Por Jorge Alberto Busaniche (*)
Fueron muchas las décadas de duros enfrentamientos en el vasto territorio de las ex Provincias Unidas del Río de Plata, hasta lograr consolidar lo que hoy es la República Argentina.
Por Jorge Alberto Busaniche (*)
La República Argentina es el resultado de vertiginosos sucesos originados en la Semana de Mayo de 1810, a partir de la que, en un dramático derrotero, se fue tejiendo el entramado de sucesos gravitantes que concluyó con la actual situación institucional. Los historiadores se han ocupado de dejar por escrito una abundante producción bibliográfica, aunque es notoria la observación de interpretaciones no siempre coincidentes según las escuelas historiográficas, más aún, cuando se trate de autores de Buenos Aires o del resto del país.
Existieron protagonistas de nuestro pasado que se distinguieron por sus entregas a la causa de la libertad e indiscutible patriotismo, tales son los ejemplos no excluyentes de Manuel Belgrano, José de San Martín y otros grandes de nuestra historia nacional, los cuales y justicieramente accedieron al bronce y memoria perenne de los tiempos. Sin embargo, el estudio de nuestro pasado no estaría completo si no se valoran los aportes que con aciertos y errores supieron realizar hombres y mujeres de todo el país, en favor de obtener la independencia y actuar en los hechos que incidieron en la organización republicana.
Es sabido que fueron varias las décadas de duros enfrentamientos en el vasto territorio de las ex Provincias Unidas del Río de Plata, hasta lograr consolidar lo que hoy es la República Argentina. Los gobernadores y personalidades de las provincias también tuvieron que resistir las pretendidas acciones de imposición que respondían a las políticas hegemónicas del centralismo porteño.
La historia de nuestro país, desde su génesis hasta la actualidad, debería ser una disciplina que contribuya a entender acerca de la forma en que se construyó la Nación Argentina, sin distorsiones, por cuanto las enseñanzas que arroja el estudio de su pasado hasta la actual realidad nacional, constituyen experiencias, que muy bien pueden cobrar especial significación para la proyección hacia los nuevos tiempos y consecuentemente la posibilidad de concebir programas de crecimiento.
Hoy es menester volver a las fuentes y valorar los esfuerzos y sacrificios de los hacedores de nuestro pasado; emocionarnos al entonar el himno de nuestra patria en mérito de lo realizado, y también por todo aquello que aun nos falta concretar para el bien de la ciudadanía. El Himno Nacional debería hermanarnos al cobijo de nuestra bandera y del escudo tan pleno de símbolos positivos y de exaltación de los valores republicanos.
Los emblemas constituyen motivo de permanente interpelación para ceñirnos al cumplimiento de la Constitución Nacional. Normas que deberían tener permanente brillo y plena vigencia que englobe a los ciudadanos, dentro de un sistema institucional que debe ser absolutamente respetado para una convivencia armoniosa, que es condición necesaria para que los habitantes de cualquier organización política tiendan a consolidar su estabilidad social.
La Constitución Nacional también contempla en apretada síntesis, lo que tendría que ser motivo de inspiración para el desarrollo económico y consecuente crecimiento, con el requisito previo de haber logrado el buen comportamiento de la ciudadanía. El Preámbulo, prevé el mecanismo para ejercer acciones que nos orienten hacia objetivos de crecimiento y generación de riqueza, concretamente en la cita de dos palabras maravillosas que constituyen el concepto de "Unión Nacional".
La "Unión Nacional" es el método para dinamizar intelectualidades y acciones de individuos u organizaciones públicas como privadas, con el propósito de obtener complementaciones estratégicas, que posibilite acceder a estadios de características superadoras y así sucesivamente, logrando de esta manera más acuerdos y concreciones con valores agregados en los objetivos a alcanzar, lo cual es el camino virtuoso a transitar para el crecimiento republicano y generación de riqueza.
Es oportuno preguntarse si los ejemplos de nuestros patriotas que no se doblegaron ante las dificultades y aportaron tantos esfuerzos y sacrificios, no nos resultan fuente de inspiración para que entre todos podamos ser protagonistas de acciones generosas que tengan como objetivo la construcción de una nación venturosa.
(*) Instituto Belgraniano de Santa Fe.
La Constitución Nacional contempla en apretada síntesis, lo que tendría que ser motivo de inspiración para el desarrollo económico y consecuente crecimiento, con el requisito del buen comportamiento de la ciudadanía.
La "Unión Nacional" es el método para dinamizar intelectualidades y acciones de individuos u organizaciones públicas como privadas, con el propósito de obtener complementaciones estratégicas.