Betina Florito*
Betina Florito*
El proyecto de Ley de Educación Sexual Integral (ESI) que presenté en la Cámara de Diputados nace del reclamo social. Fue muy conmovedor para mí ver cómo los padres se unieron y manifestaron su preocupación al sentir que estaban quedando afuera de la educación de sus hijos en un tema tan sensible.
En mi experiencia como docente y trabajadora de un hogar, pude vivir de cerca la importancia que la familia forme parte del proceso de aprendizaje de los chicos; y que los contenidos sean acordes a la autonomía progresiva de los mismos.
En esta coyuntura social que surgió por este tema, junto a mi equipo, decidimos escuchar a todos los sectores. Naturalmente nos encontramos con posturas encontradas, algunos que quieren negar el derecho a sus hijos de acceder a la ESI y otros que ven a los padres como un obstáculo y quieren poner a los chicos bajo la tutela exclusiva del Estado.
Nuestra propuesta reconoce a los educandos el derecho de recibir ESI y entiende que los padres son los agentes naturales y primarios de la educación de sus hijos. Proponemos que la escuela sea un espacio de puertas abiertas al diálogo.
¿Por qué es importante dar ESI y por qué los padres tendrían más injerencia sobre esa asignatura y no sobre otras?
ESI es importante desde muchos aspectos: impartir valores como la no discriminación, el respeto al propio cuerpo y al de los demás, la salud reproductiva para prevenir embarazos no deseados, la prevención de abuso sexual.
El abuso sexual es un tema clave, la mayor parte de los abusos ocurren de manera intrafamiliar por eso reafirmamos que recibir ESI, no debe ser optativo.
Sin embargo es importante destacar que la familia debe intervenir. Porque hay muchos otros contenidos que abarca esta materia en los que los padres deben formar parte del proceso de aprendizaje de manera activa. Primero, para tener herramientas y poder acompañar esa instancia y segundo, para evitar que los objetivos de la ley sean tergiversados de manera que los gobiernos de turno impongan ideologías según su criterio.
¿Cómo lograr incluir a la familia y respetar sus valores sin que esto sea un impedimento para desarrollar ESI en las escuelas?
Ese fue el gran desafío y nuestro proyecto es el único que tiene un programa que prevé cómo incluir a la familia según la etapa evolutiva en la que se encuentre el niño.
En nivel inicial proponemos una modalidad bien dinámica donde la enseñanza es a través de cuatros talleres con participación de la familia. Quiero resaltar que en nuestro proyecto se define a la familia con similar criterio al de la OMS entendiendo a la misma como el conjunto de personas que conviven bajo el mismo techo, de manera organizada, respetándose todas las formas de constitución y modelos.
Este nivel fue pensado con mayor participación de la familia porque además de los abusos intrafamiliares también se han detectado otros en distintas instituciones (educativas, deportivas, religiosas, etc.). Dada la vulnerabilidad de esta etapa decidimos abordar estrategias conjuntas para enseñarle a los chicos cómo pedir ayuda, cuáles interacciones físicas son las correctas y cuáles no, qué son los secretos, es decir, temas que no pueden quedar exclusivamente en manos de un solo sujeto.
En nuestro proyecto la intervención de los padres es mayor al comienzo y va disminuyendo progresivamente a medida que los chicos adquieren autonomía.
Para la primaria pensamos dos talleres para el grupo familiar, para que conozcan los contenidos y tengan las herramientas suficientes para acompañar el aprendizaje de sus hijos y luego esos contenidos son incorporados de manera transversal en las distintas asignaturas.
Por último la forma de abordaje del nivel secundario lo dividimos en dos ciclos: básico y orientado. En ambos el material pedagógico debe ser puesto a disposición de quienes ejercen el cuidado parental al comienzo del año y así se les da la posibilidad de advertir si algún contenido no es acorde a la autonomía de su hijo o si encuentra algún contenido que no cuadra con los objetivos académicos del programa ESI. Es importante aclarar que los padres no pueden oponerse a que sus hijos reciban educación sexual integral pero sí pueden oponerse a algún material pedagógico o metodología que no sea acorde.
Destacamos en nuestro proyecto los chicos en el nivel secundario adquieren un rol protagónico y su voz es considerada. Primero porque se les da la posibilidad de dar su consentimiento expreso respecto de la modalidad en la que se les van a dar los conocimientos y esto tiene en mira que si algún chico se siente con algún temor, o algún pudor por situaciones que vivió o simplemente no se siente preparado para algo en particular, puede pedir que los contenidos se los den de manera particular de la manera en la que el joven acuerde con sus docentes.
En el ciclo orientado los jóvenes de 4to. y 5to. año pueden proponer temas a incluir dentro de ESI para desarrollar en talleres con modalidad optativa, dictados fuera del horario escolar para que la concurrencia sea realmente libre.
Los docentes tienen un rol fundamental en el proceso de aprendizaje, nosotros planteamos que reciban una capacitación permanente para tener las herramientas necesarias y actuales.
Nuestro proyecto garantiza y ampara a las instituciones educativas para que su ideario sea respetado. Las familias eligen determinados valores y principios para sus hijos y es su derecho elegir la institución educativa que esté más acorde con su pensamiento. La ley nacional dice en su artículo 5to que cada comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros, con lo cual cualquier ley que pretenda menoscabar ese derecho, es inconstitucional.
Finalmente, me gustaría que reflexionemos que, cuando surge una demanda social atravesada por temas tan sensibles que fragmentan y quiebran a la sociedad, algo que suele suceder cuando se producen los cambios sociales, es importante que quienes tenemos una función y responsabilidad pública, siendo que representamos a todos los santafesinos, debemos honrar los marcos legales ya existentes y sobre todo tenemos la obligación de escuchar a todos los sectores y construir leyes que sean con espíritu democrático.
Estoy convencida que todos somos parte cuando se trata de la educación y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes; y que la voz de todos es importante.
*diputada provincial
Los padres no pueden oponerse a que sus hijos reciban educación sexual integral pero sí pueden oponerse a algún material pedagógico o metodología que no sea acorde.
Los padres deben formar parte del proceso de aprendizaje de esta materia de manera activa. Primero, para tener herramientas y poder acompañar esa instancia y segundo, para evitar que los objetivos de la ley sean tergiversados.