Santa Fe, una ciudad repetidas veces "fundada". Garay en 1573, la asienta allá en "la Vieja", para luego ser trasladada por los vecinos como Santa Fe de la Vera Cruz. Y en las últimas décadas fue pretendidamente "refundada" por cada gestión municipal, las que no han sido capaces de abordar y resolver los reales problemas de los ciudadanos santafesinos, pero con modificaciones cosméticas pretenden "hacer historia".
Patrimonio y turismo
Santa Fe de la Vera Cruz, con casi cuatro siglos de historia y memoria, sede de acontecimientos y procesos trascendentes, que pueden atraer al turismo, ha sido sometida a esas acciones "refundadoras" con alguna "novedad", sobre los espacios patrimoniales y han dejado de lado las realizadas anteriormente. Y, en lugar de continuar y mejorar lo hecho, han invertido en otras opciones, dejando morir aquellos proyectos previos, sin analizar si eran buenos o valían la pena, sin plantearse como ampliarlos o mejorarlos e ignorando lo valiosa que es la continuidad en las realizaciones para el progreso real y efectivo de la ciudad.
Los grupos de escolares y turistas que nos visitan se dirigen especialmente al área histórica, el parque que contiene a los museos y el convento franciscano -uno de los más sometidos a la cosmética arquitectónica-, hoy está sucio, atacado por las palomas, con los contenedores rebalsados de basura, alojado por personas sin recursos mínimos, y sin un baño para los contingentes. Los visitantes quieren conocer la Casa de Gobierno de la provincia, la plaza y las iglesias del área. Es ineludible el control permanente de la limpieza en esos sitios atractivos y valiosos.
Circulación peatonal
La vida difícil del peatón, en particular el adulto mayor, que recibe de su cardiólogo el mandato de camine "es muy importante" y sale a cumplir la orden, pero termina fracturado o esguinzado por la pésima conservación de veredas y asfalto. Ejercitar los controles sobre el estado de las veredas, responsabilidad de los propietarios, y resolver -el mismo municipio- los daños en el asfalto urbano, en especial cuando la superposición de "emparchados" ha generado zanjas en los bordes contra el cordón.
Estas medidas son imprescindibles y deben ocurrir pronto, ya que las padecemos los adultos mayores que caminamos por esas zonas y nos caemos reiteras veces por los escollos que nos sorprenden en las calles. A veces, irónicamente pienso: "¿Querrán eliminarnos?"
Además de las multas vehiculares y por mal estacionamiento -que son lucrativas-, deben generarse controles y multas a los vehículos de todo tipo que obstruyen o no dan paso a los peatones en las sendas ad hoc y multas a los peatones que ignoran las normas.
Cuestiones que deben asumirse
Aquellas cuestiones complejas, tales como, el transporte en el área centro sur, el exceso de automóviles y la circulación de ómnibus por las calles angostas, no son tenidas en cuenta. Existen soluciones en otras ciudades con áreas antiguas, resueltas mediante restricciones, multas y transportes más pequeños.
Las relaciones con la empresa provincial Aguas Santafesinas, que ahora, ante el anuncio "impactante" del gobernador de cambiar las cañerías obsoletas (que ojalá se cumpla), demanda del municipio un estado de alerta, para que las obras se realicen en tiempo y forma, que no agraven la situación actual de múltiples corralitos eternos.
Uso de las redes
En las redes deben difundirse -en lugar de publicitarse- las normas de orden e higiene que existen y sus multas o las que se generen. Los niños son instruidos en estos temas en la escuela, pero adolescentes, jóvenes y adultos las "olvidan" y no practican. Las autoridades han dejado el impulso innovador para aquellos problemas que demandan cambios. Hay que recuperar la audacia y priorizar, por sobre los intereses empresariales, los del vecino, por las consecuencias urbanas que los afectan.
Que sirva de ejemplo el descontrolado proceso de construcción de edificios sin supervisar en la obra cómo se prevén los desagües pluviales, ni asegurar que el sistema cloacal, provisión de agua corriente y gas natural sea seguro y suficiente. Las anteriores, son todas "negligencias constructivas" -por llamarlas de algún modo- que terminan perjudicando a los ciudadanos. Debe tenerse presente que son más los votos de los vecinos que los de las constructoras y que el crecimiento descontrolado termina en deformidades que complican la vida diaria.
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