Las reservas del Banco Central finalizaron la semana en US$38.262 millones; en el mes cayeron US$411 millones y en el año retrocedieron US$1.238 millones. La sequía augura un verano con escasas divisas por exportación de trigo y los controles a las importaciones afectan precios y abastecimiento internos.
Sergio Massa dijo el viernes: "le ganamos a la incertidumbre y estabilizamos la macroeconomía". El Registro de Expectativas del Mercado del BCRA fijó la inflación en 101,2%; los precios suben al 6,5/7% mensual mientras el dólar se atrasa algo más -el peso se devalúa por debajo del 6% cada 30 días- y agrava la competitividad del sistema productivo.
Marina Dal Poggetto calculó que, sólo por la alta tasa de interés que intenta "ganarle" a la inflación, se suman $580 mil millones por mes a una economía que no quiere pesos. El BCRA y el Tesoro suman $14,7 billones en deuda que se indexa; la "bomba de las Leliqs" que Alberto Fernández prometió desactivar incrementa la carga exponencial de las incertidumbres que Massa niega.
Un párrafo dedicado a la Argentina, del informe elaborado por el Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI que conduce Ilan Goldfajn, advierte que las "vulnerabilidades internas y la incertidumbre en torno a las políticas, sumadas a un empeoramiento del entorno externo, están agravando las perspectivas". El organismo "moderó" el pronóstico de crecimiento del PBI real a 4% este año, con riesgos "a la baja"; pide "la adopción de políticas más restrictivas" para apuntalar la estabilidad y contener la inflación.
Hasta agosto -último dato difundido por el Indec- el Índice de salarios se incrementó 51,0% (74,2% interanual ) y en igual período, el nivel general del Índice de precios al consumidor acumuló una variación de 56,4% en ocho meses (78,5% interanual). En todos los casos, la inflación le ganó a los salarios y aún más a las jubilaciones, que acumulan 49% desde enero.
En el acto de la UOM, Cristina Kirchner no comparó ingresos de bolsillos reales contra precios de productos de primera necesidad; mostró la baja participación del salario en el PBI y reclamó a la Casa Rosada "arbitrar" la inequidad por decreto, con una suma fija más allá de las paritarias. Embistió contra la renta extraordinaria de las empresas mientras la Afip ya cobra un nuevo adelanto de Ganancias que no existen; el kirchnerismo se preocupa menos por la angustia social que por la caja para la trinchera bonaerense, un dato que el peronismo de Santa Fe observa con resentida -silenciosa- complicidad.
Carlos Castagneto, el administrador de los impuestos, mete presión a las empresas mientras Matías Tombolini les advierte -en línea con la renta extraordinaria que denuncia Cristina- que sin un acuerdo de precios por 120 días, sobrevendría más ortodoxia kirchnerista. El presidente Alberto Fernández, un jugador secundario en la macro, mandó a su vocera a repetir sus aspiraciones sobre una ley que cobre impuestos a la renta inesperada. No hay idea ni plan, excepto aumentar la presión fiscal. Recetas inútiles en el frente de todos contra todos.
En el Senado, el miércoles pasado, Sergio Rubinstein alambicó su diagnóstico en un intento por destilar las tensiones entre la realidad y los ideales kirchneristas; el resultado es un trago amargo. "La inflación es un fenómeno de desequilibrio en el mercado monetario sea por aumento de oferta o disminución de la demanda, pero no por la composición del déficit. Nosotros estamos enredados en niveles altísimos de déficit que no podemos financiar y generan altísima inflación, es una prioridad bajar la inflación", dijo el viceministro de Massa; Cristina elogió el "gran esfuerzo" del titular de Hacienda.
Para la Oficina de Presupuesto del Congreso, las modificaciones introducidas por Diputados en el proyecto de Ley de Presupuesto 2023 con media sanción, disponen un aumento del gasto de $567.700 millones -0,4% del PBI- de los cuales hay $244.413 millones se destinarán a financiar planes sociales. No hace falta mucha imaginación para saber en qué distrito se concentrarán.