Martes 26.3.2024
/Última actualización 12:46
¿Alcanzan cuatro días para conocer una ciudad tan imponente como Taipéi, la capital de Taiwán? La respuesta tendería a ser negativa, pero en ese corto lapso de tiempo quien escribe pudo recorrer una urbe que nada tiene que envidiarle a París, Roma o algunas de las afamadas “cities” norteamericanas.
El tiempo libre que dejaba la 11 Cumbre de Ciudades Inteligentes, de la que participó El Litoral junto a otros medios de todo el mundo, se utilizó al máximo para explorar los lugares que permitan conocer la capital taiwanesa.
Uno de los bulevares típicos de la capital de Taiwán. Foto: Gonzalo ZentnerTaipéi se presenta hiperconectada, tanto en movilidad urbana con un sistema de transporte que combina colectivos, metro, subte, bicicletas inteligentes y hasta un tren de alta velocidad, como digitalmente.
Sincronizada al máximo, la red de transporte permite conectar de alguna u otra forma los puntos de la ciudad y de localidades vecinas. En simultáneo, con el 5G en funcionamiento y WiFi gratuito en la vía pública, los ciudadanos y ocasionales visitantes pueden estar online.
La estación terminal del tren rápido. Foto: Gonzalo ZentnerDato de color. Las bicis circulan por las veredas, ya que las ciclovías fueron diseñadas separadas de donde se conducen motos, autos y colectivos.
Llamó la atención del redactor de este artículo la cantidad y nivel del parque automotor. Ferrari, Tesla, Porsche, Mercedes Benz, Volvo y otras marcas de alta gama se dejan ver por las calles taiwanesas.
Todo lo anterior se conjuga con un tráfico intenso, desde las primeras horas de la mañana y hasta las 22 o 23, cuando la ciudad comienza a dormirse. Anchas avenidas de hasta tres y cuatro carriles, siempre con uno exclusivo para buses urbanos se entremezclan con amplios bulevares lleno de árboles y flora autóctona.
La experiencia de viajar en subte en Taipéi. Foto: Gonzalo ZentnerOrden y respeto
La limpieza es característica de las veredas y calles de Taipéi. Nada de papeles, ni bolsas, mucho menos cartones en las zonas céntricas. Algunas particularidades referidas a la basura callejera.
Por un lado, quien sea detectado arrojando algún elemento puede ser multado con hasta 10 dólares estadounidenses (unos 300 dólares taiwaneses). Al respecto, le contaron a este periodista que un ciudadano puede denunciar a otro que arroja basura indebidamente con una fotografía infraganti lo que le valdría una especie de “premio” para el denunciante.
Los peatones tienen máxima prioridad en las calles de Taipéi. Foto: Gonzalo ZentnerPor otro lado, es difícil encontrar cestos de basura en las veredas. Cuando se hizo la consulta del caso, la respuesta fue que se quitaron porque allí se depositaban los residuos hogareños y no cumplía su verdadera función. ¿Entonces, donde uno tira un papel o una lata de gaseosa mientras camina? Hay comercios que en Argentina llamaríamos “maxikiosco” que en su entrada poseen cestos y allí se tira la basura, respondieron a quien escribe estas líneas.
También sorprendió el respeto por el peatón. Dos ejemplos para graficar la situación: los semáforos otorgan entre 30 y 90 segundos para cruzar las calles, todo un signo; los vehículos frenan en las sendas peatonales para que puedan atravesar las personas.
Los grandes y novedosos edificios donde tienen sus oficinas compañías de tecnología más importantes del país y otras firmas internacionales, conviven con las construcciones más antiguas, donde residen los habitantes de Taipéi.
La noche de la capital taiwanesa con los impactantes edificios. Foto: Gonzalo ZentnerMención especial para Taipéi 101, la torre más alta de Taiwán y del mundo desde 2003 y hasta 2009. Entre otro de sus logros el rascacielos con forma de bambú tiene un ascensor rapidísimo que alcanza el piso 90 en cuestión de segundos, cuestión que le valió un Récord Guinness como el elevador más veloz del mundo.
Desde lo alto de su terraza se puede apreciar todo el valle donde se emplaza la capital de Taiwán. El rio Keelung, las zonas comerciales antes mencionadas y los barrios donde viven los vecinos.
El rascacielos Taipéi 101. Foto: Gonzalo ZentnerAmigable y respetuosa
“Please” y “Thank you”, (por favor y gracias) lenguaje universal para pedir y agradecer ante una necesidad de un foráneo, se repite hasta el cansancio en Taipéi. Punto a favor para la capital taiwanesa, que no duda en demostrar su hospitalidad.
Una cuestión no menor sobre la población es la vigencia del uso del barbijo. En la vía pública, shoppings y, principalmente, en el transporte urbano la mascarilla no ha dejado de usarse.
Desde lo más alto del rascacielos de Taipéi. Foto: Gonzalo ZentnerAnte la consulta de este periodista sobre la continuidad del tapabocas, se brindaron dos versiones, ambas valederas. La primera dio cuenta de que la población adulta y anciana quedó con temor por el contagio de alguna enfermedad respiratoria. La segunda, apuntó a una cuestión estética al decir que las mujeres jóvenes preferían cubrirse el rostro cuando no salían maquilladas.
“Do you have any coin?” (¿Tienes monedas?). La pregunta se repite en los comercios y comedores de Taipéi a la hora del cobro. Incluso, en el Duty Free del aeropuerto. Sí, en Taiwán están más vigentes que nunca la monedas, tipo de pago olvidado y en desuso en la bendita Argentina.
Más allá del uso de las monedas, el pago que se impone es el digital o con tarjetas. Otro contraste cotidiano con nuestro país. Con un mismo plástico, el taiwanés puede pagar el transporte público y hacer compras en los ya mencionados kioscos. Una especie de SUBE ampliada.
Las principales marcas del mundo confluyen en los centros comerciales de hasta 10 pisos. Foto: Gonzalo ZentnerSeguridad silenciosa
“Ud puede caminar tranquilo, Taipéi es seguro”, afirmaron en distintas oportunidades ante la incesante consulta de este periodista.
Al recorrer a pie las avenidas de la capital taiwanesa es difícil notar la presencia policial pero está lleno de cámaras y dispositivos de videovigilancia. También está controlado el tránsito con radares y reductores de velocidad.
La premisa se cumplió. Sin inconvenientes para recorrer a pie y por metro, que dicho sea de paso estaba abarrotado de gente.
El distrito Daan, uno de los más transitados por los ciudadanos de Taipéi. Foto: Gonzalo Zentner¡Sorpresa! funciona todo
Las comparaciones son odiosas, pero necesarias. En las calles de Taipéi los semáforos funcionan correctamente, con sus temporizadores y las ondas verdes.
Con precisión exacta los sistemas de transporte público cumplen los horarios y recorrido. Si la próxima parada es en 5 minutos, se cumple. Si el trayecto está previsto en 30 minutos, se respeta.
Calles en perfecto estado, árboles y ornamentaciones bien cuidadas. Veredas limpias. Todo esto a cuento del contraste con la ciudad de Santa Fe y sus problemas diarios.
Volviendo a Taipéi, y a modo de cierre, esas cuatro jornadas alcanzaron para tener una perspectiva bastante cercana a cómo se vive en la capital taiwanesa, algunas costumbres y su cotidianidad.