Por Graciela Pacheco de Balbastro
Por Graciela Pacheco de Balbastro
Se puede decir que el mes de enero en Ushuaia ha sido santafesino, entrerriano y cordobés... amén de chino y alemán. Por donde uno pasee, se los encuentra, así que es oportuno escribir sobre este lugar tan escogido, desafiando a la Ómicron y todo alfabeto griego que se nos cruce.
Ríos de tinta han corrido hablando de las bellezas de la capital de la Antártida Argentina. Y no nos han mentido. Un ¡¡¡ahhhhhhhh!!! ¡¡¡Ohhhhhhh!!! de bocas abiertas son una constante.
A Ushuaia la cuidan los Andes y la besa el Beagle.
Pero faltaría hablar (o escribir) sobre la trastienda de esta belleza.
Ushuaia y alrededores es bella por lo que la naturaleza volcó en ella. Generosa, cambiante, apta para quienes quieren montañas, nieve, lagos, lluvia, sol rajante, todo en un día y por la misma plata.
Pero llegó el hombre (y sus hermanas, cuñados, nuevas parejas). Ese hombre ocupado en otras cosas y abandónico del lugar que le dio la oportunidad de hacerla más bella aún.
Entonces Ushuaia está creciendo sin Código de Edificación. Las bellas casas antiguas, de las que tantas fotos sacaron otros turistas, van desapareciendo tras las moles de cemento que crecen sin ton ni son, pues no hay orden alguno.
En los terrenos fiscales se tala sin remordimiento el bello bosque austral para construir, pues, aparentemente, quien debe mirar, lo hace para otro lado. Y el turista, mientras tanto, mira con atención en dónde poner el pie en demasiadas veredas ya casi inexistentes.
El Covid, el frío, el viento constante ¿son razones suficientes para que los habitantes de la Reina del Sur no engalanen los frentes? No sólo hace frío y nieva y sopla el viento en la Bella "Bahía Profunda". En otras partes del mundo, también. En Holanda, en Suecia al norte, se pueden ver las flores en macetas tras los vidrios, aún en los frentes. En Ushuaia... apenas.
Pero por suerte aún quedan cosas hermosas y de mucho valor en "Oshovia", como se llamaba en 1884.
Y la frutilla del postre es su gente. Honrados, cordiales, solidarios, pacientes. Ayudan, auxilian, cobran lo justo. ¡No se equivocan con los cambios!
Y se puede almorzar o cenar muy rico gastando menos que en Santa Fe. Una botella de vino de 375 ml de vino Cabernet Sauvignon de una excelente bodega mendocina se paga a un precio similar al de nuestra ciudad, pues es para ser consumido por allá... también en las Islas del Atlántico Sud. Sí, ¡sí! con la bella letra "D" al final.
Hay un comedor, que según dice la leyenda local, está más o menos dentro o muy cerca de la Guía Michelin y figura como el mejor ranqueado. Con productos muy locales, como ser el ruibarbo, la salicornia, flores comestibles, ofrece la merluza negra... Para conocerlo y probar algo de esta cocina de autor, ¡sí! y para recomendarlo a pesar del costo elevado...
Pero la aseveración de que Ushuaia es extremadamente costosa, no guarda relación con la realidad actual. Los taxis y remises bajan bandera a $ 110, incluso son pacientes y cierran el gasto mientras con alegría explican cosas de la ciudad. La gastronomía tiene muy buenos platos, muy bien hechos. Las empanadas de matambre cortado a cuchillo, exquisitas, el cordero fueguino, de los mejores.
Pero, "Yo, que en esta tierra he nacido/ y el pampero he respirado", donde las vacas y sus terneros, los corderos y los chivitos, los peces de agua dulce y salada no nos miran con garras amenazantes como los bichos de mar... por mí la señora centolla puede seguir asustando los bolsillos desde las vidrieras.
Mientras tanto, allí cerca termina la ruta 3, para muchos el verdadero km 0, invitando a volver a visitarla porque hay muchas cosas casi sobrenaturales en su belleza.
Y recuerde que Warren Buffett se equivocó al aconsejar "ahorrar antes de gastar, no gastar y después ahorrar", simplemente porque no conocía la ciudad más austral del mundo.
Para ir, vivirla y sensacionarla vale la pena. Primero ahorrar para llegar, arribar y gastar con ganas y sin pesar y luego volver y ahorrar otra vez... (si el bolsillo lo permite).
Y como dice el dicho "No guardes rencores. Mejor guarda dinero para viajar". Y si es para volver a Tierra del Fuego, ¡mejor!
Ushuaia y alrededores es bella por lo que la naturaleza volcó en ella. Generosa, cambiante, apta para quienes quieren montañas, nieve, lagos, lluvia, sol rajante, todo en un día y por la misma plata.
Ushuaia está creciendo sin Código de Edificación. Las bellas casas antiguas, de las que tantas fotos sacaron otros turistas, van desapareciendo tras las moles de cemento que crecen sin ton ni son, pues no hay orden alguno.