Perotti y Pullaro tuvieron su primer mano a mano por la transición provincial
Sin fotos y sin prensa, el mandatario provincial saliente y su sucesor, estuvieron reunidos durante tres horas. Las administraciones provinciales esperan el resultado nacional para tener pautas presupuestarias para el 2024.
Perotti y Pullaro tuvieron su primer mano a mano por la transición provincial
Omar Perotti y Maximiliano Pullaro estuvieron reunidos días atrás durante tres horas, mano a mano, analizando la situación de la provincia, la marcha de la transición y hablando de política. El encuentro -sin fotos y sin prensa- se hizo en la casa de calle Amenábar que el gobernador utiliza para reuniones personales; destino similar le dieron otros mandatarios o ministros de Gobierno.
El radical habría insistido en evitar los nombramientos de personal político en cargos de la planta estatal, reducir al mínimo necesario las licitaciones y adjudicaciones especialmente de obra pública para tener margen de maniobra desde diciembre. Nada que no ocurra entre un gobierno que se va y quiere cumplir compromisos políticos y el que llega con toda la furia y las ganas.
Pullaro y Perotti aseguraron que, más allá de las reuniones de equipos técnicos y de inevitables tensiones, tienen diálogo “permanente”. Foto: Mauricio Garín
Ese encuentro, diálogos telefónicos y la foto de Coronda donde gobernadores actuales y electos de Santa Fe y Córdoba compartieron un acto, parecen marcar la transición madura que se está desarrollando en Santa Fe. Abundaron las fotos de encuentros bilaterales entre funcionarios actuales y enviados por la administración que viene, incluso con acuerdo de que sea Casa de Gobierno la encargada de distribuir la foto y un escueto parte de prensa.
No obstante, todavía es muy poca la información oficial que está fluyendo de un lado hacia otro. Tal vez lo más avanzado sea en Economía donde los números de agosto -el mes, no el ministro- suman preocupación.
Con una economía en recesión, el gasto que se dispara especialmente con el acuerdo paritario de cláusula gatillo. Para pagar los salarios de septiembre la provincia necesitó 101.000 millones de pesos. Pablo Olivares -posible futuro ministro de Economía- tuvo contactos con posibles pares de otras provincias a partir de diciembre, siempre bajo la coordinación del CFI. No quiso hablar de lo analizado con la prensa pero habría acercado al equipo de Pullaro un panorama delicado antes de conocerse el resultado electoral del 22 de octubre.
Ya las provincias saben que tendrán menos recursos por Ganancias con los cambios introducidos al tributo y promulgados el viernes último por el Poder Ejecutivo. Ahora se viene algún recorte en IVA. En el CFI corre el temor de que siendo las provincias superavitarias, la próxima administración central les recorte ingresos vía acuerdos o vía imposición.
En ese marco no es menor la silenciosa aprobación de la Cámara de Diputados -el pasado jueves- al llamado Consenso Fiscal, firmado sobre fines de diciembre de 2021 por el presidente Alberto Fernández con los gobernadores, entre ellos Perotti.
El martes venidero será el turno de avanzar con la situación de EPE, ASSA y Enerfe, las empresas estatales donde el aporte del Estado es importante para tapar los rojos.
Mientras aguardan la información requerida, siguen las reuniones para definir equipos de trabajo.
Pullaro y Perotti compartieron acto y primeras fotos conjuntas este jueves en Coronda. Pero revelaron que hablan "cotidianamente". Créditos: Mauricio Garin
En algunas áreas con ministros prácticamente confirmados que ya trabajan con los que serán secretarios o directores. En otras, a la espera de definiciones especialmente de algunos perfiles de posibles ministros que Pullaro pidió al Partido Socialista, donde sigue la puja entre dos sectores que tendrían la titularidad de una cartera cada uno.
Esa indefinición que motiva una extensa reunión radical-socialista el jueves, posterga otras decisiones e incluso la futura conducción de la Cámara de Diputados. "Hay tiempo" se señala el corrillos parlamentarios donde la dinámica es impuesta por allegados a Pullaro, no solo ante sus socios sino ante un justicialismo que todavía no sale del asombro sobre la derrota, especialmente por la pérdida de bancas en el Senado.