Lunes 8.1.2024
/Última actualización 4:53
Un tema, uno solo, aflige absolutamente en la provincia y la ciudad: comparados con el país somos un desastre, un fracaso y una frustración. No es nuevo. Molesta mirar hacia atrás. Los muertos como estadística anual. El problema "narco". La ciudad tomada. Nada es casual. Hay una relación, íntima y directa, entre cuanto sucede hoy, lo que pasó ayer y así, sin solución de continuidad, hacia el pasado más lejano... pero cuidado: también puede ser/es el campanario que anuncie que mañana seguirá del mismo modo. Del mismo y trágico modo. El adjetivo "trágico" es de mi responsabilidad.
El presente lo resuelven tres Poderes Ejecutivos. Dos de ellos son cercanos y se les puede reclamar por su gestión. Reclamarle a Javier Milei es pensar que la tragedia de Medellín no sucedió. El 56 % del país, en todos y cada uno de los casos nacionales, debe reclamarle al morocho… que cada día canta mejor. Sin vueltas, quien desee reclamarle a Milei puede, con igual eficacia, "cantarle a Gardel".
¿Cuáles son los reclamos por este presente? Cambiar el futuro atendiendo los datos del presente y los antecedentes es la tarea del gobernante. Esa es la misión de los Ejecutivos votados. La gestión es el sujeto a desarrollar. Maximiliano Pullaro con una amplitud electoral que se convierte en exigencia, debe hacer algo sobre el tema. Mejorar el presente es imperativo. Con él se produjo el retorno del radicalismo y el enojo y molestia de su enemigo interior: los y las socialistas, con una cuestión sin resolver: ¿los socialistas son o no son minoría territorial? Obturan o aplauden… ahí está el dilema.
Pablo Javkin, pese a ser el conocido, o por ser el conocido, fue a quien se eligió por un puñado de votos (no más de 16.000 en una elección poco menos que de opción), pero su legitimidad es absoluta. Es mucho lo que debe hacer, básicamente si su destino es el de "candidato a gobernador", algo que también estaría deseando la señora Clara García, al menos según sus más entusiastas acompañantes.
Pullaro debe responder provincialmente. Hay estadísticas muy claras que él debe enfrentar. La Ley de Narcomenudeo parece ser su primer movimiento. La lupa sobre el Ministerio Público de la Acusación (MPA), otro ítem que no puede descuidarse y mucho menos liberar. Por detrás y sin excusas el más duro interrogante: ¿Qué hace el gobierno provincial con un flagelo que tiene geografía cercana y legislación federal lejana y turbia? Convivimos con puertos internacionales y un "corruptoducto" que contamina demasiado.
Javkin debe responder "regionalmente". Sí, se insiste en esto: es regionalmente responsable por otros cuatro años (sigo con la insistencia: Región Rosario, la visión de ciudad sólo encierra y es un mal argumento para lavarse las manos). Y ambos, a su vez, deben manejar datos de hoy y recuerdos del ayer. En ese ayer estábamos todos, cada uno con lo suyo. Entendámonos: Javkin y Pullaro no nacieron, política y socialmente, el 10 de diciembre del 2023. Ya sabían de qué se trataba cuando asumieron.
Veamos el presente. Córdoba y Santa Fe son provincias especulares. Ciudad de Córdoba y Ciudad de Rosario las más singulares de esa relación que se insiste, es especular. El colega Leo Graciarena escribe en La Capital de Rosario lo siguiente: "Con los 259 asesinatos registrados durante 2023, el departamento Rosario terminó de redondear el cuarto año consecutivo superando los 200 crímenes anuales. El año que acaba de terminar se instaló en la estadística de las muertes violentas de la ciudad como el tercero más virulento de la historia, por detrás de los 287 de 2022 y los 271 de 2013. El cuarto en cantidad de víctimas altamente lesivas es 2014 con 254".
Graciarena no desnuda culpables en el pasado, no bucea, su centralidad en el presente es muy descriptiva, nadie puede esconderse del fulgor de estos datos. Debo insistir: carguemos el pasado porque todos estábamos presentes. Alguien era gobierno en cada uno de los casos (años) mencionados. "En Rosario, tres de cada cuatro muertes se dieron en el marco de organizaciones criminales y/o economías ilegales. A la hora de buscar comparaciones, la primera opción que se presenta es Córdoba, una ciudad de magnitud similar a esta. Durante 2023, La Docta tuvo 46 crímenes, es decir un 560 por ciento menos que los ocurridos en Rosario. Toda la provincia de Córdoba, también similar en números, tuvo 102 asesinatos en el año, mientras que Santa Fe casi que la cuadriplicó con 395 homicidios" (Graciarena).
Bucear (repito el verbo) es necesario para atender/entender un hecho: la continuidad del problema y sus consecuencias. Malos gobiernos que resolvieron de modo pésimo un asunto complejo, integral y nocivo al punto de la agonía (¿muerte?) de una sociedad con una realidad que descompensa: narcotráfico e inseguridad urbana, con la consecuencia de corrupción estructural y código narco mandando en las calles.
En El Litoral, el colega Mario Cáffaro anuncia: "El gobernador Maximiliano Pullaro creó la Unidad Ejecutora de Infraestructura en materia de Seguridad Pública y Penitenciaria, con dependencia directa del Poder Ejecutivo y designó como titular del organismo a Diego Leone, un ingeniero ligado al socialismo que ocupó diferentes cargos en las gestiones del Frente Progresista, entre ellas Secretario de Hábitat".
La razón de esta designación aparece ante la superpoblación carcelaria, esa sería la razón para nombrar un ingeniero en temas de seguridad. Así lo aclara la nota: "(…) ante la necesidad de ampliar la capacidad carcelaria, tema que provoca permanentemente choques entre el Poder Judicial y el Ejecutivo por razones de hacinamiento e incluso con detenidos en comisarías y fugas constantes". Un ingeniero, ex funcionario socialista.
Se insiste: el ayer hay que cargarlo en la mochila para caminar. De ese pasado, que obstinadamente olvidamos, hay que resaltar los cuatro años de Omar Ángel Perotti y un detonante sobre el que ya se ha escrito en estas columnas: Marcelo Fabián Sain. Hay un eje que Córdoba y Rosario sostienen de manera diferente. Este tema, que hoy es jurídico policial, es uno de los aceleradores del estropicio sobre el que debe gobernar Pullaro y hacerse cargo Javkin. Transcribo: las cosas en su punto, en su salsa. Un concursante con altísimas calificaciones gana eso, un concurso para ejercer un más que altísimo cargo y es contratado. Único concursante. Traje a medida, podría inferirse. Único cargo y todos los secretos de Estado que tan alto sitio permite. Podríamos usar un remedo: "… en virtud de pactos preexistentes".
Esto fue escrito y publicado hace un tiempo (no se ha vencido, aquel texto sigue): "Las cosas en su más finísimo punto de 'salpimentación'… el funcionario pide permiso sin goce de sueldo para ese cargo concursado y, ya que cambió el signo ideológico del gobierno, pasa a la vereda de enfrente, es nombrado investigador de los que estaban en ése juego e ipso facto (sobre el pucho, al toque) comienza perseguir a gente a la que conoce o de la que, esto es riguroso, conoce sus entresijos ...".
No es sencillo olvidar, requiere un esfuerzo de distracción. ¿Perotti no sabía a quién hizo jurar como ministro? Hoy el olvido -simulado olvido- no puede eliminar que los descalabros están todavía bailando en los estrados, mientras nombres como los de Matías Edery junto a Luis Schiappa Pietra se siguen mencionando.
Hoy Sain está acusado, encartado, con los dedos pintados. Hace doce años, ocho años, cuatro años… era un sujeto con demasiada impunidad social, política, mediática y ya no es sencillo su porvenir. El equilibrio de la provincia no es fácil, pero no es desde hoy, hubo 271 asesinatos en 2013. Algo venía mal desde muy atrás. Sain destruyó lo que tocó pero es raro el final. Ya no se lo menciona.
Felipe Michlig y Armando "Pipi" Traferri, desde el Senado, resistieron a Sain y un costado, demasiado escorado, del MPA. Hoy están ellos en funciones, como resultado del voto popular. A Sain los santafesinos nunca lo votaron, alguien lo nominó por pedido de alguien. No es un destrabalenguas. Es un misterio.
Todo eso hoy es olvido… aparente. Mirar otra vez las estadísticas de violencia extrema, de muerte, obliga al asombro ante la diferencia entre una y otra provincia. Y exige repreguntar: ¿Nadie sabía nada? ¿Nadie tiene culpas por olvido u omisión? ¿No se encuentran razones en el plano municipal, provincial, nacional? ¿Tiene la culpa el puerto y sus salidas internacionales? ¿Es simplemente inoperancia? ¿Los cordobeses tienen mejores pactos espurios que alivian la violencia?¿Tienen mejores funcionarios?
No debemos responder desde el periodismo, nuestra tarea básica es hacer las preguntas. Como argumento lateral de cuanto nos pasa citemos a José Hernández: "Porque saber olvidar también es tener memoria".