtha, cada uno de estos personajes merece su trato especial, como el de su hermana melliza, un puré que comerían Freud y el gordo Lacan con fruición)
Mirtha da como fecha, "su" fecha, la de la película que filmó siendo muy menor, en 1942, titulada "Los martes, orquídeas". Se trata de una comedia romántica argentina dirigida por Francisco Mugica y escrita por Francisco Oyarzábal, con argumento de Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari. El elenco está conformado por Enrique Serrano, Juan Carlos Thorry, Felisa Mary, Nury Montsé, Silvana Roth, Zully Moreno, Ana Arneodo, José Herrero, Juan Mangiante y… Mirtha Legrand, que tras haber actuado como extra en un par de filmes ("Hay que educar a Niní" y "Novios para las muchachas"), tiene aquí su consagración estelar. La escenografía fue de Ricardo Conord. Fue estrenada el 4 de junio de 1941 en el cine Broadway de Buenos Aires. (fuente: Wikipedia). Qué país, hubo una copia yanqui en 1942 (con Fred Astaire y Rita Hayworth), así como otra mexicana, de 1963. Nos copiaban… en fin.
Puestas las cosas en este punto, Mirtha está viva, vigente y lúcida ya en 1942. Conoce o sabe de una Eva Duarte joven y ansiosa, pero también sabe de una Libertad Lamarque que es expulsada del país por el peronismo. Caramba, la Legrand sabe del peronismo antes del 4 de junio de 1943, del 17 de octubre de 1945 y de febrero de 1946 (¿votó o no podía… o no quiso?).
Mirtha es "Testigo y Memoria" (tal cual he titulado un ciclo de quince años de entrevistas con personajes que existen y son, justamente, eso: una memoria y una testificación de lo sucedido), y pueden agregarse acontecimientos. "La Patota" y un caso de violación, filmada por Tinayre y con canciones de… Billy Cafaro. El teatro de "40 Quilates" pero eso es un andarivel. La ropa, los costos, los diarios, los personajes, la sucesión que lleva a Frondizi, militares, Illia y más militares. El desarrollo de Villa Cañás y de la Rosario que conoció con su mamá. Perón y la vuelta de Perón. El cadáver de Evita. Isabelita. Montoneros. Su comida y la prohibición de su comida. Ese remedo de "Almorfando con la Chona", que no pudo voltear una cuestión tan firme que no cabe otra posición que la de hincarse y decir: nos rendimos.
Hace muchos años, en el diario El Mundo (época que lo sostenían capitales del ERP) escribí que el año 2000 no nos encontraría "unidos o dominados", sino reunidos para mirar los almuerzos de Mirtha Legrand. Y en este 2023 los estamos esperando porque pueden ser. Toda ilusión encierra el aliento de una certeza posible que entusiasma a seguir.
Pero en "La Noche de los Magazines 2023", cuando todos querían una foto con Mirtha y ella, demostrando eso que es su vida, el estado de alerta ante la realidad, con el micrófono y las cámaras funcionando lo miró a "Pablito" y le dijo "ganaste por poco" y Bermejo acotó "aquí está Juan Monteverde que por primera vez viene a los Magazine"… Habló de las elecciones municipales de Rosario entre un Javkin con 20% a favor y 80% que no lo votó y "la esperanza joven" que se reduce a Juan Monteverde y el siglo XXI. Mirtha me ofertó, al aire de la filmación… en vivo, con la repentización que la caracteriza, un destello de la deuda que tienen, que tenemos.
En la mesa estaba Omar Perotti sobre su mano izquierda y Javkin sobre su mano derecha (para los cubiertos de la cena) y apareció, para ambos, un baño de realidad. Se corrían o les pedían que sacasen la foto. Chasirete o córrete, gobernador, hace las veces de fotógrafo o córrete intendente…
Mirtha dijo "me parece que empezaré a cobrar por las fotos". Habló de entregar ese dinero a una fundación. Ese cerebro no se calla. Qué cosa. Mencionó sus 96 años y me dije… y ahora escribo: no dejemos escapar a Mirtha. Todo recuerdo es visión y olvidos. Pero ella es protagonista. Es "Testigo y Memoria" del siglo XX. Atrapar sus recuerdos, por qué no sus regalos y pequeños objetos atesorados, son parte de una historia donde estamos incluidos.
Sé que es difícil desde una posición pedestre, como la del gobernador o el intendente, entender que Mirtha es –se quiera o no se quiera- un hecho histórico en sí y que desdeñar la historia que Mirtha encierra con solo respirar… y recordar, es un desperdicio tremendo, un desdén irrecuperable y por tan importante olvido me aflijo. Recuperar esa memoria es valioso, diría que es criminal no hacerlo.
Recordaba Atahualpa Yupanqui que Ricardo Rojas le decía: "Cada vez que se muere un gaucho en La Pampa se muere una biblioteca de nuestras cosas". Hay más, esto que sigue podría definir de qué hablamos cuando hablamos de los nuestros. Y cierta, o no, la anécdota es valiosa; a propósito del "Grande Giorgie". Invitado por primera vez a los almuerzos se cuenta que Borges dijo: "¿Oú est la Le Grand?". Conviene citar a Borges porque con él está bueno cerrar este pedido de trabajo cultural en serio en Villa Cañás, Rosario y la Provincia.
Hagan algo con la existencia de Mirtha como lo que es. No hacerlo es pasar por la función pública sin haber entendido lo alto del homenaje y la mochila: representar la custodia del pasado, trabajar el porvenir día por día para procurar un mejor mañana. Cuando Borges llegó ya estaba la ciudad por eso dice: "…a mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires…" Cuidado, los pergaminos dicen - sin dudar - que llegamos y Mirtha estaba, su vida es historia menuda, individual y definitiva. El poema que aún discute su título ¿Mitológica o Mítica? (según qué impresión y qué corrección del autor) ayuda a la advertencia: la juzgamos tan eterna como el agua o el aire.