"Lo que le he pedido al ministro y al equipo es: pocas palabras y muchos hechos", dijo Omar Perotti el pasado 10 de agosto. Y el titular de la estratégica cartera de Seguridad de la provincia, Rubén Rimoldi, decidió cumplir a pie juntillas la primera parte del pedido que le hizo el gobernador santafesino el día en que asumió, y optó por el silencio. Pero no solo con los medios: fue también la ¿estrategia? que utilizó durante su concurrencia este miércoles a la Cámara de Diputados donde fue citado, precisamente, para exponer sobre la ejecución de los fondos asignados por la ley de emergencia.
El ministro del área más sensible de la administración provincial (Santa Fe duele por el delito, Rosario sangra) eligió el mutismo casi total en una reunión que debía servir para despejar interrogantes, defender tácticas, aclarar números y ratificar alguna política que permita modificar un rumbo que no se termina de definir y, por ahora, conduce a pocos resultados.
Por alguna razón, el ministro optó por el silencio. Tal vez para hacer honor al pedido de su jefe o, por qué no insistir, por pura estrategia; para dejar la palabra a una voz técnica que, al final, terminó de tensar los ánimos. Del otro lado, y al menos por ahora, quedaron demasiadas preguntas sin respuestas.