La evolución de los símbolos utilizados en Santa Fe entre 1810 y 1853, en este caso las banderas, expresan el gradualismo de la revolución y los conflictos de poder que animaron el largo proceso de conformación del Estado. Hay una breve etapa inicial en que la guerra revolucionaria es en realidad una guerra civil entre juntistas y regentistas, o sea entre los seguidores de la Junta de Buenos Aires y los que respondían al Consejo de Regencia formado en Cádiz en plena invasión francesa.
Las dos entidades eran revolucionarias y sus ejércitos se enfrentaban al grito de viva el rey con los mismos estandartes, habiendo recibido Manuel Belgrano una reprimenda por querer innovar con una bandera diferente, la que, si bien conservaba el celeste y blanco usado por los reyes desde Carlos III, podía interpretarse como un claro signo independentista, lo que molestaba al Triunvirato y a los ingleses, interesados estos en la causa americana pero aliados de España contra Napoleón.
Profundización del proceso revolucionario
A esta época corresponden las primeras celebraciones de los aniversarios del 25 de mayo en Santa Fe. Comparemos los actos de 1811 con los de 1813 y veremos cómo, a través de los símbolos, se aprecia la profundización del proceso revolucionario.
En el primero de esos años, el teniente de gobernador Ruiz destacaba en su informe a la Junta "(…) la pompa y solemnidad con que se verificó el paseo del Real Estandarte en los días 24 y 25 de mayo". Ya en 1813, se programó que se verificara una misa solemne de Acción de Gracias con sermón, se construyera un tablado espacioso en la Plaza con adornos e iluminación y que concurrieran al Ayuntamiento las personas distinguidas "de uno y otro sexo" en las noches del 24 y el 25 a un baile. Al mismo tiempo, se dispuso que "los niños de las escuelas anduvieran alrededor cantando himnos en honor de la Patria con sus banderas nacionales que ha costeado el señor teniente de gobernador".
No debe extrañar el entusiasmo del coronel Ruiz cuando describe el paseo del Real Estandarte porque en ese momento no se discutía la soberanía del rey Fernando VII, y la Junta parecía animar ese sentimiento reverencial en sus comunicaciones, seguramente como una forma de inspirar confianza en un pueblo de arraigadas tradiciones monárquicas y religiosas. Así lo hace cuando señala que la pronta elección del diputado que representaría a Santa Fe en la Junta redundaría en beneficio de la causa del rey y del Estado, y cuando el 23 de junio de 1811, el teniente de gobernador Ruiz, que era español, pone en funciones a la Junta Subalterna que él mismo presidía, lo hace, según dice, para "sostener unidos los derechos del rey y de nuestra causa".
Beruti y el 25 de mayo de 1813 en Santa Fe
Lo curioso es que en enero de 1811 los cabildantes de Montevideo, que respondían al Consejo de Regencia, se atrevieron a solicitar al recién llegado virrey Elío que suprimiera el paseo del Real Estandarte porque las Cortes de Cádiz habían declarado que las provincias indianas eran jurídicamente iguales que las metropolitanas. Aunque el paseo se realizó, al año siguiente las Cortes dieron la razón al Cabildo en contra de la opinión del virrey.
Pero volvamos a las banderitas nacionales que debían agitar los chicos de las escuelas en la celebración del 25 de mayo de 1813. Dice el acta del Cabildo que las había costeado el teniente de gobernador. ¿Quién era este señor? Ni más ni menos que el coronel Antonio Luis Beruti, aquel que con Domingo French repartieron las cintas (se discute su color) identificatorias de los vecinos contrarios a la permanencia del virrey en la plaza frente al Cabildo el día en que se constituyó la primera Junta .
Beruti pertenecía al ala más radical del sector que derrocó a Cisneros. Como Moreno, Castelli, Belgrano, French, o Vieytes, era de los más revolucionarios. El triunvirato había prohibido la bandera de Belgrano y el general debió guardarla contrariado con Rivadavia, luego de haberla hecho jurar en Jujuy por la tropa y el pueblo. Pero Beruti puso en manos de los chicos de las pocas escuelas de Santa Fe las banderitas prohibidas para agitarlas en la plaza y en el Cabildo de Santa Fe en los festejos de mayo de 1813.
Es verdad que por entonces el Triunvirato ya no era el mismo y que la Asamblea había dispuesto que fuera reemplazado el paseo del Real Estandarte, pero la bandera de Belgrano seguía sin adoptarse oficialmente, aun cuando se aprobara la "marcha patriótica" y el sello de la Asamblea que equivalía a las armas de la Nación. Por su parte Belgrano había hecho jurar la bandera a su ejército junto al río Pasaje el 13 de febrero y el pabellón había flameado glorioso entre los humos de la batalla de Salta una semana después.
Bandera Nacional de la Libertad Civil
Ese mismo 25 de mayo de 1813, en que se agitaron las banderitas de Beruti, Belgrano creaba la Bandera Nacional de la Libertad Civil que fue entregada al Cabildo de Jujuy. Las dos ciudades, como todas las que dependían de las resoluciones de la Asamblea, habían recibido la misma instrucción: " (...) que debiendo cesar todo recuerdo público incompatible con nuestros principios, ha decretado la Soberana Asamblea una fiesta Nacional que se consagre todos los años y en todos los Pueblos a tan memorable día y, que entre tanto se designa, puede adoptar en esta ciudad la demostración que sea más a propósito a inspirar las sublimes ideas de nuestra feliz revolución".
En respuesta a tal consigna y en la misma sintonía, Belgrano creaba en Jujuy la bandera de la Libertad Civil, consistente en un paño blanco sobre el que se había pintado el sello de la Asamblea convertido en escudo nacional, mientras Beruti en Santa Fe pagaba de su bolsillo la confección de "banderas nacionales" para que los niños las hicieran flamear en medio del regocijo de la celebración patria.
El Directorio, creado en 1814, persistiría en el uso de la bandera española, aun cuando el almirante Brown ya la colocaría en el mástil de su nave insignia en marzo de 1814. Artigas veía en estas vacilaciones una nota de escándalo, por lo que creó la bandera que adoptaron enseguida las provincias que seguían su liderazgo federal y republicano y que fue izada en Santa Fe al momento de declararse su autonomía en marzo de 1815, casi al mismo tiempo que en Buenos Aires era derrocado el director Alvear y era enarbolada en el fuerte, en reemplazo de la española, la bandera celeste y blanca de Belgrano.
¿Quién había ordenado este acto aventurado, cuando ni siquiera se había declarado la independencia del país? Pues el nuevo comandante del fuerte: el coronel Antonio Luis Beruti. Fue recién en el mismo mes de julio de 1816,en que el Congreso de Tucumán declaró la independencia, que quedó aprobada la bandera celeste y blanca de Belgrano, como "bandera menor" de las Provincias Unidas, a la espera de que se definiera la forma de gobierno a seguir y se fijara el formato de la bandera definitiva.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos.