Lo reconoció a La Nación Walter Agosto, ministro de Economía de Santa Fe; lo dejó supeditado a que el gobierno federal no asista a las provincias con emisión de pesos. Una pesadilla que vuelve a revivir los espantos de la crisis de 2001 y que se agrava ante precios hoy acelerados, más allá del discurso nacional. Sólo hay que ir al súper o la verdulería para verificarlo.
Santa Fe tuvo la mejor experiencia relativa entre sus pares tras la crisis de 2001, cuando Carlos Reutemann y Juan Carlos Mercier eludieron la emisión de cuasimonedas. El ex ministro de Hacienda de Santa Fe fue quien le recomendó a Domingo Cavallo que eso no suceda, basado en la ley de Gresham. Fue el día que “Mingo” escuchó la argumentación de “Juanchi”.
Sir Thomas Gresham fue un hugonote londinense, comerciante y financista del S XVI (1519/1579) que acuñó el principio según el cual, cuando dos monedas conviven, la mala circula y la buena se usa para ahorro. Es lo que ya sucede con los dólares bajo el colchón y los pesos gastados y en progresiva depreciación.
Las Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales no valían en la crisis pos 2001 más del 80 % en relación al peso. Eso es algo similar al proceso de inflación, sólo que el producto no es lo que vale más sino la cuasimoneda lo que vale menos. Al interés del consumidor, el efecto es el mismo.
En la declaración de Agosto se deja ver además algo que también pasó hace poco menos de 20 años. Buenos Aires emitió patacones, pagó con eso sus obligaciones a la Nación y el gobierno federal “coparticipó” Lecop a Santa Fe, con lo que los santafesinos terminaron “financiando” a los bonaerenses.
Una vez más Alberto Fernández analiza asistir a Buenos Aires (lo presionan Cristina y los barones del conurbano) a nombre de la emergencia, para que los pesos -si es que emite más y evita las cuasimonedas- lleguen allí antes que a cualquier otro distrito.
Eso mientras Santa Fe decide ir al crédito privado, si es que lo consigue. Por ahora sólo el agente financiero de la provincia le hizo un préstamo a la administración Perotti ($ 5 mil millones al 38%) pero aún está por verse cómo analizarán los bancos la posibilidad de darle hasta $ 54 mil millones, tal el monto de deuda autorizado en las leyes de Necesidad y Covid - 19.
En marzo, cuando aún no se siente todo el impacto del detenimiento de gran parte de la economía -por el aislamiento-, la coparticipación federal a Santa Fe cayó 11,8 % y la recaudación propia por Ingresos Brutos (el gravamen provincial más relevante) retrocedió 9,1% La perspectiva fiscal agrava el tiempo que el Ejecutivo santafesino perdió antes de la pandemia, desperdiciando en una pulseada a todo o nada los primeros 100 días de su gobierno. Fue una victoria pírrica, política y financieramente cara.