El programa radial vespertino “Un Día Perfecto” (Radio Sol 91.5) °, entrevistó a la integrante de la Mesa “Ni Una Menos”, Silvia Bertero y al vicepresidente del CADI, Walter Escalante.
El sábado 10 de septiembre, jugadores de la Primera División del club CADI de la ciudad de San José del Rincón, desplegaron una bandera con la inscripción que decía “Ni Uno Menos”. Hasta ahí el “hecho”.
El programa radial vespertino “Un Día Perfecto” (Radio Sol 91.5) °, entrevistó a la integrante de la Mesa “Ni Una Menos”, Silvia Bertero y al vicepresidente del CADI, Walter Escalante.
La repercusión, viralización, visibilización y polémica de la expresión de un grupo de futbolistas amateurs - segunda división de la Liga santafesina- corrió por cuenta, exclusiva, del repudio amplificado, de la llamada “Mesa ni Una Menos”. La foto no hubiese pasado, siquiera, a menores, de no ser por la reacción.
Silvia Bertero, hizo saber el repudio del colectivo feminista en razón de “la utilización de nuestro nombre desvirtuando una consigna nacida en 2015. Esto nos generó mucha sorpresa, no sabíamos a que lucha se referían o qué estaban invocando. Encontramos que refería a la defensa de una persona que, actualmente, está detenida por una denuncia de abuso sexual”, según especuló Silvia.
Quienes posaron junto a la bandera “Ni Uno Menos” no mencionaron la razón de su exposición. Las interpretaciones y significados fueron dadas, a posteriori, por activistas feministas que se sintieron afectadas por la “tergiversación de un lema”. Lema que es una marca inscripta en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial Argentina (INPI) y tiene como titulares, asignadas, a ocho mujeres referentes de la mesa “Ni Una Menos” Argentina. Es decir, que para utilizar el slogan debe mediar autorización de los dueños – legales- de la “idea” que nació del clamor popular y la movilización de millones de mujeres en reclamo de igualdad de derechos y hoy es propiedad privada intelectual de 8 personas.
Esto pudo comprobarse, en la campaña a gobernador de la provincia 2018, cuando el equipo de Perotti realizó un flyer con la inscripción y fue reprendido por una de las titulares de la marca, Ingrid Bekinschtein.
La variante “Ni uno Menos” nació al calor la protesta de familiares de acusados por delitos sexuales disconformes con el tratamiento de denuncias, puntuales, que consideran “falsas” en el ámbito judicial. A su vez denuncian la parcialidad de jueces y fiscales creada por la mediatización de casos.
Esta es una descripción, básica, de una suerte de organización que existe en la mayoría de las provincias del país. Alertan sobre la peligrosidad de la proliferación de las “falsas denuncias” lo que genera, extrañamente, la reacción de mujeres organizadas que interpretan que esa duda concibe un descrédito contra las víctimas, mujeres, de abusos sexuales.
No habría posibilidad, según está vertiente social, para que una denuncia por abuso sexual no sea cierta, certera o precisa. Visto del lado de los acusados, varones, la mera denuncia los condena.
Este no es solo un razonamiento social, sino que tiene expresiones dentro del pensamiento jurídico, incluso de jueces “... la suposición de que es probable que las mujeres y las niñas hagan acusaciones faIsas, de violación y violencia sexual, es un estereotipo especialmente irracional” Dr. Gentile Bersano, apelación caso L.E.S o “caso del preservativo” que generara el Jury de Mingarini – condenado socialmente con la publicidad de su apellido, aunque aún no llegó al juicio oral.
¿Es ilegítimo el reclamo de familiares y denunciados que consideran que se viola “la presunción de inocencia que constituye la máxima garantía constitucional del imputado”?
Desde la mesa “Ni Una Menos” llegaron a solicitar la desafiliación de la entidad de la Liga santafesina, lo que perjudicaría, según Walter Escalante – vicepresidente de CADI-, a “350 chicas y chicos que concurren, todos los días al club, participando de 15 categorías, entre ellas el futbol femenino, senior y a toda una comunidad que trabaja de lunes a lunes, a pulmón, para cumplir una labor social, cultural y deportiva que es vital para Rincón”
A su vez, el propio directivo, se encargó de “felicitar a los integrantes del plantel de primera que tuvieron la grandeza de no participar en los debates sociales y supieron estar a la altura de las circunstancias y no exponer al club a este tipo de debates”.
Ante la publicación de una simple foto se expresaron periodistas, activistas, abogados, funcionarios, ciudadanos y ciudadanas por montones. La única palabra ausente es la de quienes posaron junto al cártel. De pronto, los acusados de tantas cosas que le son ajenas, son violentados, acallados, invisibilizados y hasta felicitados por “no participar del debate social”.
El “discurso de odio”, que cruza a los géneros como opuestos, atraviesa la sociedad en su dictadura binaria que pareciera indispensable para generar propia identidad.
La convicción de que sólo con violencia, punitivismo y vindicación se logra una paridad, es la yema de lo que aparece como el “huevo de una serpiente” que rompe el cascarón. Esto no puede más que dar vigor tanto a una misoginia endémica, como a la inquisición institucionalizada de una “justicia ejemplar” sin importar autorías y hechos particulares. Si hay fuego es nafta, si hay nafta la enciende.
Si un cartel expuesto por un grupo de personas en un evento, sin mayor trascendencia pública, provoca semejante reacción violenta en nombre de la paz social, sin la mera consulta a los protagonistas, es porque algo nuevo está sucediendo.
Banalizar los enormes progresos, en materia de género, invita a repensar el nuevo tiempo.
El fin perseguido no puede justificar los medios empleados cuando, tanto fines y medios, forman parte de un mismo propósito que es el de combatir las conductas abusivas del manejo de poder y esto no puede ser pretendido enarbolando fanatismos porque lo transforma en su contrario.