Según el Modelo Social de la Discapacidad, se considera que una persona tiene discapacidad cuando existen barreras que impiden su participación en la sociedad en igualdad de condiciones. Es decir, la causa de la discapacidad no es inherente a la persona, sino que se encuentra en las limitaciones sociales para considerar sus necesidades y prestar servicios apropiados. Estas barreras a la inclusión tienen como consecuencia la vulneración de derechos de niñas, niños y adolescentes con discapacidad.
Por ejemplo, tienen mayor probabilidad de ser pobres, de no asistir al colegio o hacerlo segregadamente, de sufrir discriminación, bullying y crianza violenta. Muchas veces se invisibiliza y sobreprotege, y también hay desconocimiento sobre sus derechos y trámites para obtener el Certificado Único de Discapacidad (CUD). El CUD acredita la situación de discapacidad de la persona y le permite acceder a derechos y prestaciones que brinda el Estado por ley para mejorar su calidad de vida: prestaciones de salud, apoyo en educación, mayores montos de asignación por hijo, y transporte gratuito, entre otras. Desde las gestiones locales, también suele haber barreras como la desarticulación que impide el trabajo intersectorial, o un enfoque asistencial y limitado a salud.
La iniciativa Municipio Unido por la Niñez y la Adolescencia (MUNA) de Unicef busca, en una de sus líneas de trabajo, promover los derechos de niñas, niños y adolescentes con discapacidad. El organismo brinda apoyo a los municipios para que diseñen, formulen y mejoren las políticas locales destinadas a este grupo, fomentando y profundizando la perspectiva del Modelo Social.
Esto se hace a través de acompañamiento y asistencia para que los municipios realicen un autodiagnóstico, capacitaciones con propuestas prácticas en guías, materiales para realizar dichas acciones, y tutorías para apoyar el avance de los planes y compartir experiencias. Al momento, veintidós municipios de ocho provincias validaron un Plan de Acción trianual sobre discapacidad, y dieciocho ya se encuentran trabajando para que se acorten las brechas de inclusión de las chicas y los chicos con discapacidad.
Gracias al trabajo en conjunto con los municipios, los planes incluyen acciones como el establecimiento de protocolos para la detección temprana y seguimiento de la discapacidad de forma interdisciplinaria; organización de actividades recreativas y participativas inclusivas; y el incremento de la accesibilidad del espacio público con rampas, señalización en Braille o juegos adaptados. Además, se busca fortalecer la generación y sistematización de datos y estadísticas sobre infancia y adolescencia con discapacidad y su situación, para su utilización en el diseño e implementación de políticas inclusivas. A su vez se incentiva la realización de campañas de sensibilización e información ciudadanas, así como capacitaciones para funcionarias y funcionarios municipales.
Urge que toda la sociedad y tomadores de decisión acepten las diferencias y se comprometan a proporcionar igualdad de oportunidades para remover barreras que impiden la inclusión de personas con discapacidad y su participación. Los Planes de Acción municipales validados por Unicef apuntan a ello.
(*) Oficial de Política Social de Unicef Argentina
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