Por Tania Krämer - Agencia Deutsche Welle
Dicha localidad, situada en la Cisjordania ocupada, es conocida en todo el mundo como el lugar de nacimiento de Jesús. Para estas festividades suele ser muy bulliciosa, pero este año se cancelaron las mismas debido al conflicto en la Franja.
Por Tania Krämer - Agencia Deutsche Welle
Los preparativos de la Navidad siempre han sido lo mejor, dice Nuha Tarazi, mientras coloca un cuenco de galletas navideñas sobre la mesa de la cocina. Pero este año ha sido muy diferente, porque ni adornos navideños hay en su casa. "Siempre esperábamos con ilusión cada año los festivos", dice Tarazi, profesora de inglés jubilada. Hace seis años que no recibe permiso de las autoridades israelíes para visitar a sus familiares en Gaza. "¿Quién quiere ahora pensar en las celebraciones navideñas con lo que está sucediendo?", dice.
En Navidad, a sus familiares de la Ciudad de Gaza normalmente se les permitía visitarla en la Cisjordania ocupada. Tarazi nació en Gaza, pero ha vivido en Beit Sahour, una ciudad vecina de Belén, durante décadas. Mucha gente aquí tiene familiares y amigos en la Franja de Gaza, donde todavía hay una pequeña comunidad cristiana. Para festivales como Navidad o Pascua, las autoridades israelíes generalmente otorgaban los codiciados permisos de salida a los cristianos palestinos en la Franja de Gaza, aislada desde que gobierna el grupo islamista Hamás hace diecisiete años.
Nuha cuenta que en realidad nunca estaba claro si esos permisos de salida llegarían y muchas veces no se permitía salir a todos los miembros de una familia. Algunos años, el número de permisos de salida estuvo muy limitado, dependiendo de la situación política. Pero al menos había esperanzas de verse durante las fiestas y pasar tiempo juntos. Ahora, sin embargo, todo vuelve a ser diferente.
El cruce fronterizo de Erez en Israel ha estado cerrado desde los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre pasado en el sur de Israel y el conflicto armado subsiguiente. Esto supone que la ruta hacia la Cisjordania ocupada y hacia Jerusalén está cerrada. Pero Tarazi, además, está de luto: su hermana murió en octubre en un ataque israelí contra un edificio situado en los terrenos de la iglesia ortodoxa griega Porphyrius, en Ciudad de Gaza. Según un comunicado del Patriarcado greco-ortodoxo, en el ataque murieron dieciocho personas, muchas de las cuales habían buscado refugio en el lugar.
"Estoy aquí sola y no sé cómo afrontarlo. Mis pensamientos sólo giran en torno a lo que está sucediendo allí en Gaza", dice Tarazi, luchando por mantener la compostura, y añade que ni siquiera pudo estar en el funeral. La preocupación constante por otros hermanos y familiares la mantiene en vela día y noche, ya que la comunicación también es difícil. "Lo único que me ayuda es ir a mi jardín, ver mis flores y cuidar de ellas", dice.
A Nuha Tarazi no es a la única a la que no le dan ganas de celebrar la Navidad este año. En Belén, lugar de nacimiento de Jesús, tampoco habrá festividades navideñas. La Plaza del Pesebre, frente a la Iglesia de la Natividad, normalmente repleta de miles de visitantes locales y extranjeros durante la temporada navideña, está vacía. La ciudad no ha colocado el gran árbol de Navidad ni el tradicional pesebre, y no se ven por ninguna parte adornos ni luces navideñas.
"No hay ambiente de fiesta, no hay celebraciones por lo que está sucediendo en Palestina, en Gaza", dice Basel, que vende pollo a la parrilla en la calle de la Estrella, que conduce a la Plaza Manger. "Normalmente hay mucha gente de todo el mundo, de diferentes religiones, pero no hay ningún ambiente navideño", dice Yara Alama, que vive en Belén. "Tienes la sensación de que no puedes sentir ninguna alegría por la guerra y por lo que le está pasando a la gente en Gaza".
La Iglesia de la Natividad, construida sobre el lugar donde se cree que nació Jesús, también está inusualmente vacía y silenciosa. No hay largas colas de gente esperando para visitar la estrecha gruta en la que una estrella de plata marca el lugar sagrado.
Issa Taljieh, nacido en Belén, es párroco de la Iglesia ortodoxa griega desde hace 12 años. En todo el tiempo que lleva ahí, dice, nunca ha vivido una Navidad tan triste. "La gente está afligida por lo que está sucediendo en Gaza", dice. "Es la primera vez que veo así de vacía la iglesia de la Natividad, el lugar donde nació Jesús. Incluso durante el Covid-19 todavía había gente de aquí que venía y celebraba la Navidad con nosotros".
Durante la pandemia, hasta el año pasado, en que Belén volvió a celebrar la Navidad, los visitantes extranjeros no podían viajar a la ciudad y, como resultado, su industria turística, de la que depende enormemente, se vio muy afectada. Desde los atentados terroristas perpetrados por Hamás el pasado 7 de octubre, el acceso a la ciudad, que ya está aislada de Jerusalén por el muro de separación israelí, se ha vuelto aún más difícil. El Ejército israelí ha colocado barreras en muchas vías de acceso, que la gente tiene que cruzar a pie y los coches sólo pueden circular durante determinadas horas.
En la Franja de Gaza han muerto más de 20.000 palestinos en los ataques israelíes, según el Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás. Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (la OCAH), al menos 491 palestinos han muerto también en Cisjordania, más que cualquier otro año desde que el organismo comenzó a registrar las víctimas, en 2005. En Israel, más de 1.200 israelíes y extranjeros fueron asesinados en los ataques terroristas perpetrados por Hamás el 7 de octubre. Se cree que unos 129 rehenes siguen cautivos en Gaza.
Issa, un sacerdote cuyo nombre significa "Jesús" en árabe, intenta ayudar a su congregación en estos tiempos difíciles. "No podemos celebrar en Belén mientras la gente muere allí en Gaza, mientras sus hogares son destruidos, se quedan sin hogar, sin comida, sin un lugar seguro y en medio del invierno. Debemos incluirlos en nuestras oraciones y rezar por la paz y la seguridad", afirma.
Si bien se cancelan las festividades en la ciudad, las liturgias navideñas en la Iglesia de la Natividad sí se celebrarán. Cada 24 de diciembre el Patriarca Latino de Jerusalén hace su entrada en Belén, pero este año tuvo que hacerlo sin el acompañamiento musical de los grupos scouts palestinos. También tendrá lugar la tradicional misa de medianoche. Unas dos semanas después, las comunidades ortodoxas celebrarán sus festividades navideñas, siguiendo su propio calendario.
Con el sufrimiento actual y la situación desesperada en la Franja de Gaza, es importante sacar fuerzas de la fe, dice Rami Asakrieh, párroco de la parroquia latina de la iglesia de Santa Catalina en Belén. "Necesitamos la Navidad ahora. Sí, será una celebración sin música, sin scouts, sin festividades", afirma. "Pero es importante que mantengamos los rituales religiosos, que haya un mensaje de paz de esta ciudad para el mundo, un mensaje de paz que emana del lugar de nacimiento de Jesús".