Con Nicolás Peisojovich
Los sueños soñados, esos sueños que se manifiestan en el plano onírico, son definitivamente irresponsables e incorregibles. Ellos van libres y a la deriva de quién sabe qué órdenes, se meten con los recuerdos, viajan por el tiempo, se desprenden de las formas y de las formalidades.
Con Nicolás Peisojovich
"Si pudieras patear en el trasero al responsable de casi todos tus problemas, no podrías sentarte por un mes". Theodore Roosevelt
Bueno, bueno, bueno…, convengamos que los sueños soñados son irresponsables, no así los sueños de ojos abiertos, ya que esos sueños, los sueños teledirigidos, son esos que uno se monta como hechos que pueden llegar a ser posibles, que no dejan de ser deseos y estos sueños muchas veces son asociados a los objetivos.
"I have a dream" (yo tengo un sueño) dijo en una parte de su discurso Martin Luther King allá por agosto del 63´, en las escalinatas del monumento a Abraham Lincoln, con todo el peso del simbolismo, donde en un sentido y recordado discurso les hablaba con el corazón a casi 250.000 manifestantes en una de las mayores convocatorias por la libertad en ese país que a voces de sus propios habitantes siempre fue la tierra de la libertad y las oportunidades, donde el sueño americano está a la vuelta de la esquina o debajo de una piedra.
"The american dream" muchas veces se torna en pesadilla. Pacifista y defensor de los derechos civiles, Martin Luther King murió de esa tan norteamericana manera de morir que es siendo asesinado; como también lo fue el primer abolicionista, o al menos el más famoso, que bautizó con su nombre (y lo sigue haciendo) a miles de personas de raza negra, Abraham Lincoln. Luther King, activista de raza negra, luchó por los derechos de su gente pero lamentablemente no pudo vivir para ver los cambios que esa sociedad sufriría, para bien, en solo algunos años. Los sueños no saben de colores y banderas y un par de balazos no pudieron encadenar los sueños de millones de afroamericanos.
Pero los sueños soñados, esos sueños que se manifiestan en el plano onírico, son definitivamente irresponsables e incorregibles. Ellos van libres y a la deriva de quién sabe bajo qué órdenes, se meten con los recuerdos, viajan por el tiempo, se desprenden de las formas y de las formalidades, a veces son alucinantes, tristes, húmedos, vívidos, terroríficos, risueños y vaya uno a saber cuántos adjetivos más se requieran para graficar la cantidad de tipos de sueños que existen. Y no sé si existe un nomenclador de sueños, pero estoy seguro que sería uno de los catálogos más grandes del mundo.
Y ahí lo vemos, a uno de los más grandes irresponsables, que es presidente del país más grande "do mundo" alzando a un enano pensando que era un niño, para luego largarlo como si fuera el portador de la peor de las pestes… No es un "menino", es un "anão", y su circunstancial cara de asco se precipitó en su rostro ya rubicundo por el hecho de haber mostrado al mundo que no solo tiene un enano fachista en su interior, también lo confunde con un tierno "menino" que andaba por ahí. La catarata de memes fue casi tan inmediata y profusa como la que se produjo con "cartón pintao" Esteban Bullrich.
Solo un par de palabras, porque el hecho no merece más que eso. ¡Ay Senador...! meter la foto en Zoom para aparentar que estaba presente en la sesión del Senado es lo mismo a lo que hacían nuestros amigos cuando nos daban el presente mientras uno se hacía la rata. Con la gran diferencia que usted cobra para hacer su trabajo. Señor Senador, usted fue ministro de Educación, eso no se hace, maleducado. Simplemente, otro acto de irresponsabilidad, en este caso, de irresponsabilidad laboral.
Las explicaciones sobran, pues hay que predicar con el ejemplo, pero la gente ya no se chupa más el dedo, y estamos viviendo en una época donde todo está a flor de piel, y donde cualquier equivocación se paga con "hashtag" o "Trending topic" (ante cualquier consulta consulte a su hijo/a y/o nieto/a), pero va mi salvavidas para evitar el reto de mis amigos, esas dos palabras en inglés nos remiten a "lo más visto", a lo que es tendencia en las redes sociales, a lo más comentado del día.
Mientras el mundo científico se aboca a encontrar la vacuna contra el Covid-19, aquí nos enteramos por estos días que en un frigorífico de la ciudad de Buenos Aires se encontraron cuatro millones de dosis de vacunas vencidas que había comprado la gestión anterior y que nunca fueron repartidas a los hospitales correspondientes, recordemos que el Ministerio de Salud pasó a ser Secretaría por esos días, echemos la culpa a la burocracia; a la ineficiencia; a la ineptitud o simplemente a la negligencia de una secretaría que no cumplió con el deber por la cual había sido creada. Irresponsabilidad institucional.
Igualmente, aclaro, no es mi intención cargar las tintas o echar culpas sobre estos y aquellos o viceversa, este es solo un espacio semanal donde el relato de mis sueños a veces se mancha de la tinta de la imprenta de los diarios, de los alertas de los informativos de TV y de las voces de mi radio transmisor. No contagien al mensajero.
Hace 5 meses, exactamente el 19 de Marzo, Alberto Fernández declaraba la cuarentena por el coronavirus, hace cinco meses que nos sentimos guardados, esclavos en nuestras casas, hace cinco meses que tenemos ese sentimiento de encierro (aunque no es tal) y que la mayoría de las actividades que antes eran comunes y ordinarias ahora pasaron a ser extraordinarias y hasta privativas. Son momentos delicados y hay irresponsabilidades que le están costando al mundo más de 792.000 muertes. Se sabe, está comprobado que la única forma de no padecer esta enfermedad es evitar salir, no entrar en contacto con posibles afectados, usar todas las herramientas preventivas para no pasar a ser un positivo de Covid. Estamos cansados, sí, estamos hartos, también, pero tenemos la libertad de acatar o no los consejos de los colegiados médicos y las instituciones de salud, y si estás leyendo esto es porque aún estás vivo, y los muertos ajenos no duelen.
Seamos responsables, no busquemos responso.
Martin Luther King hablaba con el corazón ante casi 250.000 manifestantes en una de las mayores convocatorias por la libertad en ese país que a voces de sus propios habitantes siempre fue la tierra de la libertad y las oportunidades, donde el sueño americano está a la vuelta de la esquina o debajo de una piedra.
Los sueños soñados, esos sueños que se manifiestan en el plano onírico, son definitivamente irresponsables e incorregibles. Ellos van libres y a la deriva de quién sabe bajo qué órdenes, se meten con los recuerdos, viajan por el tiempo, se desprenden de las formas y de las formalidades.