Por Jorge Alberto Busaniche
Como resultado de la excelente respuesta brindada por el pueblo y gobierno, Manuel Belgrano decidió otorgar a Santa Fe, el título de Ciudad Noble. La Junta Provisional Gubernativa ratifica este nombramiento con fecha 8 de octubre de 1810.
Por Jorge Alberto Busaniche
Instituto Belgraniano de Santa Fe
En 1810 la Ciudad de Santa Fe recibe la visita del General Manuel Belgrano en su tránsito al Paraguay, permaneciendo una semana en el mes de octubre. Se aloja en el Convento de Santo Domingo y toma resoluciones para incrementar la capacidad del ejército bajo su mando a partir de las contribuciones santafesinas. El Pueblo de Santa Fe y su gobierno supieron recibir con algarabía los sucesos de la Semana de Mayo, adhiriéndose a la causa revolucionaria, por lo que la llegada del vocal de la Primera Junta constituyó, sin lugar a dudas, una visita que resultó movilizadora en muchos aspectos.
Deberá transcurrir un lustro para que Santa Fe asuma su propia soberanía y autonomía provincial, por lo que la caja de resonancia de los hechos comerciales y políticos dependían del visto bueno de Buenos Aires, así como en la época virreinal, la cabecera del Virreinato del Rio de la Plata, respondía absolutamente de la metrópolis europea.
El paso de Belgrano por Santa Fe, si bien transcurrió meses después de la revolución, políticamente se seguía dependiendo, como si la situación institucional no hubiese cambiado. Su arribo a la ciudad se concretó al atardecer del primero de octubre siendo aguardado por Manuel Ruiz, gobernador intendente y Pedro Tomás de Larrechea representando al Cabildo.
La semana de permanencia en la ciudad, resultó ser el escenario de un dinámico intercambio de solicitudes y decisiones entre el ilustre visitante y los interlocutores santafesinos. No se escatimaron donaciones de todo tipo incluso hasta una compañía de Blandengues de 100 hombres que pasó a reforzar la dotación de la fuerza militar de Manuel Belgrano.
Todo el pueblo estuvo a la altura de las circunstancias con sus contribuciones, en dinero y colectas en onzas de oro, destacándose el aporte generoso de Gregoria Pérez viuda de Denis, y de Francisco Antonio Candioti.
Además de ocuparse de su ejército, Belgrano durante esos días visita las escuelas, en favor de la instrucción de los niños, y las iglesias recomendando a la autoridad eclesiástica desalentar los entierros dentro de ellas. Autorizó la subasta del predio de la ex iglesia y convento de la Merced Vieja para posibilitar con el resultado de la venta, la reconstrucción del Cabildo y una cárcel.
Como resultado de la excelente respuesta brindada por el pueblo y gobierno, Manuel Belgrano decidió otorgar a Santa Fe, el título de Ciudad Noble. La Junta Provisional Gubernativa ratifica este nombramiento con fecha 8 de octubre de 1810, en comunicación a la "muy Ilustre y Noble Cabildo, Junta y Regimiento de la Ciudad de Santa Fe". La placa de mármol ubicada en el lado derecho de la entrada al Palacio Municipal es evocativa de esta denominación que con justicia supo recibir nuestra ciudad.
La nobleza de la ciudad y de su gente volvió a confirmarse cuando a Santa Fe llegó la noticia de la Batalla de San Lorenzo. Inmediatamente el Protomédico Manuel Rodríguez se dirigió presuroso a atender a los heridos del combate, entre los cuales estaba el mismo José de San Martín.
La parábola de la vida de Manuel Belgrano comienza y termina con personalidades o hechos con impronta santafesina. El Bautismo dentro de la fe católica la recibe en 1770 de manos de Juan Baltazar Maciel Lacoizqueta, nacido en nuestra ciudad en 1727. En el otro extremo de su vida, fallece en la Ciudad de Buenos Aires el 20 de junio de 1820, coincidiendo con una jornada de fuerte convulsión política, dentro de un año de importantes acontecimientos entre el centralismo porteño y el gobernador de Santa Fe Estanislao López, quien defiende la dignidad de la provincia y el federalismo que luego se aplicará para la organización republicana y la Constitución Nacional de 1853.
El creador de nuestra Bandera Nacional es ejemplo de patriotismo para todas las generaciones de argentinos y pasa a la inmortalidad en un cuadro de pobreza personal, después de haber entregado todo en favor de la Patria. Paradójicamente el premio recibido del gobierno en virtud de los importantes triunfos militares de 1812 y 1813, consistente en cuarenta mil pesos fuertes, en una actitud que lo ennoblece, decidió donarlo para la construcción de cuatro escuelas.
Atento a lo expresado precedentemente, quien visita Santa Fe desde el primero al ocho de octubre de 1810, no es solo un miembro de la Junta de Gobierno y ocasional jefe de una Expedición Militar al Paraguay sino quien es parte de la libertad y la independencia del país.
En 1873 se inaugura el monumento ecuestre de Belgrano frente a la Casa de Gobierno de Buenos Aires. Santa Fe celebra dicho acontecimiento con una formación militar en la plaza 25 de Mayo, a la cual asistió el ex tambor del ejército de Belgrano, don Pedro de Bustamante, quien provocó la emoción de los presentes en la ceremonia. Nacido en Soledad, provincia de Santa Fe, integró el ejército patrio y estuvo en todas las batallas por la libertad.
Como resultado de la excelente respuesta brindada por el pueblo y gobierno, Manuel Belgrano decidió otorgar a Santa Fe, el título de Ciudad Noble. La Junta Provisional Gubernativa ratifica este nombramiento con fecha 8 de octubre de 1810.
La nobleza de la ciudad y de su gente volvió a confirmarse cuando a Santa Fe llegó la noticia de la Batalla de San Lorenzo. Inmediatamente el Protomédico Manuel Rodríguez se dirigió presuroso a atender a los heridos del combate.