Por Roberto Casabianca
Debemos admitir que la pandemia tiene serias posibilidades de convertirse en una endemia, para lo cual habrá que disponer de refuerzos de las vacunas contra las nuevas variantes.
Por Roberto Casabianca
"Cuando los métodos terapéuticos disponibles han resultado ineficaces para la atención de un enfermo, el médico puede permitirse usar procedimientos terapéuticos nuevos o no aprobados", Declaración de Helsinki.
Estamos frente a un grotesco, con vacunas altamente insuficientes y con resultados dudosos frente a las nuevas variantes, especialmente la de Manaos y la Sudafricana, con evoluciones mucho más rápidas de la enfermedad y con contagiados más jóvenes, con Terapias Intensivas ocupadas totalmente, con falta de oxígeno medicinal, con la instalación de un hospital militar frente al Cullen por falta de camas en el nosocomio, y pese a ello numerosos profesionales médicos se siguen resistiendo a la utilización del Ibuprofeno inhalado (IBP) más allá de su uso en varias provincias de nuestro país.
A raíz de una solicitud realizada ante la defensoría del Pueblo por parte de un grupo de más de 300 investigadores del CONICET, ciudadanos y organizaciones pidiendo la aplicación de este medicamento, ésta elevó un pedido al Ministerio de Salud de la Provincia y a la ANMAT, apoyándolos para su utilización como uso compasivo, pero aún sin respuesta del organismo nacional.
Es muy interesante destacar la satisfacción de la Defensoría del Pueblo ante la Resolución de la Ministra de Salud de la Provincia expresando al respecto el Defensor del Pueblo de la Provincia Raúl Lamberto, "El decreto de la cartera sanitaria le dará a los profesionales de la salud una importante herramienta para tratar los casos más complejos de este nuevo coronavirus. El tratamiento con Ibuprofeno inhalado ha demostrado importantes beneficios en otras provincias del País y en Santa Fe cuenta con el aval de expertos e investigadores".
Importantes resultan las declaraciones del Médico Gustavo Villar que trabaja en la Fundación Respirar una entidad benéfica de Buenos Aires que atiende a cientos de pacientes en forma gratuita con IBP.
El Dr. Villar presentó síntomas leves compatibles con COVID 19 y al efectuarse una oximetría constató un valor muy bajo de 91% con lo que, sumado a la clínica pulmonar, confirmó el contagio.
"Me di cuenta del cuadro al cuarto día de evolución y con esa saturación tan baja, no hacía falta hacerme una tomografía porque era obvio que estaba con una neumonía instalada" confesó a Infobae.
"La misma noche que me di cuenta de que estaba contagiado, me hice cuatro nebulizaciones con IBP y mi saturación subió a 96. Justamente, a la noche es cuando el cortisol plasmático baja y los pacientes empeoran. El resto de los días saturé entre 94 y 95, me nebulicé durante 6 días y me recuperé. Ahora, sigo con tratamiento preventivo y me hago una nebulización diaria para terminar de desinflamar el pulmón. Por eso, el IBP también puede usarse para la recuperación del tejido pulmonar en aquellos pacientes que han superado el COVID-19, pero han quedado con los pulmones con fibrosis, que es una de las principales secuelas de esta enfermedad", explicó.
Poco tiempo después fueron sus padres los que cursaron con importantes descensos de su saturación y con clínica pulmonar escuchándoles ruidos bilaterales y pese a que sus hisopados dieron negativos como en su propio caso, los consideró como falsos negativos, y empezó a tratarlos con IBP logrando con ello evitar internarlos y administrarles oxígeno suplementario.
Como ya lo referí en otro artículo, el Dr. Oscar Salva, Jefe de Clínica Médica de la Clínica Independencia de Munro, ubicada en el conurbano bonaerense, recuerda al primer paciente al que le propuso el tratamiento en el año 2019, al que la falta de aire se le notaba en la cara (esta sensación no es fácil de transmitir; hay que imaginarse estar sumergido en el agua más de un minuto y experimentar cómo comienza la sensación de asfixia). "Al otro día era otro paciente, mis colegas no me creían", manifiestó.
Todo esto pone en evidencia que la consulta a tiempo resulta clave en el pronóstico favorable de estos cuadros ya que actuar rápido y de ser necesario recibir el tratamiento con IBP lo antes posible es indispensable para la recuperación.
También puede utilizarse como profiláctico en personas de riesgo con una baja cantidad de nebulizaciones.
Por la lentitud con que se conseguirá la inmunidad de rebaño, capaz de impedir que el virus se transmita con tanta facilidad debido a las dificultades que genera vacunar a un número de la población importante y la rapidez con que el virus está mutando a variantes muy contagiosas y de rápida propagación se presenta un futuro poco esperanzador.
Ante este cuadro debemos admitir que la pandemia tiene serias posibilidades de convertirse en una endemia, para lo cual habrá que disponer de refuerzos de las vacunas contra las nuevas variantes.
Ya en otras ocasiones me he referido a que el tratamiento con la sal de Ibuprofenato de Sodio en solución hipertónica nebulizable ideada por el Dr. Dante Beltramo de Córdoba y llevado adelante por el Laboratorio Luar de la misma provincia, tiene un muy buen perfil de seguridad y de respuesta teniendo en cuenta los resultados obtenidos sobre más de 2.000 pacientes en Córdoba y más de 10.000 en la ciudad de Buenos Aires que lo recibieron.
Me gustaría preguntar a los médicos que negaron a la Sra. De Romero el tratamiento con IBP, de acuerdo a lo manifestado por sus hijos en una carta muy dolorosa publicada en este diario, y a la ANMAT si son capaces de probar que esta medicación carece de seguridad y de eficacia.
Respecto de la seguridad, el IBP es una de las drogas más seguras del mundo y la concentración a la que se utiliza en las nebulizaciones es 50 veces más baja que la utilizada en bebés por vía endovenosa para ciertos tratamientos. Además solo el 20% se incorpora a la vía sanguínea.
Hago mención al artículo 32 de la Declaración de Helsinki que dice sintéticamente "Cuando en la atención de un paciente las intervenciones conocidas han resultado ineficaces, el médico, después de pedir consejo de experto, con el consentimiento informado del paciente, puede permitirse usar intervenciones no comprobadas, si, a su juicio, ello da alguna esperanza de salvar la vida o aliviar el sufrimiento".
Aunque todos entendemos que, la mejor evidencia debe ser con el estudio a doble ciego randomizado, me pregunto si las autoridades de la ANMAT deberían de forma inmediata aprobar su uso, habida cuenta que aprobaron las vacunas sin cumplir con todas las exigencias de la OMS (y no está mal) y que no pueden demostrar que el tratamiento con IBP no sirve, teniendo en cuenta que en estas circunstancias es preciso contar con medidas excepcionales porque la gente se está muriendo ahogada y es necesario hacer algo rápido.
Teniendo en cuenta que contando con un diagnóstico precoz el tratamiento con el IBP inhalado puede hacerse ambulatorio en el domicilio del paciente, sin supresión de los medicamentos aceptados, que es muy seguro, que es fácil de transportar, que es muy barato, que es indicado para mejorar la fibrosis pulmonar y que permite generar inmunidad natural para algunos superior a la de las vacunas, el sistema de salud podría descomprimirse rápidamente contando con una herramienta para aplicar en forma masiva, probado en las provincias que lo utilizan y sin interés de lucro.
Concluyo con una frase del Dr. Villar que muestra claramente la situación: "Los muertos no tienen dosis tóxicas; si están preocupados por lo mal que les puede hacer un fármaco, primero deberían ocuparse de que el paciente no se muera".
Todo esto pone en evidencia que la consulta a tiempo resulta clave en el pronóstico favorable de estos cuadros ya que actuar rápido y de ser necesario, recibir el tratamiento con IBP lo antes posible, es indispensable para la recuperación.
Se pone en evidencia que la consulta a tiempo resulta clave en el pronóstico favorable de estos cuadros ya que actuar rápido y de ser necesario recibir el tratamiento con IBP lo antes posible es indispensable para la recuperación.
Debemos admitir que la pandemia tiene serias posibilidades de convertirse en una endemia, para lo cual habrá que disponer de refuerzos de las vacunas contra las nuevas variantes.