El conflicto en la provincia de Neuquén gestado a partir del reclamo para una recomposición salarial del personal de Salud alcanzará en las próximas horas las dos semanas de desarrollo y, al parecer, se encuentra aún muy lejos de poder resolverse.
Entre viernes y sábado se realizaron dos reuniones de conciliación en el Ministerio Público Fiscal, donde el fiscal José Gerez dio a conocer la nueva propuesta del Gobierno de aumentar el bono de 30.000 a a 40.000 pesos pagaderos en tres veces y con la característica de no remunerativo.
Así como fue rechazada de plano la primera oferta, la segunda presentada el viernes siguió el mismo camino. Y el sábado volvieron a mirarse las caras en una reunión de acercamiento que duró apenas 10 minutos ya que las partes siguieron paradas sobre las mismas definiciones.
De este modo los cortes en rutas de la provincia se mantienen y seguirá complicada la situación del sector petrolero como también la provisión de ciertos insumos en varias ciudades de una provincia que no solamente necesita de combustibles sino también de alimentos y otros insumos que se los ve escacear en los puntos de venta.
Seguramente que la distancia relativa entre Santa Fe con Neuquén dificulta la lectura de los hechos que se dispararon a partir del inicio del reclamo de los autoconvocados de Salud neuquinos. Pero hay encendida una luz roja en el tablero de las provincias que es interesante analizar.
El primer elemento a tener en cuenta es el fuerte apoyo popular al reclamo. No importan, casi, los inconvenientes en lo que es la provisión de cualquier tipo de insumo, las largas filas en las estaciones de servicio o los alimentos que puedan faltar. Hay un claro apoyo al reclamo y comprensión de las medidas adoptadas.
Tan fuerte es el respaldo que los problemas que se trasladaron a Río Negro por las protestas en Neuquén son igualmente reconocidas como válidas y, prácticamente, no hay críticas. Lo que permite abrir un interrogante: ¿se puede ampliar la geografía de la protesta? ¿Pueden otras provincias enfrentar conflictos similares ante los problemas que levanta una segunda ola de pandemia que está muy lejos de estar controlada? ¿El problema del bajo reconocimiento salarial del sector médico y de salud en general es una particularidad de Neuquén o también se advierte en otras provincias?
El paquete de apoyos permite una dureza singular en los cortes de ruta como, también, una irreductible postura negociadora frente a los representantes del Gobierno neuquino. Del otro lado, hay una opaca gestión gubernamental ante la crisis y fuera de las esporádicas reuniones de acercamiento, no hay otra línea de acción visible por parte del gobierno que encabeza Omar Gutiérrez.
Es que la negociación con el sector autoconvocado se lleva adelante en el Ministerio Público Fiscal y no en el ámbito de una discusión paritaria normal como hubiese sido el Ministerio de Trabajo. Y aquí surge otro elemento de análisis. Los grandes gremios de la provincia miran con recelo lo que ocurre porque quedaron desairados luego de que los autoconvocados desconocieran el resultado a inicio de mes. ¿Quedarán desairados los gremios que discutieron con el Gobierno las subas salariales y serán los autoconvocados los que se puedan izar la bandera de la victoria?
Otro elemento para tener en cuenta son las dos semanas de conflicto y cómo ello va a repercutir en el sector energético de cara a un invierno cada vez más próximo. El cierre de rutas que inicialmente dispusieron los autoconvocados sobre la zona de Vaca Muerta y que luego se extendió como una mancha de aceite ha provocado pérdidas millonarias en dólares que pega de manera directa en la economía provincial.
Pero el cierre de pozos y de casi toda la actividad petrolera también afectará, entre otras consecuencias, el programa Gas.Ar que buscaba disponer de reservas para enfrentar el frío de los meses siguientes sin mayores inconvenientes. En ese caso, esa luz roja encendida en el tablero de los estados provinciales argentinos concentrará la atención de funcionarios, dirigentes políticos y medios de comunicación que, hoy por hoy, han decidido ignorar el reclamo y encerrarlo en los límites de una provincia.