El ministro de Economía, Sergio Massa, continuó esta semana con la escalada de anuncios que comenzaron la semana pasada con el fin de mejorar el poder adquisitivo de los salarios, y que la gente perciba esa mejora, que le permita conseguir de la luz de ventaja sobre sus rivales electorales el 22 de octubre para estar en el balotaje de noviembre, según el camino que se ha trazado hace tiempo Unión por la Patria para retener la presidencia.
El contexto en el que lo hace es el peor desde, por lo menos, la salida de la convertibilidad: sin dólares para que el sector productivo sostenga un ritmo de producción más o menos fluido y previsible, una economía que este año va a caer y no se sabe que va a pasar el próximo y una inflación de dos dígitos que los argentinos que tienen menos de 31 años nunca habían padecido, en el medio de una sociedad que perdió la paciencia y, lo que es más peligrosos aún, va camino a perder la tolerancia.
Sergio Massa continúa su gestión como ministro de Economía, al tiempo que realiza su campaña como candidato a presidente.
En rigor de verdad, Massa no está haciendo nada nuevo. Los programas y medidas económicas para mejorar su competitividad electoral lo han hecho todos los gobiernos y es legítimo. Hasta Macri, que ahora critica las medidas de Massa, después de perder las PASO en agosto de 2019 aumentó el salario mínimo, congeló el precio de la nafta por 90 días, aumentó el piso de Ganancias un 20%, devolvió impuestos pagados en el año, eximió del pago de la parte de los impuestos al trabajo que le corresponden a los trabajadores en relación de dependencia, ordenó dos pagos extras a trabajadores informales, aumentó 40 % las becas Progresar, lanzó una moratoria a 10 años para las pymes y les otorgó un bono a los empleados públicos nacionales. Las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad. Nada nuevo bajo el sol.
Nadie puede cuestionarle a un dirigente político que tome medidas para ganar las elecciones porque justamente es su tarea: ganar elecciones. Lo que en todo caso podría objetársele es si estas medidas tienen la suficiente consistencia y evaluación como para que su implementación apuntale un círculo virtuoso y sea sostenible en el tiempo porque modificarlas en poco tiempo por su inviabilidad o porque no producen los efectos deseados no harán otra cosa que echar más leña al fuego en la hoguera del enojo social.
Más allá de lo efectivo que resulten estas medidas a los fines para las que fueron implementadas, y su equidad social, de a poco Massa está cumpliendo con uno de los objetivos de su campaña que es la de llevar todo a un balotaje para polarizar con Javier Milei que, aunque a veces parece moderarse, termina mostrando su peor cara, en realidad la única que tiene, como lo hizo, por ejemplo, en el reportaje que le realizó el sobrevalorado Tucker Carlson para el público estadounidense.
En este contexto, hay que destacar, Massa está obligando a los distintos sectores económicos del país a emitir pronunciamientos para fijar posiciones respecto a las políticas que Argentina necesita para salir de la crisis en la que está sumida y encarar una etapa de crecimiento y desarrollo con inclusión social para lo cual tiene todas los medios y las condiciones.
En este contexto se inscribe el poco común comunicado que este jueves hicieron público bajo el título "Postulados de un modelo con desarrollo para una Argentina productiva", la Federación Industrial de Santa Fe, las Bolsas de Comercio de Rosario y Santa Fe, la Cámara Argentina de la Construcción, Apyme, el Centro Comercial de Santa Fe y la Unión Industrial de Santa Fe, con la adhesión de más de 20 gremios.
En el comunicado fijan la posición que tienen en una serie de políticas cuestionadas por candidatos a la presidencia, empezando por la necesidad de respetar "la división de poderes y a las instituciones que se deben asegurarse porque son valores democráticos para alcanzar un desarrollo económico y social sostenible" y reivindicando el rol del Estado como organizador e impulsor de políticas que tiendan al desarrollo productivo con inclusión social, la educación pública y el desarrollo de la ciencia y la técnica.