Un interesante intercambio de mensajes, después de la nota donde hablo del presidente y sus cruces en redes sociales con Lali Espósito y Ricardo López Murphy, sirve a esta reflexión. El ida y vuelta fue este:
Un interesante intercambio de mensajes, después de la nota donde hablo del presidente y sus cruces en redes sociales con Lali Espósito y Ricardo López Murphy, sirve a esta reflexión. El ida y vuelta fue este:
- ¿Por qué hablar de sus cuestiones –discusiones- con una cantante y un político de amplio rechazo histórico? (escribe mi interlocutor)
- ¿Cómo asir a un personaje que goza siendo estrafalario? (digo)
- Estrafalaria no es una de las posiciones políticas clásicas…
- Parecería una frase para analizar el Kama-sutra.
- No te enojes, intento aproximaciones…
- Estamos construyendo un contra relato del monstruo que se arma con una teoría liberal declamada y un manejo ortodoxo de la economía capitalista que, "cuidadoooo", nos lleva al "Alvearismo" y la Argentina de 1920, con un 10% de ricos y el resto inmigrantes y pobrerío rural y no sé qué de valioso, para analizar esta coyuntura, tiene su comportamiento sexual, si de eso se trata…
- Pero es que parto de este punto: no sirven los ejes de análisis del siglo XX.
- Ah…. Bueno… Ahora me pregunto qué habrá sido de la sexualidad de Cristina, Alberto, Kicillof y de sus traslados a la política, creo que es mejor hablar simplemente de política.
- La Peste cambió los hábitos y claramente modos, usos y costumbres, ya no alcanzan aquellas categorías claras, hay cierta neblina sobre sus características.
- Creer que por sus berrinches infantiles, creer que por allí pasan los problemas de Argentina es demasiado simplista.
- De acuerdo, pero hay que explicar los hábitos de vida, los de higiene, sus relaciones públicas, que son francamente diferentes
- El pelo minuciosamente descuidado al punto de usarse como distintivo (le dicen "El Peluca") no define lo que hace con los gremios y los impuestos coparticipables y menos importancia en sus definiciones sobre distintas personas públicas que son de suicidio.
- Creo que puede tener esas resoluciones en política económica Nación versus Provincias porque no tiene espalda política, sino de impacto masivo logrado y mantenido con sus adjetivaciones y sus desplantes; su espalda es el grado de conocimiento y sus arrebatos artificialmente juveniles, es peligroso, tal vez desatinado decirlo, pero divierte a ciertos grupos juveniles y el voto de 18 a 35 es mayoritario, la gente con mucho siglo XXI para gastar se divierte.
- Si… y no. Su espalda es la falta de una oposición organizada.
- Corrijo, creo que su existencia es por la falta de una oposición organizada, de un pensamiento progresista y tranquilo…
- Ya vuelven los sueños imposibles, el peronismo no es eso…
- Bueno… pero el peronismo, desde febrero de 1946, acaso desde antes, deja una impronta que define el país hasta hoy…
- Cerremos esto: Justicia Social.
- Son dos palabras…
- Más allá de los devaneos, noviazgos y el peinado con spray el eje está allí, en esas dos palabras: Justicia Social…
- Milei es un fenómeno que es mucho más que eso…
- El faltante de la Justicia Social, la charlatanería, la desviación de ese eje lo crearon…
- De nuevo simplismo: hay una corriente mundial, un nuevo eje de petróleo, litio, mares como carreteras y conflictos bélicos como males necesarios que lo explican de otro modo…
- No aceptar que la misoginia, la distinta sexualidad, el manejo de las relaciones humanas diferentes, la autopercepción del cuerpo del modo que se quiera, pero distinta, muy diferente a lo que se imponía socialmente es importante…
- Sí, pero no. Gobernar no es eso.
- Gobernar es exhibir… mostrar…
- Y realizar. Lo que valen son los hechos: "Res non verba"
- Si Milei sabe ese latinazgo pago el asado.
- Creo que sabe mucho de ciertas cosas y es un ignorante o un marcadamente diferente en lo dicho: modos, usos y costumbres que son habituales, que nos son comunes.
- Ojo, no lo tomes por un paracaidista polaco…
- ¿Y eso?
Hay frases que denuncian la categoría (periodismo de "trocha angosta") y la edad de mi interlocutor, esto es: cierta vejez manifiesta. Aclarado esto, es lógico que después del intercambio de WhatsApp se imponga la reflexión, sobre todo ante su interrogante final.
Nahum César Jaroslavsky (mucho más conocido como "Chacho"), retaba a quienes no entendían la lógica parlamentaria en esa eterna disputa entre radicales y peronistas del siglo XX (disputa ya desaparecida con estos restos desflecados del peronismo devenido en porfiado y/o corrupto y el radicalismo derivado en nostálgico y/o corrupto), definiendo de ese modo, es decir como "paracaidista polaco", cuando alguien, distraído, no entendía "el toma y daca" (hasta los proveían de una tarjeta de crédito de cierto banco, para girar sobre la misma en una cuenta nueva con la dieta como garantía). Ja, eran los tiempos de la "democracia de mil años" que anunciaba Raúl Alfonsín. Año 1983.
Tal vez tenía una forma original la irónica definición del "distraído" que hacía Chacho Jaroslavsky, al preguntar: ¿Qué es usted, un paracaidista polaco? Su interlocutor sonreía, imaginándose con el uniforme de paracaidista, aterrizando en el Congreso Nacional. En tal sentido, creo que el veterano dirigente radical, que era una verdadera espada en el Congreso -armador de votaciones y acuerdos-, aún se añora (*). Lo añoran, seguro. Sería utilísimo.
Está claro que la relación capital-trabajo, el modo de enfrentar la división de poderes tratando de pisotearla (a la división, claro está) y la tremenda grieta (una seria grieta, en serio) que Javier Milei agrandó (la que refiere a la división Argentina en Capital/Provincia de Buenos Aires /Interior), conmueven por lo agrietado que dejan el sitio. Estamos en situación cuasi terminal.
Soy pesimista, sí. Milei es un verdadero cismático. De un lado, el país donde estábamos, que conocíamos; del otro, este aterrizaje forzoso en mitad del "esperen que pronto vendrá lo bueno", del país del "todo puede ser y nada también" y la más tremenda cachetada: "ustedes me votaron porque yo les avisé". No advertimos esta curva del relato que insiste en repetir que estaba bien señalizada: "ustedes me votaron porque yo les avisé".
Argentina, esto es así, es muy cierto, no depende de la forma de vida cotidiana de Milei ni de su placar (que recién empieza a conocerse… y asombra), y en rigor (pero rigor-rigor) deberíamos escaparnos de su fábula/cuento/relato/con algo de Truman Show y mucho de "Tinellización de la política", como decía el bahiense Juan Pablo Baylac. Y es que hay un Milei que se relata solo,que se convierte en una máscara de teatro griego. Esa máscara encandila, porque es muy bueno en las tablas: tiene las dos máscaras clásicas.
Ante este contexto, deberíamos requerir de él y los suyos, su hermana y sus cuatro perros clonados (más el periodismo que lo sostiene con olvidos, sin repreguntas y la ventaja de un enemigo demasiado raído), información sobre Educación, Salud, Seguridad y destino de la Justicia Social. No enojarnos, como sonsos, con el cierre de un nido de corrupción como el Inadi, sino preguntar qué son para él los derechos humanos. ¿O qué es la Justicia Social?
También deberíamos contar, preguntar, averiguar, advertir (porque hace mucha falta) qué es lo que entiende Milei por amor y castañuelas. Con atrevimiento supongo, por atrevimiento, insisto, si estuviese por estos pagos Jaroslavsky le avisaría a sus correligionarios: "Ojo, este parece, pero no es un paracaidista polaco". El peronismo, sus dirigentes, para seguir con el ejemplo de Chacho, lo niegan con fervor inusitado, pero en el siglo XXI los peronistas, interpretando los sucesos de estos días con el rigor, las categorías y los "pre-supuestos" de un analista del siglo XX, resultan muy parecidos a un paracaidista polaco.
(*) Desvío y aclaración necesarios: algunas veces, ante los elogios por su habilidad como "consensuador", Chacho Jaroslavsky me repetía una frase: "Puedo ser muy bueno, pero no puedo ser presidente". Si hubiese estado en condiciones, después de la reforma constitucional de 1994 -que tantos líos aún provoca- podría haber sido candidato.