Domingo 13.2.2022
/Última actualización 12:27
Venía ya la oposición con movimientos de piezas, incluso, durante el verano. Referentes de los principales partidos que quieren disputar la pelea por la gobernación en Santa Fe el año que viene, no perdieron días ni de enero - tal como se escribiera en este espacio- para empezar a desplegar estrategias. Antes que eso, quizá sean meras reuniones, encuentros para convencer y conversaciones para persuadir. En cualquier caso, preparativos para un 2023 que aunque parece demasiado lejano para las demandas urgentes de la ciudadanía, está en la primera hoja de ruta de la agenda de la dirigencia política. Así arrancó la oposición, activa.
Pero la semana que finalizó dejó otra foto - aunque no la hubo- de lo que pretende ser el mapa político de cara a las próximas elecciones. El tiempo dirá si el esfuerzo se cristaliza en acuerdo, o sólo queda en intento. Es que la novedad pasó en este caso por un Justicialismo disperso y tensado por las sucesivas rencillas internas, que ahora alguien pretende comenzar a volver a unir.
El artífice es otra vez Ricardo Olivera, con el consentimiento del gobernador. Ya en 2019 había promovido los vínculos que terminaron por convencer a todos de que la unidad era la mejor estrategia para recuperar el poder. Unidad que no se traduce en lista única, sino en la garantía de que ningún dirigente peronista compita en nombre del PJ, por fuera de esa estructura. El método funcionó; retornaron los que se habían ido, se acercaron los que estaban más alejados, y hasta se disputó una interna que superada, permitió que Omar Perotti fuese electo gobernador. A dos años, el peronismo - o al menos su presidente- aspira a repetir la receta. Si en 2019 el PJ tenía avidez por volver al gobierno, hoy tiene la urgencia de actuar para no perderlo. Y el contexto es desfavorable.
La gestión, más allá de todo lo que pueda justificarse por la irrupción de la pandemia, deja demasiados flancos abiertos. Y en la vida interna del peronismo, se han generado numerosas heridas; desde el enfrentamiento con los senadores por el caso Sain, hasta la expulsión de funcionarios de primeras líneas - el año pasado- y de segundas -hace apenas unos días-, por pertenecer a sectores que decidieron enfrentar a la lista del gobernador en las elecciones legislativas de 2021.
Pese a todo, Olivera intentará reeditar aquel accionar. Se propuso volver a unir las piezas del rompecabezas como lo hizo hace dos años. Antes que eso y de mínima, volver a sentar a todos a una misma mesa para que se retomen canales de diálogo básico. No le fue mal en el inicio; logró que los principales referentes de las corrientes más importantes respondieran a la convocatoria.
Flavio Raina Ricardo Olivera, presidente del PJ.Ricardo Olivera, presidente del PJ.Foto: Flavio Raina
Se sentó el miércoles con María Eugenia Bielsa, con Agustín Rossi, con María de los Angeles Sacnun, con Eduardo Tonioli y Marcos Cleri, entre otros. Y pretende seguir esta semana con la vicegobernadora Alejandra Rodenas, más los presidentes de los bloques de senadores. Pero para que el éxito no sea sólo de la convocatoria sino y sobre todo de la estrategia, será vital observar cómo se catalizan y procesan las críticas que existen hacia la gestión provincial. En esta primera ronda, de común acuerdo entre anfitrión e invitados, se resolvió evitar aludir y profundizar acerca de la relación con el gobernador. Pero será ése uno de los ejes de debate necesarios para avanzar, en caso de que prospere la mesa de diálogo que imagina Olivera.
Si el peronismo tiene el desafío de volver a unirse, en la oposición, la clave pasaría por sumar. "Sumar", "ampliar", "abrir fronteras"… Ésas son las expresiones que utilizan los dirigentes de la oposición en esta antesala electoral. Ya se ha escrito y dicho: el nudo central a resolver implica definir si los partidos del arco opositor logran constituir un frente de frentes; una gran coalición para enfrentar al peronismo.
En el caso de Santa Fe, ello implicaría integrar el Frente Progresista y Juntos por el Cambio. Algunos actores del primero - los radicales, excepto unos pocos-, ya migraron al segundo. Pero persistía hasta aquí un núcleo duro, focalizado en el Socialismo, que demostró siempre una fuerte resistencia a esa convivencia. ¿Persistía? En las últimas horas, dirigentes del PS como el diputado nacional Enrique Estévez, sin perder la prudencia, habló de la necesidad de "priorizar" acuerdos.
Desde los demás partidos, se renueva incesantemente la invitación; el presidente de la UCR, Carlos Fascendini, le dijo esta semana a El Litoral, que Antonio Bonfatti podría "facilitar" la construcción de un gran frente. Ello, a propósito de un rol más activo en el que se lo ve al ex gobernador desde hace algunos meses. Y también en declaraciones a este diario, fue el propio Bonfatti quien admitió la necesidad de una construcción más amplia.
El líder socialista consideró que la única condición para el eventual armado, es un acuerdo programático donde se consensúen los trazos generales de las principales políticas públicas. No es un requisito menor, si se tiene en cuenta que ello conlleva ni más ni menos que la concepción misma que se tenga del Estado. "Hay que ampliar, pero el límite es el macrismo", decía Bonfatti años atrás. Hoy, no pone límites y sólo exige convenir un programa. Entiende que hay dirigentes y votantes valiosos y desencantados en todos los partidos, que deben ser convocados. Y allí no sólo alude al PRO, sino al mismísimo peronismo.
"Quiero construir por la positiva y no poner un límite; no quiero dar nombres ni apellidos. Hay que convocar a todos", resumió. Bonfatti imagina un frente donde no se prioricen los sellos partidarios, sino el peso específico de sus referentes. Pero la discusión no está saldada aún en el seno del propio PS.
Juntos por el Cambio aparece robustecido por los últimos resultados electorales. En dos direcciones, caminan tratando de sumar aliados. Por un lado, lo hacen Carolina Losada y Mario Barletta, junto a Julián Galdeano; por el otro, el actual diputado provincial Maximiliano Pullaro. Con la primavera de 2022, florecerán recorridas más formales, presentación de plataformas; y la consolidación de las principales candidaturas de quienes pretenderán desplazar al peronismo del poder.