Los intentos para volver a unir al peronismo en Santa Fe quedaron en stand by. El impulso con el que se había iniciado una ronda de consultas individuales con los principales referentes de todas las corrientes internas tuvo un tropiezo inesperado; las razones no terminan todavía de desentrañarse. Tras el diálogo exploratorio con los referentes más importantes de cada sector y atento a que todos habían manifestado la necesidad de volver a unir las piezas del rompecabezas que es el PJ, su presidente, Ricardo Olivera, había programado una primera reunión para que todos los espacios se sentasen a una misma mesa. No era un cónclave de líderes, sino de representantes de cada sector. Pero el encuentro fracasó. Tan sorpresivo fue el hecho, que la suspensión se dio casi en simultáneo con la publicación de una entrevista en El Litoral en la que el propio Olivera daba cuenta de su satisfacción por la predisposición que había encontrado en aquella primera etapa de diálogo. Quedó desautorizado, desorientado y "enojado". El fracaso del encuentro derivó en acusaciones y versiones cruzadas: en la previa, un llamado de María Eugenia Bielsa a Omar Perotti advirtiendo que no asistirían ante la supuesta imposibilidad (por falta de tiempo) de designar a un representante; la interpretación de que ello fue, en realidad, un intento de vaciamiento del encuentro, refutado a la vez por Silvina Frana con su aseveración de que no "sacarían los pies de plato"; la baja también (no queda claro si por derivación de la decisión de Bielsa o si por motivos personales) de Celia Arena, que debía representar al perottismo… Con el tiempo se verá si sólo se trató de un teléfono descompuesto, o si operaron razones de mayor envergadura para que el encuentro no se realizase.
Intentar recuperar la unidad de cara al escenario electoral de 2023 no es otra cosa que reeditar la estrategia que le permitió al peronismo recuperar el poder en 2019. Ello no implica que cada sector no intente disputar lo suyo. El de Omar Perotti, de hecho, prepara un relanzamiento para abril. Hacemos Santa Fe aspira a fortalecerse en el territorio para empezar a posicionar nombres de hombres y mujeres que puedan ser eventuales candidatos. Los de Roberto Mirabella y Marcelo Lewandoski suenan fuertes para intentar disputar la carrera por la gobernación, ante la imposibilidad de reelección. Perotti encabezaría la lista de diputados provinciales siguiendo la lógica de los últimos gobernadores (Antonio Bonfatti, Miguel Lifschitz), que garantizaron con sus respectivos caudales electorales la mayoría automática en esa cámara. El perottismo piensa en otros eventuales jugadores para medir en la cancha (Celia Arena, Sonia Martorano, Erika Gonnet, entre otros), aunque sin encasillar a ninguno todavía en una postulación determinada.
El esquema descripto, aunque modificable y en algún grado prematuro, alejaría (por decisión propia) a Perotti de una eventual candidatura presidencial. La intención sería fortalecer y consolidar un espacio local, antes que intentar expandir fronteras en terrenos más hostiles.
La relación del gobernador con el actual Jefe de Estado no atraviesa su mejor momento. Muestra de ello fue su ausencia en la Asamblea Legislativa en la que Alberto Fernández dejó inauguradas las sesiones ordinarias en el Congreso. Hay aún resabios de la interna del año pasado; que el candidato derrotado -Agustín Rossi- esté a punto de desembarcar en el gabinete nacional, es un hecho que el perottismo no digiere fácilmente. Y a ello se suma la gestión. Santa Fe no ha tenido novedades sobre los mecanismos de pago (bonos) a través de los cuales podría comenzar a cobrar la deuda de coparticipación. Tampoco, sobre la creación de nuevos juzgados o arribo de más fuerzas federales, en un contexto de inseguridad y violencia que sigue jaqueando a las principales ciudades de la provincia. Ésa sigue siendo una de las problemáticas centrales no resueltas. Y por la misma razón, ya se juzga internamente con ojos críticos la gestión de Jorge Lagna. El cambio de nombres de quien debe conducir el ministerio volvió a demostrar que es insuficiente para lograr buenos resultados. Y ése es un elemento que vuelve a estar sobre la mesa de quien toma las decisiones en la gestión provincial.