Algunas de las frases y los conceptos de esta columna ya fueron explicitados. No pierden valor y los hechos le agregan sustancia. Estamos en una etapa transaccional, a caballo de las formas tradicionales de la comunicación y del conocimiento y otra más liviana, penetrante, temporal y masiva. Los medios y las redes. Entronizan a Juan hoy, mañana lo derroca María. Se depende del canal, del horario, del minuto a minuto.
Empecé en este "oficio" sabiendo que los personajes públicos tienen una lógica diferente sobre las relaciones humanas, claramente diferente. Ni mejor ni peor, apenas diferente. Cuidado, esa diferencia los pone en un sitio que no es el de los mortales. Por eso asombraba, por ejemplo, la bonhomía de don Arturo Illia, o la tranquila lejanía de Hermes Binner, por citar solo a dos de ellos, que no parecían personajes con poder civil entregado por los votos… y el carácter. El mejor de todos en ese aspecto: Carlos Sylvestre Begnis.
Con los años el oficio va poniendo callos a los desplantes y las contestaciones diferentes. Son un registro, como escuchar una marcha, una canción conocida que el oído y la memoria auditiva reconocen. La canción es la misma, diría algún escucha atrasado de Led Zeppelin. Desde 1957/1959 a la fecha han pasado muchos y esos mismos años han ido mostrando cambios. Cambia, todo cambia. El periodismo también.
En aquellos años empecé este oficio. De la gacetilla oficial al fin de la jornada, a la conferencia de prensa, al off, a los dichos en el pasillo, al vocero. Una de las ridiculeces es la "vocera" del presidente. Otro tanto, la tontería de Leo Ricciardino, un rafaelino que fue designado "vocero" de Perotti y que "sueña" con volver a la radioemisora donde tenía un programa y al canal donde emitía su opinión política. Ojalá pueda. Era un periodista de centro izquierda valioso por su opinión.
Esto último lleva a una pregunta, los mediáticos candidatos… ¿eran periodistas valiosos? Ejem. Pasemos a otro tema. Todo periodista necesita expresarse. Es natural. El que tiene pensamiento crítico y es periodista está atrapado. Es el oficio y la circunstancia. No se escapa nadie. No nos escapamos. Les pasa. Me pasa. Negarlo es una mayúscula torpeza y un alto grado de deshonestidad, pero algunas cuestiones, sin embargo, se han convertido en normales y tienen un misterio que, como tal, acepta la negrura y las diferentes formas de mirar el desconocido resplandor en la oscuridad.
Una de esas cuestiones es "la foto". Una foto de personalidades políticas no dice más que mil palabras, en todo caso dice –con una imagen - palabras diferentes que se resuelven en interpretaciones dispares y, en muchos casos, sin raciocinio. La foto es monosilábica. Si, no. Puede agregarse el sentido de juego, de disparate, de inconciencia que solemos tener para interpretar, de cada foto, aristas donde todo es redondo o redondeces donde todos son ángulos.
Perdón. Digresión. Permiso. Intendencia de Pablo Javkin y Rogelio Biazzi Solomonoff, su hombre más cercano en el gabinete, el virtual vice intendente... Pero, atención: con pocas fotos públicas de este último, el hombre del PP español que codirige la ciudad de Rosario (según se entiende en varios pasillos y en muchos escritorios), o -para alivianar la definición- ayuda ejecutivamente a una intendencia que no acepta vice intendencias por la construcción del sistema de gobierno municipal. Pocas fotos de "Rogelio", eso es una señal.
Aclaremos, el 10 de diciembre de 2019, cuando asumió Javkin apareció el decreto que dijo: "Que es prioridad de la Intendencia Municipal designar a quien coordine la labor que desempeñarán las distintas Secretarías que constituyen el Departamento Ejecutivo. Que es imprescindible profundizar los niveles de eficiencia de las estructuras actuales de funcionamiento de la administración municipal, tendiendo a un tratamiento y resolución más ágil y rápida de los asuntos que concentran la atención del departamento ejecutivo para lo cual es conveniente proceder a las innovaciones que sean útiles para estas circunstancias". Bienvenido Biazzi Solomonoff. Cuidado, con pocas fotos públicas.
Las fotos crean o destruyen. Una foto define cuestiones. Una cúpula socialista desesperada por carguitos desprecia a quien dice con Macri no. Hoy las fotos de todos contra todos y todos abrazados con cualquiera dicen otra cosa. En sustancia: la foto es el mensaje (Marshall McLuhan), la foto es el programa y la foto es el lenguaje. Los políticos hablan por sus fotos y no es tan pero tan así… pero se entiende definitivamente por ese medio. Se insiste: iremos a votar según tendencias originadas en las imágenes de televisión, más redes y definiciones de telegramas de indios comanches.
Los políticos no hablan, las fotos "hablan", según interpretan los periodistas y este es un territorio donde –todos- estamos incursos en una sanguinidad. Tenemos ADN de una filosofía, la que sea y un pragmatismo inevitable. Somos partidarios de "algo". Juzgamos, engrandecemos, según ese historial que no podemos ni queremos evitar. Se reporta el concepto: el periodista que dice soy imparcial o apolítico es un mentiroso.
Hay realidades de las fotos, que finalmente son imágenes y que, al cabo, conforman un perfil, una carpeta en el archivo y, sin ninguna duda, allí se funda el Grado de Conocimiento. El Grado de Conocimiento está estudiado en el tema fama, trascendencia, influencia, poder de convencimiento desde hace tiempo. Ahora sólo se ha deformado, se ha expandido.
Lo escueto e intrincado del mensaje a públicos diferentes, agrupaciones diferentes, tribus urbanas diferentes, lleva a una simplificación: una imagen aclara cosas oscuras, define amistades, pertenencias… códigos de eso, de tribus. Repasemos, decimos "aclara cosas oscuras". Es "un decir". Lo oscuro allí se queda y nos conformamos con la visión en plena oscuridad. Cada imagen es una pintura rupestre actualizada. Rosario depende, en este año del 2023 de nuestra era, de la capacidad de influenciar por medio de las fotos.
Con quién, cuándo, en qué día, con qué tipo de vestimenta. Difundir la foto es entregar un mensaje tan claro como la foto y tan quieto y perdido como lo plantea el sistema: foto… no imagen en movimiento (definición de cine, que es otra cosa). En Rosario han aparecido personajes a quienes la foto los lleva a definir el porvenir de todos. Este análisis enoja a muchos. Los encabrita su inatajable realidad.
Losada es rosarigasina y define. Amalia Granata es rosarigasina y define. Lewandowski es rosarino y define. Javkin es rosarino y define. Tessandori es rosarino y define. Pullaro es del sur y define. Todos son actores políticos en pleno ejercicio, por el mandato popular. Guste o enoje a quien quieran. Ahí es donde asombra el "yo votaría a Milei" que arrojan todas las encuestas en Rosario (sí, en Rosario). Resumamos: "la caja boba" nos trajo su nombre y sus efectos en la pantalla. También en las redes. Entonces repetimos: ¿Es la TV la urna? ¿El rating es el voto adelantado?
Losada tiene un "toque" radical y claramente antiperonista. He hablado con ella vía whatsapp, nunca personalmente, excepto en la presentación del libro de mi amigo Ceferino Reato. No tiene un discurso largo ni pesado. Antes bien simple y muy elemental. Su origen es mediático. Sonrisa y frases cortas que no cambian nada. Amalia Granata quiere seguir de diputada provincial. Defiende la vida contra el aborto. No he hablado con ella ni la he visto personalmente. Sus votos fueron muchos. Su origen es mediático. Solo una sonrisa eternizada.
Marcelo Lewandowski es precandidato a gobernador por el peronismo (no cuenta con el OK vehemente de Santa Fe). Recrimina, irónicamente, que él no es mediático, que era peronista desde antes y, evidentemente, no se cuenta como integrante de los MdeC, la comunidad originante. Esa es una queja que agrupa a todos los que provienen de esa cantera: los MdeC. Se dicen otra cosa, pero caramba, qué otra cosa es la Losada. Solo una construcción mediática muy importante: la votaron.
Javkin no viene de esa fragua. Puede repetir de intendente (la tiene difícil) en todo caso ve "ataduras" a una intendencia suya con Pullaro de gobernador y tributa a Carolina Losada. Sukerman y Monteverde son más que él. Tessandori tiene lo suyo. Javkin tiene baches, feo ABL. No creo que tomen mate amargo conmigo como antes. No es afecto a las opiniones discordantes.
Los mencionados son los de mejor grado de conocimiento (los conocen muuuuucho) y van de foto en foto. En las fotos la vida de la Región Rosario. Pero advierto un faltante: fotos del vice intendente de facto Biazzi Solomonof. Y de la dirigente radical con más influencia y trabajo en la región: María Eugenia Schmuck. ¿No quieren o no los dejan? Dirigentes que dependen de una foto y del Grado de Conocimiento no son una rareza, es el mundo siglo XXI que supimos conseguir. Tal vez quieran disimular su verdadero trabajo: acicalarse para la foto… y preguntar con quién. La vida de la Región Rosario depende de eso. Uff. Triste pero real. Lo entristece el curso de los acontecimientos: terminaremos como empezamos. La Boleta Única es la foto del primer candidato de una lista sábana.