Por Marwan Sarwar Gill
En el islam no hay ninguna celebración o ceremonia especial en relación con el año nuevo, pero el calendario islámico tiene una importancia enorme para los 1900 millones musulmanes en el mundo, especialmente para precisar la fecha de los eventos religiosos.
Por Marwan Sarwar Gill
El pasado 10 de agosto, el mundo musulmán realizó la celebración del año nuevo que marca el inicio del 1443 según el calendario islámico. En el islam no hay ninguna celebración o ceremonia especial en relación con el año nuevo. No obstante, en algunos países como Arabia Saudita, Indonesia o Túnez el año nuevo fue declarado un día feriado.
El calendario islámico fue introducido algunos años después del fallecimiento del profeta Muhammad por Umar Bin Khattab, que era el segundo Jalifa y sucesor espiritual del profeta del islam. A diferencia del calendario solar, el islámico es un calendario lunar y tiene aproximadamente diez días menos. Por lo tanto, el año nuevo islámico hace cada año una rotación por aproximadamente diez días conforme el calendario gregoriano. El calendario islámico tiene doce meses y cada nuevo mes empieza con la vista de la luna creciente.
El calendario islámico tiene una importancia enorme para los 1900 millones musulmanes en el mundo, especialmente para precisar la fecha de los eventos religiosos. Por ejemplo, el ayuno islámico se realiza cada año durante el mes de Ramadán, que es el noveno mes del calendario islámico.
También la peregrinación a la Meca, que es otro de los cinco pilares principales del islam, se hace desde el 08 hasta el 12 del mes Zul-Hayy, el último del calendario islámico. Los primeros diez días del primer mes Muharram también son fechas importantes para el mundo musulmán, en particular para la corriente shiita. Durante este período los musulmanes conmemoran el martirio de Imam Hussain, el nieto del profeta Muhammad, en la batalla de Karbala.
El inicio del calendario islámico es la migración del profeta Muhammad que ocurrió en el año 622 DC (según el calendario gregoriano). La migración, denominada “Hiyrat”, es uno de los acontecimientos más significativos en la historia del islam. Meca es la ciudad natal del profeta Muhammad y el lugar donde surgió el islam. No obstante, los primeros musulmanes fueron perseguidos en Meca y eran el blanco de la violencia durante un periodo de 13 años tras el surgimiento del islam. Cuando los jefes de Meca decidieron a matar el fundador del islam, el profeta Muhammad migró de Meca a Yazrib donde los musulmanes podían practicar libremente su nueva religión y vivir en armonía con los no musulmanes. El nombre de Yazrib luego cambió en Medina, que significa en árabe “ciudad” y es la abreviatura de “Medinatur Rasul” (la ciudad del profeta).
La migración del profeta a Medina fue la apertura de una nueva era y puso un fin a la permanente tortura y persecución de los musulmanes. Medina se convirtió en la sede principal y después Meca en el segundo lugar más importante de la religión islam. La migración tiene un significado tan profundo en el establecimiento del islam que incluso la revelación del Corán es dividida entre los capítulos anterior y posterior a la migración.
En conclusión, conforme el calendario islámico estamos en el año 1443 después de la “Hiyra” (migración) y el año nuevo es la fecha para recordar la migración milagrosa del profeta Muhammad.
*Marwan Sarwar Gill es Imam (teólogo islámico) y presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina.