VECINOS DE B° EL POZO
"Dos reclamos puntuales a Assa: 1) por la pérdida de agua en la casa ubicada en Manzana 12, Viv. 22. Desde hace más de 3 meses colocaron un corralito en la respectiva esquina, en Alejandro Greca y Jiménez Assua y no aparecieron más; 2) aguas cloacales en la esquina de Marta Samatán y Jiménez Assua: una vez más está obstruido el conducto cloacal y se desborda en la tapa ubicada sobre la calle, en la mencionada esquina. Este es un problema DESDE HACE AÑARES. Hemos solicitado de todas las formas posibles que lo solucionen definitivamente, ya que esa obstrucción se da con sistemática frecuencia. Gracias por el espacio".
EMILIANO DEGANI
"Es lamentable la falta de barrido, aseo y prolijidad en la plaza Pueyrredón de Santa Fe. Nuevamente, está 'detonada'. Sabiendo que hay otras prioridades, el lugar es invadido por artesanos, por jóvenes en la noche, por los bares aledaños y los vecinos del barrio. Sin embargo, no se ve que alguno contribuya a su mantenimiento, sino, por contrario, aportan para profundizar su estado de abandono".
UN CIUDADANO
"Hace muchos años, cuando éramos chicos y jugábamos, circulaba un dicho: '¡Yo, argentino!', como diciendo: yo no tengo nada que ver, ni vi, ni participé de nada, caracterizando la actitud del individualismo, del egoísmo de quien busca evadirse de los problemas y no enfrentar la situación... Hoy siendo una persona grande, advierto que nuestra sociedad sigue con esa particularidad del yo… argentino: yo no tengo nada que ver, los malos son los otros... Y sucede que una sociedad también es reflejo de los malos políticos, los malos empresarios, los malos gremialistas, los malos trabajadores, la gente en general. Somos una sociedad que se empecina en estar enferma de odio. Nada nos conmueve, ni nos importa, ni nos sensibiliza... No vemos al prójimo, nada de nada... Somos lo que somos, "Yo... argentino". Mientras a mí no me toque el estado de necesidad, sigo pensando que todo está bien; aunque en las plazas haya filas para rascar una olla popular en medio del frío intenso, o seres humanos durmiendo a la intemperie y los demás les pasemos por al lado como si fuera menos que una planta, naturalizando esa situación… En definitiva, a veces me pregunto si lo que sucede en Argentina no es ni más ni menos que un búmeran que se nos vino encima y que lanzamos al aire, impulsados por los odios, resentimientos y actos de venganza. Si no queremos entender que somos así, creo que ningún partido político podrá sacarnos adelante, ni ningún ministro de Economía, ni presidente... Solo la misericordia de Dios podrá salvarnos, cuando pidamos perdón por el pecado de nuestra arrogancia".
JOSÉ CÁNDIDO (*)
En noviembre de 2011 -mucho antes del estudio actuarial que funcionarios legislativos y del Poder Ejecutivo hoy lamentan no haber escuchado-, los jubilados provinciales advertirnos lo que iba a suceder con el déficit de la Caja de Jubilaciones. Advertencia que no alude a ninguna sabiduría, sino a una simple observación de la realidad. Dejamos constancia de que la advertencia fue entregada en las propias manos de la actual directora provincial de la Caja de Jubilaciones y a la entonces ministra de Trabajo.
Dijimos y lo escribimos hace trece años que era muy necesario una reforma no solo previsional, sino de la Seguridad Social como una integralidad. Hoy, esos tres institutos están en gravedad de prestaciones: la Caja de Jubilaciones, la Caja del Seguro Mutual (intervenida desde diciembre 2023) y el Iapos (sin la prestación de los servicios de salud que demandan con desesperación sus quinientos mil afiliados).
Al Estado no le importó. Cuando decimos Estado, es el que está representado por muchas personas que hoy están en funciones de altísima responsabilidad. Son los que nosotros decimos que "Se durmieron". Eso puede suceder. Lo grave es que hoy abandonaron la perpetua siesta y se les ocurrió una política de Estado salvaje, sobre temas de la previsión social. No está mal un topeo a los millonarios beneficios jubilatorios del Poder Judicial. Lo malo es no hacer un mea culpa, y que sus errores y/u omisiones sean descargados con toda la furia, haciéndoles pagar "aportes voluntarios" a los viejos, que ya aportaron durante toda su vida laboral, en menoscabo de derechos protegidos por la Convención Interamericana de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. Violando la Constitución Nacional. Eso es un agravio que ni la Justicia argentina va a tolerar, mucho menos los organismos supranacionales.
Los jubilados lo anticiparon y el Estado se durmió. ¿Quién debe hacerse cargo? ¿Los que se durmieron o los que se anticiparon a esta realidad?
La Seguridad Social, disciplina académicamente autónoma, tiene sujetos, fines, procedimientos, fueros y principios propios que la modelan y sustentan. Las nivelaciones de las desigualdades existentes, en definitiva, los parlamentarios, los responsables del Poder Ejecutivo de Santa Fe, deberán someterse a la doctrina de la responsabilidad de los actos propios.
(*) Secretario General del Círculo de Jubilados y Pensionados de la provincia de Santa Fe
CPN. MATÍAS ANÍBAL ROSSI
Con el aporte de 5 diputados radicales y algunas abstenciones se concretó el veto presidencial a la ley de ajuste jubilatorio, que el Congreso había aprobado hace unos días con encendidos discursos "para reconocer a nuestros abuelos" en el decir del diputado radical Mariano Campero. Pero, misterios que tiene la vida e ignorando a cambio de qué, este diputado junto a Martín Arjol, Luis Picat, José Federico Tournier y Pablo Cervi, con su voto a favor del veto, se convirtieron en palabras de Javier Milei en los héroes que le pusieron freno a los degenerados fiscales. Es decir, entre otros, sus compañeros de partido.
Como un buen cocinero de tortillas y panqueques, el presidente con habilidad y desconocidos utensilios dio vuelta los -hasta ese momento- incorruptibles principios políticos de estos representantes del pueblo. A esto se agregó en estos días aciagos para los jubilados el aire triunfal del partido gobernante por esa victoria a nuestra costa, el sector más vulnerable del país.
Los 7 millones de jubilados de a poco nos hemos convertido en esclavos de un sistema corrupto. Aclaro, corrupto porque hoy ese mismo Estado que se considera virtuoso olvida que históricamente fue partícipe necesario en transformar a la Anses en la caja fácil para sus gastos.
Hoy nos consideran un costo y además nos usan como la variable de ajuste para que sus cuentas cierren.
La vetada ley no nos resarce del pasado sino que apenas reducía un poco la pérdida de estos meses. Desde diciembre de 2023 con una mínima de $ 160,713 a agosto de $ 295.454, bonos incluidos, el ajuste fue del 83,8 % contra una inflación para estos 9 meses del 144,5 %. Y digo 9 meses porque también considero el 25,5 % de diciembre, que no me interesa a quién se lo debemos, pero sin duda lo sufrieron nuestros bolsillos como el de todos los argentinos.
Nada es tan perverso como defender la libertad y al mismo tiempo olvidar la justicia que merecen los viejos argentinos.
HUGO
¡No voto más! Me hartaron. Tengo 61 años y se siguen riendo de mí. Sigo pagando impuestos que no paran de aumentar y no recibo nada a cambio. Me aumentan el 100 % la patente y ni siquiera pude tener un intendente que me tape los baches. El más votado de la historia. El prestigioso. Ni luz tengo en mi calle.
No voto más. Me dijeron que mi herramienta era el voto: fue la herramienta para que cada gobierno de todo nivel sea peor que el anterior. El gobernador ajusta por el lado de los jubilados y los legisladores siguen gastando fortunas en 'asesores' de todo tipo... Y para mí no hay plata.
No voto más. Porque me cansé de bancar vagos con mis impuestos y lejos de cambiar esto, el gobierno nacional no para de aumentar los planes 'descansar' de los que viven del Estado.
No voto más. Me harté de concejales que solo hacen pavadas (observen y después me cuentan). ¿No era que al ajuste lo pagaba la política? ¡¡No!! Se aumentan los sueldos y ni se inmutan.
No voto más. La injusticia es una moneda cotidiana. Si por lo menos tuviésemos una ciudad amigable con nosotros, que los bancamos (inútiles, insensibles, payasos lastimosos decadentes políticos) podría pensar en volver a votar. Pero ¡NO! No cuenten más conmigo para seguir garcándome. No cuenten con mi voto para vivir en una ciudad detonada, cuyas entradas avergüenzan, donde tengo que inventar nuevos recorridos todo el tiempo para que los cráteres no me sigan destruyendo el auto.
No voto más. Nos roban y se la pasan boludeando. Ni nación, ni provincia, ni municipio tienen la menor empatía por el sufrimiento de quienes los elegimos. Y aunque no se les mueva un pelo, y aunque jamás reciba una mísera respuesta de su parte: ¡¡NO VOTO MÁS!!".