Recreo obligado para el gobierno nacional en materia de papelones por su adicción a la violencia verbal, simbólica o laboral. Lo sustituye con una historia de violencia física el ex presidente Alberto Fernández. El extraño gusto libertario por los domadores: la doble vara no solo es K.
La denuncia contra el ex presidente Alberto Fernández por golpear a su ex pareja, Fabiola Yañez, tiñe de morado por al menos unos días el debate nacional. Es el color que dejan los golpes en la piel y también el que eligieron las feministas hace años para su lucha a nivel internacional.
En la Argentina, el movimiento por el aborto ocupó el centro de las reivindicaciones en favor de la libertad de la mujer y paradójicamente fue en su gobierno cuando se concretó la consiga de "legal, seguro y gratuito". Y fue una ola verde la que lo llevó a la orilla de los derechos y una reacción o contra ola celeste la que ha aún intenta hundirlo en la oscuridad.
El procedimiento médico que en los hechos solo estaba prohibido para los pobres llegaba por fin a los hospitales públicos (no sólo en caras clínicas privadas), finalmente en 2020. Al presidente anterior le quedaba esa bandera y hasta la denuncia de su ex mujer podía pensar en una reivindicación desde el feminismo. Bien podría decirse que Cristina Fernández de Kirchner, que tantas veces lo humilló, apenas si había insinuado un debate por el aborto pero que en sus ocho años no se animó a llevarlo adelante; que Macri dio un paso más al proponerlo al Congreso pero que no militó su aprobación (pese a que el suyo fue el primer proyecto de ley de un Poder Ejecutivo Nacional en la materia); y que, por fin, fue en su gestión marcada por la pandemia (y el fracaso económico) que se consagró un derecho difícil de lograr, porque despierta un debate filosófico de fondo.
De todos modos, debe decirse con todas las letras que ha sido en la segunda mitad del siglo pasado cuando más enconos despertó la legalización: el Código Penal lo permitía para unos muy pocos casos desde la primera reforma del Código Penal en 1903 y con la segunda de 1921. Desde entonces, salvo por el gobierno de Raúl Alfonsín que recuperó la vigencia de esas escasas excepciones (derogadas por el peronismo en 1973), el tema era casi tabú.
Es curioso, quienes hoy con reclaman la derogación de la Ley 27.610 promulgada el 15 de enero de 2021 la describen como si fuera obligatorio lo que solo es democratización, en términos de acceso a la medicina. Los raspajes ya no son hechos en pésimas condiciones sanitarias ni en una archiconocida y cara "clandestinidad" en clínicas. Es bueno que haya quirófanos y profesionales preparados.
Con la denuncia de Yañez a Fernández, al develarse el comportamiento abyecto de quien era el presidente y se proclamaba feminista, seguramente también Alberto perderá esa bandera que le correspondía en buena ley.
Marcas
La idea de que la Argentina haya tenido un presidente que le pegaba a una mujer es inquietante. Pero debe recordarse que se trata de una derivación de otra investigación judicial por corrupción en la contratación de seguros, ya que esa cuestión tiene menos interés público.
En cualquier caso, Alberto, los chats en su teléfono y en los de Yañez, los moretones de una gestión, dejan hoy al gobierno nacional por primera vez privado del centro de la atención en materia de dislates. Parecieran haberse tomado un recreo las constantes agresiones en redes del presidente Javier Milei a personalidades públicas o periodistas en persecución de sus opiniones, el violento goce en su lenguaje de los funcionarios nacionales con los despidos de empleados en reparticiones públicas o la propagación de términos nuevos en el diccionario político argentino: hoy es común leer en redes que alguien (que apoya a Milei o lo es) "domó" a un opositor o un ciudadano que tenga su propia manera de pensar, diferente de la oficial.
El gusto libertario por los domadores proviene de quienes también llaman León a Milei desde hace años, tal vez por sus cabellos y su pretendida imagen de enfant terrible. Contradictoria simbología de fieras y latigazos.
En la semana, el presidente hizo un intento por recuperar el centro de la escena con una expresión pública en el que además de solidarizarse con Lionel Messi encuadró el acto vandálico contra su propiedad en Ibiza como una acción "de comunistas". La cometió un grupo llamado "Futuro Verde", que en otros tiempos hubiera sido parte de la "campaña anti Argentina". En 1978 así se defendían los militares como los que hace muy poco fueron a visitar diputados nacionales de La Libertad Avanza, entre ellos una representante por Santa Fe: Rocío Bonacci. Ella jura que no sabía que iba a ser parte de una agenda en favor de liberar a condenados por violaciones, secuestros, torturas, asesinatos y otros delitos de lessa humanidad cometidos durante la dictadura.
En efecto, la doble vara no solo es K. Miles en redes sociales se indignan con la ausencia de una inmediata condena del kirchnerismo o del feminismo asociado a esa corriente política al ex presidente y en solidaridad con la víctima. Pero tampoco los agravia que haya diputados de La Libertad Avanza en esa visita que incluyó una foto "de familia" junto a personajes como Astiz.
En la iconografía de los grandes colectivos, de los países, de los equipos de fútbol, de las banderas, escudos y escarapelas es poco usual el color violeta, magenta, lila o púrpura. En la Argentina el debate político se ha puesto morado.