Zanjadas las confusiones del viernes de mayo (el día 12) donde todas las cosas que había que decirse fueron dichas y todas las maniobras oscuras que había que hacer se hicieron, los nombres son definitivos. Los precandidatos provienen, en su mayoría, del sur: sureños. Maximiliano Pullaro es de una población bien sureña, Hughes. Marcelo Lewandowski es hijo de inmigrantes afincados por estos pagos. Allí estarán la mayoría de los votos en septiembre.
Ambos todavía deben pasar ese sorpresivo puente democrático, las internas abiertas, simultáneas y obligatorias (las famosas PASO). Y se usa la palabra "sorpresivo" porque, en su momento, Carolina Losada fue una sorpresa. Pero parece, con algo de certeza según algunos sondeos, que los precandidatos que van a competir en el mismo Frente que Lewandowski van a sumar, sí, pero no alcanzarán los votos que las encuestas asignan al senador nacional en ejercicio.
Asimismo, se supone, con temeridad y convencimiento, que Pullaro tendrá más votos que la senadora nacional (Losada, se entiende), que es más que sureña. Nacida en Rosario, vive en Buenos Aires, donde trabajaba de panelista de un programa de Baby Etchecopar. Carolina ha sido explícita: "Si soy gobernadora me mudo a Rosario". Ambos compiten en el otro Frente que suma voluntades en la provincia. Como todas las opiniones son personales, sus dichos -hablo de los de la Losada- sobre que si gana se mudaría no resultan acertados. Pero… "misteriosos son los caminos del Señor".
Considerada una jugada de última hora, pero absolutamente cierta, la diputada nacional Mónica Fein -de origen nicoleño-, también competirá para que, quien atraería votos no pierda una banca: Clara García, viuda de Miguel Lifschitz, que se postula para diputada provincial.
Lewandowski fue una decisión política de María Eugenia Bielsa y Marcelo Gastaldi que lograron su cometido. Senador provincial por el grandísimo departamento Rosario, pertenecía a la lista de la arquitecta en aquella interna frente a Perotti. Después una decisión más complicada (opinaron más dirigentes) lo llevó a competir por la senaduría nacional. La obtuvo por la minoría. La posee hasta el 10 de diciembre de 2027… y si es Gobernador electo este fin de año renunciaría. Juega con red. Pero… pero… es del sur.
Aconsejo leer a Bernard Shaw, que explica mejor la existencia de la senadora Losada (la obra, "Pigmalión"). El hacedor de la legisladora, Julián Galdeano, empresario gastronómico y político radical, la hizo confrontar con el aparato radical y el aparato del PRO en unas internas para la candidatura de senadora nacional. Ganó. Compitió en elecciones generales por dicho cargo y también ganó. Es senadora nacional hasta el 10 de diciembre del 2027. Juega con red. Pero se aclara: Losada es del sur; un sur que no ejerce, porque vive en Buenos Aires.
Debo repetir una explicación: Losada ganaría dos veces el Quini 6. No conocía, aún no conoce, la provincia cuya senaduría nacional ostenta y compite en las PASO para ser candidata a gobernadora… sin conocer la provincia. Aclaración: ni bueno ni malo, es un facto. Se supone que asesores y funcionarios tendrá/ habrá que le expliquen de qué va la cosa en la provincia y su "porteñidad" actual no le quita relación territorial. Es del sur. Afirmo la "boutade"; serían dos veces el Quini 6.
Nadie le quita mando al voto popular. Ese voto popular, cuando la traición de Jorge Obeid lo permitió, sirvió para que Hermes Juan Binner, un norteño venido al sur, fuese gobernador. Desafío a los memoriosos: ¿A quién le ganó? Antonio Bonfatti consolidó el sur como eje. Ayudaban a Rosario con dos cuestiones: dinero y relato. El dinero trajo yerros y vagancia administrativa. Excesiva burocracia que ya es una rémora. El relato aún hoy confunde.
Rosario no se mantiene a si misma por el error conceptual de sus presupuestos y sus necesidades laborales, más obras de infraestructura impostergables y más allá del primer semestre es una ciudad mendicante. Binner, Bonfatti y después Lifschitz ayudaron a la creencia del esplendor de Rosario; cubrían esa mendicidad. Rosario es grande, inmensa, es una Región. Tiene mandato de influencias por servicios y relaciones con cinco departamentos del sur. Esa Región suma más del 60% de los votos de la provincia.
Rosario está al garete. No tiene un líder. Muertos Binner y Lifschitz, mandado al ostracismo Bonfatti (ahora saldría a competir por una diputación provincial) y Javkin empalidecido (un cargo ejecutivo abruma a los conciliadores que no quieren pelearse con nadie y solo se enojan contra molinos de viento como el humo en las islas, y a quien pertenecen 1.000 hectáreas en las islas). Y es fácil advertir que desde esa blanca palidez del actual intendente, se torna difícil un liderazgo, un peso específico y por allí el fenómeno de estas elecciones.
Se repite: el sur no tiene un líder que la conduzca ni un cuerpo deliberativo que ejerza ése liderazgo por comunión de objetivos. Muchos creían que la radical María Eugenia Schmuck estaba para eso pero el acuerdo Galdeano/Javkin coaguló la idea de Javkin precandidato a gobernador y Rosario debe sostenerlo a Javkin por segunda vez para que, además, coleccione votos para la Losada.
La Schmuck cose, zurce, borda, explica y arregla con el Concejo Municipal, en una tarea política que le permitió una intendencia sin sobresaltos a Javkin. No alcanzó. Los números no son buenos para el actual intendente pero se insiste: encuestas no son votos. En este 2023 Javkin es el sur juntando votos para una candidata que era del sur y vive allá, en Buenos Aires, donde su participación mediática le trajo grado de conocimiento y, finalmente, votos… sin otro argumento que la simpatía.
La Losada asusta. Hay algo profundamente "oscuro" en su candidatura. Un mensaje que la sociología y el encuadre político de la misma debería estudiar. En términos más abrumadores, es el fenómeno de Javier Milei en el plano nacional. En ambos casos cabe una pregunta… ¿Es la televisión el verdadero cuarto oscuro del voto popular?
Estas elecciones por venir trajeron un fenómeno de la entretela que nadie desconoce: el empresario gastronómico y hombre del radicalismo fue el centro de las decisiones y de la polémica. Galdeano -recordar a Bernard Shaw y a "Pigmalión"- amenazaba con la Losada, sus votos, su carisma y su sonrisa en los medios televisivos, e intervenía en las listas del radicalismo (es radical) en las del partidito de Javkin, en la interna del PDP, en concejalías y diputaciones.
Como después de una gran reyerta familiar, quedaron heridos y contusos. Muchos temen por la Losada y su porvenir si Galdeano incide como lo ha hecho hasta ahora. A los efectos de esta composición de lugar, después del cierre de listas. Pelea en el riñón sureño con el norte ausente.
Un fenómeno de diván político es el caso de Dionisio Scarpin. Intendente del norte, elegido junto a la Losada como senador nacional, resigna aquella banca por la participación como primer candidato a diputado provincial por ese sector ¿Tanto le debe a Galdeano? Si es testimonial es trampa, es embuste electoral.
Si es cierto, es llamativo abandonar una senaduría nacional para un posible cargo de diputado provincial que, si todo es como se supone y la Losada pierde la interna contra Pullaro, lo llevaría a una banca, pero no a la jefatura del sector donde José Manuel Corral es su contrincante.
En el peronismo la definitiva conversación, a solas, ya sin "Carlos" y "Marcelo", de Perotti (norte) y Lewandowski (sur) definió sus cuestiones intestinas. Roberto Mirabella es un hombre de confianza de Perotti y sabe cuándo, por razones mayores, la amistad acepta y la candidatura se retira. El mismo viernes 12 por la noche el peronismo definió un nombre del sur, precandidato, después candidato y disputando en serio la gobernación.
El partido regional (PSP) con asiento solamente en Rosario, descalabró a un radicalismo sin liderazgos y por tres gobernaciones desequilibró la provincia. Perotti, actual gobernador, mira distinto el territorio. Rafaela no es el sur, es un lunar progresista, pero no es el sur.
Los candidatos que pueden ganar la provincia son sureños. La Losada nada sabe de estas cuestiones del sigo XXI, se había ido. Lewandowski y Pullaro conocen el desequilibrio de las dos provincias en una: Rosario y ciudad de Santa Fe.
La Casa Gris y sus tranquilas burocracias esperan. El ganador tendrá que ir y volver por el puente que cruza el río Salado, donde la provincia se divide en allá y acá, un desafío que desvelará a los gobernantes como antes, como hoy y tal vez como mañana.