Jueves 2.12.2021
/Última actualización 13:38
Con el manejo discrecional de fondos reservados, Marcelo Sain montó una modesta maquinaria de información doméstica y tareas de grupos "empoderando" con información, y otros dulces, a medios, periodistas y profesionales del derecho. Así intentó sembrar cierto pánico e incertidumbre entre los círculos de poder autóctonos.
Sain se fue del territorio, pero su impronta del apriete y el uso del Estado como violenta forma de hacer política quedó impregnada en los tres poderes institucionales. La ganancia de los "pescadores" está en la calle revuelta en donde el crimen se dueña del territorio.
No es lo que parece, es lo contrario
La desmesurada violencia verbal y egocentrismo del ex ministro podrán verse como una patología, pero la operatividad de ese ego cumplió su objetivo de centralizar la autoría de ese monopolio de la violencia en una persona. "Soy yo", fue el mensaje. "Soy mi propio jefe". Se podría haber concluido, en un momento, que Perotti era el gobernador del ministro y no a la inversa.
Pensar que en el allanamiento al Ministerio de Seguridad se encontraron carpetas con fotos de investigados y el sello "confidencial" en la caratula, sería la imagen de una mala serie de Netflix, incluso "vintage".
Lo que los fiscales de la Unidad de Delitos Complejos de la Fiscalía Regional 1, Ezequiel Hernández y Mariela Giménez, "encontraron" en los cajones del Ministerio es lo que Saín y sus entrenados dejaron de regalo para alimentar el mito de "te tengo agarrado de los testículos".
El mito y los chupetines de vidrio ahora están en manos del MPA que filtró la existencia de "carpetas con perfiles de periodistas, empresarios y sindicalistas".
La "filtración" controlada que no tiene otro propósito de decirlo todo -al no decir nada- tiene como autores a los propios "allanadores" con sus dichos en off y su silencio en "on" que no desmiente ni asegura.
La imagen de thriller barato, de resmas de papel triturados y agentes de inteligencia nerviosos borrando evidencia, más que insulto a la inteligencia es un atentado la emoción.
La funcional "filtración periodística"
Sain, como muchos otros técnicos formados en las cloacas del apriete con "fierros" del Estado, sabe cómo opera el "mito", la duda y la sugerencia de "lo que tengo de vos" -sean empresarios, adversarios políticos o medios.
Por eso, con "chaucha y palito" generó un sistema, en superficie, alimentado por el "saber" subterráneo.
El pago -y la creación de medios de comunicación informales- es del manual de primero auxilios de los "Servicios" que necesita de una firma o una cara, de autoría para llegarle no a la masa sino a destinatarios particulares, nutriendo a los "mensajeros".
Operaciones mediáticas y judiciales tuvieron como usina a los "topos" de Sain y eran fácilmente identificables en los relatos periodísticos con información de "acceso confidencial y exclusivo" y se certifica, ahora, con la "planilla de pagos" que también "filtraron" las "fuentes muy cercanas al caso".
Sain y su equipo arrastraron hacia el fango a gran parte de la política santafesina. La degradación institucional se evidenció y nada necesita ser cierto para transformarse en rumor y cualquier rumor puede transformarse en "judicializable".
De arriba llueven carpetas, por abajo balas y sangre en un exponencial crecimiento del crimen organizado. Ese es el resultado, objetivo, del paso de Marcelo Saín por la provincia de Santa Fe.
Perotti no es un improvisado ni carecía de plan político a la hora de prometer "Paz y Orden".
El gobernador compró la figura, no de un académico en seguridad -tal como se vende el propio Sain-. En la persona del ex ministro de Seguridad, Perotti aceptó el desembarco de organismos de inteligencia internacionales. Dada la corrosión endémica de las propias fuerzas de seguridad santafesinas y de las instituciones con sus eventuales representantes.
En materia de criminalidad, quizás la única chance de gobernar, sin renunciar al poder, era importar al "Team Sain", formado en el exterior y con sede en Buenos Aires.
La causa que genera el allanamiento del Ministerio de Seguridad, no casualmente, tiene como origen una licitación concebida por Saín para la compra de material de armamentos y tecnología que habría sido confeccionada para que resulte "compra directa" a un el único oferente, Israel Weapon Industries (IWI), representada en Argentina por una SRL (Emprendimientos Grupo Patagónico). En la "corta" aparece como irregularidad administrativa y en la estratégica, era la "prueba de amor" que necesitaba dar Sain al fabricante israelí para sellar su pertenencia.
Horas después de que Aníbal Fernández ratificara la incorporación de Sain al Ministerio de Seguridad de la Nación, renunciaban 14 funcionarios, de su propio equipo, que aun manejaban la inteligencia criminal de Santa Fe. Casi simultáneamente, se producía una de las intervenciones institucionales más impactantes en la provincia, desde el 83 a esta parte.
El Poder Judicial cruzó la calle e intervino al Poder Ejecutivo por una causa de compra de armas denunciada por integrantes del Poder Legislativo. Un "descontrol" de poderes en donde todos "juegan" y el ganador resulta ser la única corporación realmente organizada: el narco crimen.
Nadie puede ignorar que las tensiones institucionales y la permeabilidad de los Poderes a los intereses corporativo existen, existieron y existirán, pero no menos cierto es que los niveles de conflictividad y violencia tuvieron un salto exponencial derribando límites que parecían inalterables.
El caos institucional en la provincia de Santa Fe no es purga ni saneamiento. Es un vacío de poder del Estado que no queda vacante en la calle y menos aún en un contexto de crisis social, económica y cultural inédita, marcado por la pandemia y por la crispación de humores que acechan a un diciembre que siempre asoma como campo fértil de conspiraciones violentas.
Lo que los fiscales de la Unidad de Delitos Complejos de la Fiscalía Regional 1 "encontraron" en los cajones del Ministerio es lo que Sain y sus entrenados dejaron de regalo para alimentar el mito de "te tengo agarrado de los testículos".
La imagen de thriller barato, de resmas de papel triturados y agentes de inteligencia nerviosos borrando evidencia, más que insulto a la inteligencia es un atentado la emoción.
El Poder Judicial cruzó la calle e intervino al Poder Ejecutivo por una causa de compra de armas denunciada por integrantes del Poder Legislativo. Un "descontrol" de poderes en donde todos "juegan" y el ganador resulta ser la única corporación realmente organizada: el narco crimen.