Queridos Amigos. Muy buenos días a todos. ¿Cómo están? Espero que bien. El tiempo de Cuaresma que estamos transitando, es un camino que nos está preparando para celebrar las Fiestas Pascuales, que nos invita a la conversión.
Queridos Amigos. Muy buenos días a todos. ¿Cómo están? Espero que bien. El tiempo de Cuaresma que estamos transitando, es un camino que nos está preparando para celebrar las Fiestas Pascuales, que nos invita a la conversión.
En el texto del Libro del Éxodo se nos narra una profunda y fascinante experiencia de Dios que tuvo Moisés en el desierto.
Ahí se nos dice: “...Moisés cuidaba las ovejas de Jetró, su suegro... Una vez llevó las ovejas muy lejos en el desierto hasta llegar a Horeb, la montaña de Dios. El Ángel del Señor se presentó a él bajo las apariencias de una llama ardiente, en medio de una zarza".
"Moisés vio que la zarza ardía, pero no se consumía. Moisés se dijo: «Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver por qué no se quema la zarza». Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: «Moisés, Moisés». El respondió: Aquí estoy. Dijo Dios: No te acerques más; quítate tus sandalias porque el lugar que pisas es tierra sagrada”. Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
Mis queridos amigos: Moisés, que era un simple pastor, -tal como dice el texto- llevaba su rebaño todos los días al mismo lugar de pastoreo, a los pastos conocidos. Un día, se fue más lejos que de costumbre, dejando de hacer siempre lo mismo y su vida cambió.
Sin lugar a dudas, se trata de un mensaje profundo para cada uno de nosotros y para nuestra Patria Argentina. Muchos años de hacer siempre lo mismo, nos llevaron al lugar donde hoy estamos. Lamentablemente, una Patria tan bella, quedó empobrecida. ¿Será que no pudimos o no supimos cuidarla bien?
Hace tiempo, Tomás Bulat en su libro: “Estamos como somos”, se preguntaba: ¿Los argentinos, somos un pueblo maravilloso, un gran pueblo, o una sociedad mediocre…? ¿Tenemos un destino de grandeza, condenados al éxito, o en realidad nada de eso? Y él mismo respondía: Como estamos depende de cómo somos. Si no estamos como queremos, los principales responsables –sin lugar a dudas- somos nosotros.
¿Qué significa hoy para nosotros y para nuestra Patria ir más lejos que de costumbre?, me sigo preguntando. Moisés, salió de lo rutinario, de lo cotidiano se abrió a una realidad desconocida y se encontró con la zarza ardiente, con el Dios mismo que cambió su vida.
Ir más allá de las “propuestas políticas y económicas de siempre que nos empobrecieron”, en nuestro caso concreto, significa abrirnos a lo nuevo, a lo desconocido. Si queremos verdaderamente mejorar la vida en nuestra patria, en la Iglesia y en nuestras familias, debemos buscar caminos nuevos. Hace tiempo - Albert Einstein- nos decía: no se pueden esperar cosas nuevas haciendo las cosas de la misma manera.
La situación de hoy, más que de discursos vacíos, nos pide actitudes nuevas, comportamientos ciudadanos y cristianos ejemplares. Y hay muchos hombres y mujeres que nos inspiran.
Moisés, deja su rebaño, deja su estilo de vida y se transforma en un líder, en un instrumento en las manos de Dios.
El publicano Zaqueo, después de haberse encontrado con Jesús, exclama: “La mitad de mis bienes voy a repartir entre los pobres”.
La Madre Teresa de Calcula a los 36 años se convierte, deja su vida cómoda siendo profesora en la prestigiosa High School de Calcuta y se dedica a los pobres y leprosos.
Martin Luter King, deja su vida tranquila y se involucra en la vida de sus paisanos negros… El mismo decía: “No tengo miedo a los violentos que gritan. ¡Tengo miedo a los que no hacen nada!" Estas palabras resuenan con mucha fuerza hoy en nuestra patria.
Yo también tengo miedo a los violentos, a los que no hacen nada y critican todo. Tengo miedo a los que defienden más a los victimarios que a las víctimas. Tengo miedo a los jueces que liberan fácilmente, sin investigar a los violentos, a los delincuentes y ladrones…
Los sabios buscan soluciones, los ignorantes buscan solo culpables. Y usted querido amigo, ¿qué actitud toma, qué compromiso asume, de qué lado está? No podemos seguir siendo hombres tibios, adormecidos, o peor todavía, mirar solo nuestro propio ombligo, calculando lo que nos conviene.
Moisés –dice la Palabra de Dios de hoy- se fue más allá de lo cotidiano, y su vida cambió y la vida de su pueblo también. Usted: ¿Qué se propone…? Seamos sinceros: si no se propone nada, no va a hacer nada.
Finalizando esta reflexión, pensemos unos minutos preguntándonos: ¿qué me pide o que nos pide a todos el Señor aquí y ahora en nuestra Patria?
Que Dios nos bendiga
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