Jueves 29.12.2022
/Última actualización 23:21
En este escrito me gustaría recordar y plantear que vivimos en una Nación en la que en los últimos cincuenta años se empobreció una importante cantidad de ciudadanos, que muchos viven hacinados, indigentes, desnutridos, analfabetos, o sin los servicios indispensables mínimos para el resguardo de la dignidad de las personas, pero sus gobernantes se animan a hablar de los Derechos Humanos.
El actual Gobierno Nacional, según una nota periodística, registra el siguiente dato: el gasto en planes sociales se duplicó en dólares desde que asumió (2019). En los planes Potenciar Trabajo y Tarjeta Alimentar, de 3.226 millones de dólares pasó a 7.052.millones en 2022. Pero, lo más impactante, en lo que significa al contralor de los mismos, es que están en manos de dos o tres "dirigentes sociales" que a su vez son funcionarios del gobierno y como tales disponen sobre dichos fondos del Estado.
Por eso hablo de "Repoblar Argentina". Y cuando digo "Repoblar Argentina", analizo la historia de los distintos gobiernos que tuvimos y nos encontramos (¡Oh, qué casualidad!) con Carlos Menen, quien levantó los ferrocarriles y dejó en situación de pueblos abandonados a cientos de localidades del interior del país. Lógicamente, en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano dejó en pie el ferrocarril, pero que el resto de Argentina "que se joda", soberanamente, como ocurrió. Por ende los ciudadanos del resto del país, pagamos el costo para que tengan dicho servicio en Buenos Aires.
En Argentina ocurren hechos que despiertan el espíritu y la fe en que no todo está perdido. La noticia de una familia que para salir del mundanal ruido compró un terreno en la provincia de Buenos Aires y luego de un tiempo se encontró que empezaron a venir pobladores y están refundando lo que en su momento fue un despoblado. Esto lo hicieron sin el apoyo o la injerencia del Estado, ni de la política, ni de los movimientos sociales. ¡Que hermoso ejemplo para imitar!
En base a esto, hago la siguiente propuesta: utilizar los miles de millones de dólares administrados por esos "dirigentes sociales" que son funcionarios y que representan a los movimientos sociales, pero que en realidad son mucho más conocidos como los que todas las semanas se adueñan de la ciudad de Buenos Aires con sus permanentes reclamos, e impiden que los que trabajan, trabajen.
La propuesta consiste en asignar dichos fondos al Ejército Argentino y que la función a cumplir sea la de organizar a las familias que así lo acepten para que puedan trasladarse a los distintos poblados semiabandonados, para entonces darle vida. Y a su vez, que dichas familias encuentren en esos lugares fantasmales un lugar digno en el que vivir y aprender a hacer una huerta, o criar pollos. Y que sus niños asistan a la escuela. Es decir, simplemente, dignificarles la vida y que no tengan que asistir obligados a movimientos indignos, que dicen que respetan los Derechos Humanos y lo que practican son "obligaciones inhumanas".
Esta propuesta está lejos de que pueda ser real, por quiénes nos gobiernan, ellos necesitan dominar a Ciudadanos con un plato de arroz y son adoctrinados y por ende son votantes. Lo mío es una opinión de buena fe, si alguien recoge la idea en buena hora y sino es esto una opinión de buenos deseos.
Me duele la Patria, pero por eso mismo me doy cuenta que si hay voluntad humana las cosas se pueden hacer. Que el Señor nos bendiga y podamos sortear la existencia de tanta pobreza e indigencia, para ayudar en serio a quienes la sufren, pero sin tanta defensa de seudos "derechos humanos" y sí con cambios concretos, porque también son ciudadanos argentinos.