La importancia de la energía en el mundo es claramente creciente, los procesos productivos en alza, la revolución del transporte y las comunicaciones demandan cada vez mayores esfuerzos en la obtención de recursos vinculados al sector energético. En nuestro país, a partir del descubrimiento, exploración y el comienzo de la explotación del denominado yacimiento de Vaca Muerta, más las proyecciones en el Mar Argentino y los vinculados al litio, estamos ante una ocasión inmejorable de despegue económico vinculado a la energía.
El 3 de junio de 1922, durante la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen, se creó por decreto la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), convirtiéndose en la primera petrolera estatal integrada verticalmente en todo el mundo. Tuvo vaivenes propios de la inestabilidad política de Argentina y coincidentemente con gobiernos que aplicaron medidas económicas cercanas al liberalismo disminuía sus actividades, como en la última dictadura cívico militar, durante el gobierno del justicialista Carlos Menem y en el gobierno de Mauricio Macri.
La pregunta que nos cabe es qué medidas tomará el gobierno de Javier Milei con una empresa clave del sector más importante del mundo. Pero, antes de seguir el análisis de lo que puede pasar con YPF y las empresas estatales del sector, veamos dos casos paradigmáticos de crecimiento económico sostenido por la energía.
Noruega petrolera
Noruega en 1968 descubrió grandes yacimientos petrolíferos en el Mar del Norte. En aquel momento casi uno de cada cuatro noruegos era pobre, hoy es el primer exportador europeo de crudo, el índice de pobreza alcanza allí apenas al 0,5% (en su mayoría son inmigrantes recién llegados). Pasó de ser una economía ligada a pastores y pescadores repartidos por los montes escandinavos a convertirse en el ejemplo a seguir en el continente europeo, en el modelo por antonomasia de la socialdemocracia y el estado del bienestar. Además, es el cuarto país con menor brecha entre ricos y pobres, y con los ingresos del crudo se formó lo que es hoy el mayor fondo soberano del mundo, de 1,3 billones de dólares (igual al PBI anual de Australia).
El Estado noruego obtiene sus ingresos del petróleo y del gas a través de impuestos a las compañías petroleras y de sus participaciones directas en yacimientos de petróleo y de gas y en infraestructuras (como gasoductos) y de los dividendos del gigante de la energía Equinor, del que posee un 67% de las acciones, es decir el Estado noruego controla la dirección de su empresa estratégica de petróleo y gas.
¿Qué hace Noruega con los beneficios del petróleo? Invierten directamente en la población, a través del pago de los estudios universitarios, el fondo de pensiones, o un sistema de beneficios para garantizar el futuro de los mayores, cuando consuman mayores recursos del país.
El Banco Noruego de Inversiones (Bank Investment Management, NBIM) es responsable de asegurar el rendimiento de las inversiones y se asesora con las mejores firmas de inversión. Las inversiones van dirigidas hacia sectores de petróleo y gas, insumos básicos, industria, bienes de consumo, salud, farmacéutica, biotecnología, telecomunicaciones, servicios públicos (agua y electricidad), bancos, seguros, servicios financieros, tecnología (software y hardware) y fundamentalmente al desarrollo de las energías "limpias" sabiendo que el modelo basado en hidrocarburos tiene fecha de vencimiento.
Resiliencia rusa
A partir de la intervención militar en Ucrania en febrero de 2022, Rusia se ha convertido en el país mas sancionado del mundo, sin embargo su economía se ve sólida y en ascenso. Las últimas previsiones publicadas por JP Morgan revelan que su economía crecerá más de un 3% este año y un 1,8% en 2024, frente al 0,6 y 1,3% que se espera en la economía de la Unión Europea.
La tasa de desempleo se encuentra en el 3%, mínimo histórico en la economía rusa. La falta de trabajadores está provocando que los salarios reales (descontando la inflación) suban con fuerza. Según los últimos datos del servicio de estadísticas ruso, los salarios nominales están avanzando a un ritmo que supera el 11%, mientras que la inflación se sitúa en el 5,2%. Esto quiere decir que el salario real de los rusos está subiendo más de un 6%, probablemente una de las subidas reales más potentes de toda Europa.
Este éxito económico se centra en las actividades de dos gigantes: Lukoil y Gazprom. Aunque Lukoil es una empresa no estatal, el gobierno ruso posee una parte de las acciones. Esto se debe a que fue fundada después de la disolución de la Unión Soviética y se formó a partir de activos petroleros estatales. A lo largo de los años, el gobierno ha mantenido cierto control e interés en la compañía. Sin embargo, también hay inversores privados y accionistas internacionales que poseen parte de las acciones. En resumen, Lukoil es una empresa con una mezcla de propiedad estatal y privada, y el estado ruso tiene una participación en ella. Por otra parte, Gazprom, aunque no es completamente estatal, el gobierno ruso tiene una participación mayoritaria en la compañía. Gazprom se dedica principalmente a la extracción, producción y transporte de gas natural. Su influencia y control están estrechamente vinculados al gobierno ruso, lo que la convierte en una entidad de gran importancia estratégica para la economía y la política del país.
La Agencia Internacional de la Energía reveló que los ingresos por exportaciones de petróleo de Rusia aumentaron en 1.800 millones de dólares, hasta los 18.800 millones de dólares en septiembre, su nivel más alto desde julio de 2022. Las exportaciones totales de petróleo aumentaron en 460.000 barriles diarios, hasta los 7,6 millones de barriles. De hecho, ha tomado la medida de recortar su producción de petróleo de 300.000 a 500.000 barriles diarios y mantendrá esta reducción hasta marzo de 2024, según lo anunció el viceprimer ministro ruso de Energía tras una reunión de la OPEP. El recorte adicional busca "mantener la estabilidad y el equilibrio en el mercado del petróleo" (básicamente busca evitar descensos del precio).
El excelente desempeño de la economía rusa basada en la energía está llegando al punto de que el gobierno tuvo que tomar medidas para enfriar las actividades para evitar un incremento de la inflación. Una de esas medidas fue establecer un fuerte aumento de la tasa clave del Banco de Rusia: desde mediados de julio hasta finales de octubre, se duplicó, del 7,5% al 15% anual. En julio, el Banco Central ruso asumió que en el segundo semestre de este año la tasa clave promedio estaría en el rango de 8.5-9.3%, en septiembre este rango era de 13-13.6%, a principios del invierno la tasa había subido a 15%, y este puede no ser el límite.
¿Argentina hacia dónde va?
Hemos visto dos casos disímiles entre sí, pero igualmente exitosos de países que han basado sus progresos económicos en el petróleo y el gas, pero Argentina además de tener grandes reservas de ambos recursos, tiene una de las reservas mas grandes de litio del planeta. Nuestro futuro, en mayor medida, estará atado al desarrollo energético y mas allá de la discusión público - privado, requerirá una fuerte presencia del Estado argentino tanto para gestionar una empresa emblemática como YPF o en el caso negativo que se proceda a su privatización total, estar direccionando el sector con políticas claras de fomento (obras de infraestructura, búsqueda de inversiones internacionales, asociaciones estratégicas) y captación de derechos de exportación. Poner el foco en este tema debería ser prioridad absoluta en la nueva gestión presidencial.
(*) Analista Internacional.
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