La vida está saturada de problemas. La mayoría no llega a fin de mes. Es pobre. Y ocupa su tiempo en tapar agujeros. Hay asalariados que quedaron por debajo de la línea de pobreza. La angustia lo invade todo. El futuro es incierto.
La vida está saturada de problemas. La mayoría no llega a fin de mes. Es pobre. Y ocupa su tiempo en tapar agujeros. Hay asalariados que quedaron por debajo de la línea de pobreza. La angustia lo invade todo. El futuro es incierto.
En este contexto el gobierno nacional anuncia que para no perder los subsidios a los servicios esenciales del gas y la luz habrá que realizar un trámite. El tema se instala en la calle. Algunos ni sabían que recibían un subsidio. No lo entienden. Si no tramitan el beneficio lo perderán. El cambio de política en la distribución de estos subsidios suma burocracia a una vida llena de dificultades. Angustia sobre angustia.
El gobierno da detalles del tema. Anuncia que sólo habrá tres días por terminación de DNI para realizar el trámite. Muchos ni siquiera saben cómo hacerlo. Se les pasa la fecha, siguen sin entender. Los que saben que hay herramientas para ser asistidos acuden a la Defensoría del Pueblo. Piden ayuda.
Ahora el gobierno dice que se prorroga la fecha para tramitar el subsidio hasta el 31 de julio. Y que ya no importa la terminación de DNI. Hay gente que sigue sin entender. O no sabe acceder a la plataforma digital para proceder. O no tiene acceso. Otros trabajan en negro. No se animan a declarar que para el Estado sus ingresos son cero. Tiene temor a ser perseguidos. Están al margen. Si no tramitan el subsidio en el futuro sus facturas serán impagables. Les cortarán los servicios. O al menos ese es el fantasma.
¿Qué busca el gobierno con este embrollo? Ordenar los subsidios a la electricidad y el gas según los aspectos socio-económicos de cada hogar, dice. Es decir que quiere detectar la capacidad económica de cada hogar. Lo hace para aplicar luego tarifas razonables y justas, asegura.
De esta forma, con la declaración que se realiza en el trámite el gobierno quiere identificar a los hogares que realmente necesiten el subsidio. Y será el mismo gobierno quien discrimine luego en qué grado va a subsidiar la tarifa en cada hogar del país. Es decir, cuánto les van a cobrar a cada uno.
El argumento es que en la actualidad el Estado cubre, en promedio, más del 70% del costo de la energía que llega a los hogares. En el esquema aplicado hasta junio de 2022, el subsidio alcanzaba incluso a los sectores de mayores ingresos que no necesitaban del acompañamiento del Estado, dice el gobierno.
En la web a donde se detalla cómo es el trámite agrega: Esta nueva propuesta de segmentación tiene como objetivo asignar los subsidios a la energía según la capacidad económica de los hogares, manteniendo los subsidios en aquellos con ingresos bajos y medios que requieren de la asistencia estatal para pagar sus boletas de electricidad y gas. Establecer este nuevo sistema de distribución de subsidios es avanzar hacia un acceso más justo a los servicios energéticos.
Quieren dejar de subsidiar a los ricos. En el camino le trastocan más la vida a los pobres. Los resultados se conocerían a fin de año cuando se comience a aplicar, si es que lo aplican.