Por Manuel J. García-Mansilla (*)
Hacia el 170º Aniversario de la sanción de la Constitución Nacional
Por Manuel J. García-Mansilla (*)
En 1941, el profesor Salvador M. Dana Montaño, de la Universidad Nacional del Litoral, presentó un proyecto de investigación para escribir el Libro del Centenario de la Constitución de 1853. En el marco de ese proyecto, se ocupó de recopilar material inédito de varios archivos públicos y privados. Su idea era, naturalmente, publicarlo en 1953.
El viernes 30 de abril de 1943, en el diario El Litoral, en una nota titulada "La exposición de manuscritos, impresos y recuerdos del Congreso General Constituyente de 1853 y de sus miembros", Dana Montaño dio cuenta del avance de esa investigación. Allí explicó que el material que había recopilado se iba a exhibir al público, al día siguiente, en un homenaje por el nonagésimo aniversario de la sanción de la Constitución.
La documentación, que el profesor Dana Montaño afirmaba haber recopilado, provenía de dependencias públicas, como el Archivo General de la Nación, la Biblioteca del Congreso de la Nación, la Biblioteca Nacional, y de archivos privados, de coleccionistas y familiares directos de los constituyentes como los doctores Antonio Santamarina, Raúl de Zuviría, Juan Jacobo Spangenberg Seguí, Rodolfo Bengolea Zapata y Eduardo Mota del Campillo, así como de eruditos libreros y anticuarios como Julio Suárez y Román Francisco Pardo.
La edición del diario El Litoral del 2 de mayo de 1943 dio cuenta del acto de conmemoración y exhibición de estos antecedentes el día anterior, a la que incluso asistió el presidente de la Nación, Dr. Ramón Castillo (al que le quedaba poco más de un mes en el cargo).
Unos días después, el 29 de mayo de 1943, Dana Montaño dio una importante conferencia titulada "La Constitución de 1853 y sus autores e inspiradores", publicada luego por el Instituto Social de la Universidad Nacional del Litoral. En esa conferencia, luego de destacar "el valor pedagógico de la Historia", citó por primera vez parte de la correspondencia inédita entre Juan Bautista Alberdi y Juan María Gutiérrez, en especial las cartas que Alberdi le envía desde Valparaíso, con la primera y segunda edición de las Bases, el 8 de julio, 15 de agosto, 7 de septiembre y 19 de septiembre de 1852. Esas cartas se publicarían diez años después en un libro de Jorge M. Mayer, el principal biógrafo de Alberdi.
Dos años después, el 23 de mayo de 1945, como parte de un homenaje con motivo del 92º aniversario de la Constitución de 1853, en un trabajo titulado "Las Fuentes y la Historia Interna de la Constitución de 1853", también publicado por el Instituto Social de la Universidad Nacional del Litoral, el profesor Dana Montaño destacó que el material recopilado había sido preservado para la posteridad.
Después de dar cuenta de haber obtenido también los papeles privados de Facundo de Zuviría y de Juan Francisco Seguí, Dana Montaño afirmó que: "(…) todos estos documentos y muchos más, como los suministrados por los herederos de los constituyentes Zapata, del Campillo, Zavalía y los que forman parte de los archivos de Urquiza, del Carril y Gorostiaga, que paran actualmente en diversos archivos públicos y privados, han sido reproducidos fotográficamente para este trabajo, mediante un procedimiento especial que permite su conservación indefinida y su reproducción ulterior, fiel y nítida, que asegure incluso el peritaje caligráfico, si fuera menester, en caso de extravío o pérdida del original, para comprobar su autenticidad, como se puede apreciar en la exhibición que realizamos hoy de algunos ejemplares en el hall de acceso a este paraninfo [de la Universidad Nacional del Litoral]. Éste es el moderno procedimiento empleado por el Archivo Nacional de los Estados Unidos".
Aunque no hacía falta, por lo evidente que era esta conclusión, en los trabajos que publica entre 1943 y 1945, Dana Montaño destaca varias veces "la importancia de este acervo documental y su valor para la interpretación del instrumento constitucional y para hacer la historia interna del Congreso y de la Constitución de 1853".
¿Qué pasó con ese proyecto del Libro del Centenario de la Constitución? Lamentablemente, el profesor Dana Montaño no pudo completar su obra y nunca más se refirió a ella. La única noticia indirecta que pude recabar sobre este proyecto es una publicación que el profesor santafesino hizo en España en 1953, en la Revista de Estudios Políticos. En un extenso artículo cuyo título es "La Constitución Nacional Argentina de 1853", Dana Montaño reconoce el impacto de la reforma de 1949 y afirma que "el sistema constitucional de la ley fundamental de 1853 no es ya el mismo… Por esa razón de peso, el centenario de nuestro sistema constitucional no ha de celebrarse en la Argentina con la solemnidad con que se habría hecho de no haberse producido la reforma últimamente sancionada". Tenía razón.
Más allá de que el proyecto de escribir el Libro del Centenario de la Constitución había quedado evidentemente trunco, ¿adónde fue a parar ese material tan importante recopilado por Dana Montaño y que, según presumo, fue microfilmado entre 1943 y 1945? ¿Con quién compartió la noticia de su existencia? ¿Quién hizo el trabajo de "reproducción fotográfica" de esos documentos? ¿En qué lugar están los originales de esos archivos privados microfilmados? No encontré pistas en ninguno de los trabajos posteriores publicados por el profesor santafesino. Tampoco tuve suerte, hasta ahora, en los varios intentos que hice por averiguar el paradero de esa documentación. De hecho, apenas tomé conocimiento de esta historia, me puse en contacto con la Universidad Nacional del Litoral, específicamente con la directora a cargo del Museo Histórico, quien se comprometió a hacer una búsqueda exhaustiva para ver si lo podía encontrar.
También me contacté personalmente con investigadores de historia del derecho de la Universidad Nacional de la Plata, de la Universidad de San Andrés y de la Universidad Nacional de Córdoba, para ver si me podían ayudar a conseguir ese material al que se refería Dana Montaño. Por ahora, no tuve suerte con ninguno de ellos.
Intenté también, durante varias semanas, localizar a algún pariente del profesor Dana Montaño, que falleció en 1992. Mi intención era verificar si todavía se conservaba su archivo personal. Tal vez allí podría haber una copia de esta importante documentación. Después de varios intentos infructuosos, la semana pasada pude dar, finalmente, con uno de sus nietos, que actualmente se desempeña como coordinador académico de una carrera universitaria en la Universidad Tecnológica Nacional. Fue una conversación emotiva, en la que, lamentablemente, me confirmó que ese archivo personal se prendió fuego durante un robo a fines de la década del 80 en su casa en San José del Rincón. Su nieto me confirmó el impacto que produjo esa pérdida en el profesor santafesino. De hecho, me dijo que, a partir de ese día, Dana Montaño "se apagó".
Tengo la convicción de que ese material, seguramente microfilmado, existe y está en algún archivo, juntando polvo, aguardando que algún investigador curioso lo rescate del olvido. Ojalá que así sea: no solo lo merece el titánico esfuerzo del profesor Dana Montaño, sino la propia Constitución de 1853. El mejor homenaje que podemos hacerle es estudiarla a fondo y, para eso, recuperar o reconstruir ese archivo es fundamental.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos y la Asociación Museo y Parque de la Constitución Nacional.