Lunes 19.2.2024
/Última actualización 4:38
Como argentino, me interesa la Patria Argentina. Nuestra Patria. Por eso me duele escuchar al periodismo cuando critica al actual presidente, quien se hizo cargo de la administración del país el 10 de diciembre de 2023, hace solamente dos meses, teniendo la bravura de presentar el proyecto de una ley "más larga que la esperanza de los pobres". Lógicamente, fracasó.
Creo que el apuro de generar cambios lo hizo creer a Javier Milei en la buena fe de los políticos perdidosos, quienes -justamente- por tal razón no van a respetar a un "presidente sin partido ni movimientos políticos", que en definitiva les ganó "con la fusta bajo el brazo", con el respaldo de eso que se llama Pueblo. Bien presidente, quédese tranquilo, que los perdidosos al Pueblo se lo pasan por donde usted sabe.
El proyecto de ley, claro está, se trató en comisiones, pero cuando llegó el momento de los votos, parece ser que se despertaron con el convencimiento de que se deben al Pueblo, el mismo al que ellos hundieron en la pobreza, la corrupción y el trabajo en negro. Entonces, en una actitud "cegetista" (es decir antipatria, para mí), votaron en contra de una alternativa. Eso significa "Anti Patria". La propuesta del presidente tampoco es "un maná caído del Cielo", pero debo caratular la acción presidencial como "Pro Patria".
Todos los que votaron en contra, saben dónde se pierde la Patria. Lo hacen adrede, pero lo más lamentable es que perdieron la vergüenza… y cuando la vergüenza se pierde no se puede volver atrás. No se vuelve a recuperar. Hoy, los periodistas y políticos indefinidos se asustan por las definiciones del presidente sobre los diputados y dicen que eso "genera una grieta" y que los términos deberían ser más adecuados socialmente. Mientras los otros, que no dicen malas palabras o adjetivos groseros, defecan sobre la potestad del Pueblo.
En algún punto estoy de acuerdo con las apreciaciones del presidente (¿No será que los conoce?). Por eso les pido a los periodistas que no oficien de consejeros del mandatario y dejen que se defiendan los señores diputados, veremos si alguno resiste un archivo. Con algunas actitudes, el presidente quizás se asemeja a un gobierno nacional de pocos que mandó a la Guerra de Malvinas a pibes de 18 años sin la preparación necesaria, donde ellos, con valentía y sentido de Patria, dieron su vida para defender el suelo argentino.
Claro, muchos de esos jóvenes están sepultados desde 1982 en esas tierras, porque pelearon contra una oposición opulenta. Hoy me pregunto… ¿Los opositores políticos denominados diputados nacionales, no se asemejaran al poderoso gobierno inglés que a su vez contaba con el apoyo de los principales Estados del mundo? En nuestra Patria, los que apoyan ahora a la oposición son los generadores de pobreza que llevaron a que la Nación esté signada a ser invadida y a nosotros, el Pueblo, a ser esclavos con hambre.
Nosotros, los ciudadanos de a pie, terminamos siendo tan incrédulos que nos dejamos arrastrar por movimientos que se dicen populares y se llevan por delante a la sociedad que todavía tiene ganas de trabajar, la que votó a un presidente y ganó, pero no es respetada. Nos siguen faltando el respeto y los señores representantes del Pueblo, en lugar de frenar dichos abusos sociales, los enardecen. ¿Qué nos pasa? La corrupción se ha puesto a la defensiva. Leo el diario. Hay un reportaje a un consultor político que pone en conocimiento al presidente, diciéndole: "No se puede gobernar sin el Congreso, señal que no entiende cómo funciona el aparato Institucional".
Perdón, señor consultor, usted lo trata de ignorante al presidente, pero los ignorantes… ¿No serán los diputados que pertenecen al partido que estuvo los últimos cuatro años (y dieciséis de los últimos veinte), que instaló una nube de corrupción que nos les permite ser honestos y respetar la voluntad del Pueblo? ¿Los que no pueden votar lo que se les pide para arreglar la desorganización que generaron, con la sola intención de empobrecer a nuestro Pueblo y ponerlo de rodillas ante la barbarie popular de la toma de los espacios públicos… esos sí saben cómo gobernar con los legisladores?
Lamento que el señor presidente no nombre un Consejo de Notables, para juzgar a todos los que gobernaron en los últimos veinte años tal cual hizo Raúl Alfonsín con la Conadep, para hacer desaparecer a los militares. Nos debemos justicia. Pero, lógicamente, no se la podemos pedir al órgano constitucional denominado "Justicia". Señores diputados, hagan lo correcto, o que "Dios y la Patria os lo demanden". ¡Viva la Patria!