Si algo no da lugar a discusiones y se ofrece como un bálsamo, como un oasis de agua cristalina en medio del desierto, es el vestuario. Crédito: Manuel Fabatía
Unión está segundo pero el clima que se vive no parece el de un equipo que pelea por la punta del torneo en el fútbol de los campeones del mundo. Los problemas se encadenan. Hay algunos que son ajenos y repercuten, como el error arbitral que lo privó de ganarle a Belgrano luego de 32 años de no hacerlo en Córdoba. Y otros que son responsabilidad pura y exclusiva del propio Unión, como la inhibición que fastidia al entrenador.
Si algo no da lugar a discusiones y se ofrece como un bálsamo, como un oasis de agua cristalina en medio del desierto, es el vestuario. Cuando digo vestuario, me refiero la relación interna entre los jugadores y de ellos con el entrenador. El Kily ha conseguido, mediante su forma de ser, su intensidad y su llegada profunda al plantel, una comunión de ideas y objetivos que es tremendamente valorable.
Los jugadores de Unión más unidos que nunca. Crédito: Manuel Fabatía
El otro día, Eduardo Domínguez, entrenador de Estudiantes y DT que llevó a Colón a conseguir el título de campeón, referenció a Unión. Dijo algo así como esto: "Unión no se armó para salir campeón, pero internamente, sus jugadores y su entrenador creen que pueden hacerlo". Lo dijo hablando de la gran competitividad que reina en este fútbol argentino en el que la paridad surge a la vista más allá de las tremendas diferencias de presupuesto entre algunos clubes. Y realmente es así.
Unión sale a la cancha sabiendo que no es menos que nadie. Por eso le juega de igual a igual a cualquiera, lo ataca a Racing en su propia cancha, a River en la propia y siempre trata de imponer su juego y su ritmo. Este es un gran logro de un entrenador que ha crecido y que ha madurado mucho en los últimos tiempos, aspecto lógico porque llegó con inexperiencia y poco recorrido como técnico, pero con el antecede de su extraordinaria carrera como jugador que lo llevó a vivir situaciones extremas de las que pudo sacar enseñanzas.
El Kily es un tipo que le llega a todos. Hace poco, Lionel Messi habló de aquella expulsión que sufrió en su debut con la camiseta de la Selección Argentina en mayores. "El Kily se acercó, me dijo que a él le pasó lo mismo, que eso pasa y que no tengo que afligirme. Me dio fuerzas y salí adelante. Nunca olvidaré su consejo", dijo el jugador más representativo que ha tenido el fútbol argentino en toda su historia, superando a un monstruo como Diego Maradona.
En ese micro mundo del vestuario y de la convivencia con el plantel, el Kily ha conseguido que sus jugadores dejen la vida en la cancha, que jueguen con el corazón y que tengan la camiseta de Unión bien puesta. Es altísimo el sentido de pertenencia de este equipo. Es el vestuario, que evidentemente goza de muy buena salud.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.