Por Roberto Casabianca
Por Roberto Casabianca
Un efecto positivo de la pandemia ha sido el que las comunicaciones científicas son analizadas por terceros, los que encuentran groseras incongruencias por lo cual, revistas de prestigio deben retractar un número grande de publicaciones, aunque estas pasen por el control de la "revisión por pares" o "referato", apareciendo los más graves problemas cuando los trabajos están vinculados a intereses económicos de las grandes empresas farmacéuticas. Más gente está prestando atención a los errores. Se observa más y se habla de esto y, mientras más gente busque, más papers van a terminar retractados.
El 16 de marzo de 2022, la Ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, haciendo referencia al trabajo publicado en The Lancet por el ministerio con el título "Efectividad de Las vacunas rAd26-rAd5, ChAdOx1 nCoV-19 y BB1BP para el riesgo de infección por SARS-CoV-2 y muerte por COVID-19 en mayores de 60 años", escribe en sus redes sociales: "Estudiamos la efectividad de la Sputnik 5, Astra Zeneca y Sinopharm entre enero y septiembre de 2021, tanto para prevenir las infecciones como para prevenir la muerte por coronavirus en mayores de 60 años, el grupo con más riesgos en esta pandemia", destacando los resultados como "excelentes".
Sin embargo, Enrico Bucci, un biólogo molecular italiano que dispone de una página web conocida como "Cattivi Scienciati" (malos científicos), en donde analiza los papers presentados en las revistas, encuentra en este trabajo presentado en The Lancet numerosos errores cuestionando a los revisores de esta famosa revista por no detectarlos, ya que observa porcentajes sin sentido que no se pueden reproducir y manifiesta: "Básicamente, dentro de la única tabla que debería representar a la publicación estudiada, hay tal abundancia de cálculos erróneos que uno se pregunta si un revisor habría examinado el manuscrito".
Para sumar mayor desconcierto, los gráficos comparativos de las curvas de Kaplan-Meier, que son utilizados para demostrar la prevención de la muerte por diferentes vacunas, son idénticos para Sputnik y Astra Zeneca, lo que constituye un problema grave.
Poco tiempo después la revista incorporó las correcciones que marcara el experto, las que fueron enviadas por Analía Rearte, Directora Nacional de Epidemiología e Información Estratégica del ministerio, quién manifestó que "solo son errores de tipeo", y para el caso de las curvas admitió que se copió dos veces la misma curva porque "son muy similares". Los datos fueron corregidos en doce lugares diferentes en el texto original y la figura duplicada también.
Y sigue la funcionaria: "El documento fue trabajado mucho tiempo. Se hicieron muchas revisiones y muchas correcciones hasta que fue aceptado. Y a partir de ahí tuvimos tres meses más de ediciones de ida y vuelta. La investigación pasó por cinco revisiones y tres editores". Cuando se le preguntó por qué salió con tantos errores el trabajo después de tantas revisiones contestó, "errar es humano".
Concluye Bucci diciendo: "Pero lo peor es otra cosa; aunque las correcciones realizadas certifican los problemas originales, no hablan del conflicto de intereses de algunos de los autores". Y suma un dato, que no figuraba en el análisis: "Me gustaría agregar un punto, la ministro de Salud es la autora del paper. Esto implica un conflicto de intereses, dado que su gobierno ha promovido por todos los medios la Sputnik V, como lo demuestran varios correos electrónicos distribuidos a la prensa y como también se desprende de las conexiones entre varios miembros importantes del gobierno, Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) y el gobierno de Putin. Sin embargo, la declaración de este evidente conflicto de intereses no está presente en el trabajo".
A modo de conclusión, Bucci propone: "Quizás la conclusión que se debe considerar es otra. Todo lo que se publica por The Lancet, o cualquier otra revista, sin que la comunidad científica tenga la posibilidad de controlarlo totalmente, no es ciencia, sino marketing científico, publicadas en las páginas satinadas de las revistas científicas".
Solo un país que ha renunciado a la excelencia puede destacar tanta mediocridad. O se ha perdido la vergüenza o no les importa porque no le exigimos a nadie un estandar de conducta, con lo cual logramos una dirigencia tan mediocre. Pretender que de las escuelas surja la excelencia es una utopía ya que casi no quedan exentas de politización y de adoctrinamiento. Es importante destacar que las experiencias de lo sucedido por haberse apurado a inyectar el ARNm contra el Covid, mal llamada vacuna, ha sido extremadamente insensato.
El ejemplo más palpable de lo que puede suceder con los apuros fue la vacuna contra la gripe porcina en 1976 que, al observar que aumentaba el riesgo de desarrollar el síndrome de Guillian-Barré, su aplicación se detuvo. Ello fue una muestra que los apuros en este campo no son buenos y que pese a que la vacunación es un arma muy poderosa, se debe garantizar la seguridad y la eficacia de la misma.
Las inyecciones desarrolladas para el Covid a toda prisa, sin los pasos exigidos para la aplicación de la misma completados, que han sido pese a todo autorizadas como "uso de emergencia" pero no aprobadas, han mostrado ser ineficaces y causar un nivel de efectos secundarios adversos sin precedentes. Estos efectos adversos han sido negados sistemáticamente por la asociación político-mediático-farmacéutica que ha intentado ocultarla por todos los medios.
Diversos estudios han demostrado la reducción de la eficacia en pocas semanas y que no impiden ni el contagio ni la transmisión, lo que ha provocado que se requieran hasta cinco refuerzos poniendo en riesgo a nuestro sistema inmunológico.
El motivo de la gran cantidad de inyectados se debe a que, primero los medios aterrorizaron a la población, siguiendo con la negación de los tratamientos tempranos que evitaban las internaciones y que eran eficaces como profilácticos, utilizando medicamentos sin ningún efecto secundario de importancia y de muy bajo costo. Al negar los tratamientos tempranos se facilitó la autorización de las inyecciones como "autorización de emergencia" y consecuentemente, no se elaboraron protocolos de mejores prácticas.
La inmunización natural fue sistemáticamente ninguneada negando que nuestro maravilloso sistema inmunológico pueda protegernos. Concluyo manifestando que, flaco favor le ha hecho el trabajo publicado en The Lancet por el Ministerio de Salud de la Nación a la credibilidad de las inyecciones contra el Covid y a la seguridad que inspira en las políticas que implementan.