Lunes 19.9.2022
/Última actualización 4:53
La quemazón del espartillo es el tema. El esparto o espartillo (Spartina densiflora) es una especie fanerógama, perenne, perteneciente a la familia Poaceae. Es una maleza invasora, provoca humo. De hecho ese fuego, si no se lo controla, sigue y sigue. A favor del viento y de la sequedad extrema. Hay una vieja tradición de quemar lo seco para que la naturaleza, el suelo, la secuencia de los vegetales, traiga brotes nuevos.
Antes del método denominado "siembra directa", quemar los rastrojos era común en toda la Región Centro, en la que el laboreo, la agricultura, es una de las riquezas del país. Era una información clásica; el humo en las rutas y los accidentes por esa causa. El río Paraná está bajo y muchas de sus islas están más vacías de pequeñas lagunas. Poca agua en riachos y pequeños bañados.
Un fuego sigue y sigue si no se trabaja con un "cortafuego". En rigor, una zona previamente preparada, para que no haya malezas combustibles y las llamas lleguen hasta una "tierra pelada" donde se extinguirían. Normalmente sucede. No se trabaja. El fuego sigue. Mucho viento y el cortafuego no sirve. Cambio de viento y el cortafuego es inútil. Viento hacia las ciudades y el humo llega a las habitaciones del fondo de cualquier pasillo.
Antes había mil vacas, con optimismo y exageración, pastando en las islas entrerrianas frente a la zona santafesina denominada Región Rosario. Ahora se estima en 5.000 las vacas. No hay vacas cimarronas. Todas tienen dueño. Las cruzan en lanchones. Desde que está el Puente Rosario-Victoria esto se facilitó, por lo tanto se intensificó. Criar ganado a campo (regalado) tiene menos costo en el engorde y los kilos que suma son toda ganancia.
Alguien se beneficia al usar la pastura sobre tierras que, en su mayoría, son fiscales. Las hay concesionadas para explotación agrícola-ganadera. Nadie siembra en zonas inundables. Si el río crece (lo avisa pero lo hace, cíclicamente) lo sembrado se pierde. Ni avena siembran. Hay que llevar maquinaria. Las vacas se arrean hasta el camión, hasta el lanchón y al tiempo vuelven más gordas. Insistencia: tienen dueños. Los dueños de las vacas tienen amigos.
Entre Ríos es el propietario, por división geográfica de Argentina. No hay habitantes en cantidad, no hay votos, no hay dinero para gastar en vigilancia de lo que no tiene caso ni nunca lo tendrá; es tierra entrerriana con un inexistente padrón electoral. Las islas son un vacío de padrón electoral.
Socios que contribuyen a las campañas o al enriquecimiento mediante el descuido, las concesiones por poco dinero y muchos años es una sospecha de existencia real.
No vivir en tales sitios y acompañar a los que se enojan es tan necesario como redituable. En votos. En fama. En Rosario se hace. En la provincia también. A veces en la nación. El enojo contra el humo "garpa". A las autoridades entrerrianas no le quita votos ni le asegura fama el humo que el viento trae hasta el piso quinto, departamento B de Avenida Pellegrini, Rosario, provincia de Santa Fe, República Argentina.
Hay fuego. Hay humo. Hay molestias. Hay enfermedades. Hay quejas. Todo cierto. Un helicóptero con una cuba de 150 litros es una chacota, una buena intención. Un avión hidrante con cisterna de 5.000 es una ilusión. Un avión carguero con cisterna de muchas toneladas de agua, un costo que no se puede afrontar. No existen tales aviones, solo Yankilandia los posee y los usa
¿El Ejército? Bueno, sí, claro, no son especialistas en fuego en las islas. Nótese un detalle altísimo: Ejército en problemas internos. Para mi está bien. Para otros no lo sé. Cuestión inatajable: no se pueden quedar para siempre.
Se insiste: afligirse por el humo esparcido por el viento es lícito y redituable. Nos castigan. Quejémonos. Jaleo, jaleo, jaleo. Cada participante de la queja tiene otras tareas. Los concejales deben legislar cuestiones de sus ciudades, ordenanzas que están atrasadas. Los intendentes dedicarse a "alumbrado, barrido y limpieza", totalmente deficitarios.
Gobernadores que deberían, compulsivamente, reclamar coparticipaciones, subsidios y redistribución impositiva. Todos, absolutamente, ven en el humo otro frente de campaña electoral. Los ojos irritados y un legítimo enojo popular. Paga por todos lados.
Los más imperdonables, los diputados y senadores nacionales, que suman más de 50 y deberían, junto a 9 o 12 senadores (Santa Fe, Entre Ríos, mitad de Buenos Aires, algo de Córdoba) trabajar en conjunto una Ley de Humedales que se demora por cuestiones absolutamente crematísticas. Con el agregado del desprecio y la incompetencia en muchos casos.
Mientras este humo es una aflicción nacional que nos lleva a las quejas y marchas hasta desfallecer, porque la respiración es deficitaria y la irritación mayúscula, ojos, pulmones y humor, todo intoxicado y se insiste, mientras desfallecemos algo sucede. Algo.
El asesinato fallido a CFK que, en sustancia, no la libera de las acusaciones de corrupción, mal uso de la función pública y enriquecimiento ilícito, la ha dejado a punto de convertirse en mártir de "Oscuras Fuerzas del Mal" por su bondad para con el país… Eso dicen sus seguidores. Existe una razón: Cristina es el eje de la política argentina. Esto es cierto. El atentado la puso más central… si cabía.
Terroristas los que quisieron matarla, porque se alzaron, mediante el terror, contra el orden constituido. Terroristas casi asesinos. Condenables. Nadie les dice terroristas, acaso porque no tenían un plan de gobierno para imponer por el terror. Discutamos. La persistencia de quienes no creen en el atentado es una materia psiquiátrica, de fenomenología social. Yo creo en el atentado.
Nota 1: creamos todo cuanto se investiga. Nota 2: Esto no libera ni convierte a CFK en "Hada Buena" de la economía, la política y las acciones como funcionaria del estado argentino. El atentado existió. Punto. No la libera, no la exculpa, no le quita presunción de inocencia y no frena -no debería hacerlo- la investigación de la fiscalía para su posible juicio y "posibilidad de condena" por corrupta. Ojo con el humo.
Nos debemos una mirada sobre los 45 millones de personas que somos. Un número de redondeo sin discusiones. Bien. ¿En qué laburamos? Una nota publicada en el diario La Capital de Rosario oferta en sus datos una pregunta. Los datos: "El mapa productivo laboral argentino exhibe los más de 700.000 establecimientos productivos registrados de la Argentina en los que trabajan más de seis millones de personas asalariadas".
La nota que mencionamos aclara algo más. Dice textualmente: "El mapa productivo laboral muestra que la provincia de Buenos Aires cuenta con 220.261 establecimientos económicos, 31% del total nacional; seguido por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), con 157.763 (22%); Córdoba con 65.738 y Santa Fe con 64.205"
Hay un número puro y duro: "más de seis millones de argentinos". ¿Y el resto? A la acusación más pesada. CABA es inútil pero cómo, el 22% de lo productivo laboral está allí…entonces no son vagos. El resto es empleo estatal, pymes y desocupados. Variante A, cobrando; variante B, sin cobrar.
Debajo del espartillo está el bosque del desencuentro nacional. La información la provee De Mendiguren, secretario de Estado. Los que trabajan, versus los que no trabajan… pierden por goleada. El humo no tapa el desastre.