Cuando la democracia no ofrece resultados, aparecen "los Milei"
La politóloga venadense Cecilia Rodríguez, desde España, aseguró que en Argentina y otros países de América latina, los candidatos anti-sistema surgen por la insatisfacción con la marcha de la democracia. Sorpresa por el ascenso de Unión por la Patria y el desplome de Juntos por el Cambio. Presagios de un balotaje ajustado y meses difíciles para el nuevo gobierno.
Javier Milei, un síntoma evidente de malestar que jaquea la cultura política tradicional.
A unos pocos días del crucial balotaje, en busca de nuevas miradas sobre el inminente desenlace electoral, evaluar el singular escenario político argentino y, además, inscribirlo en un contexto internacional, El Litoral dialogó con la venadense Cecilia Rodríguez, doctorada en Ciencias Políticas, investigadora del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca y profesora en la Universidad de Burgos.
La venadense Cecilia Rodríguez acredita una maestría y un doctorado en Ciencias Políticas.
En el marco de sus trabajos de investigación sobre política y democracia en América Latina, una de sus especialidades es el estudio de los procesos electorales y, obviamente, el caso argentino lo monitorea con particular interés. "Llevo más de 15 años en Salamanca y nunca dejé de seguir la política argentina, de hecho, mi tesis del doctorado estuvo vinculada a las relaciones de gobierno y oposición en las legislaturas subnacionales argentinas, entre ellas la Legislatura de Santa Fe, y además me dediqué a trabajar en proyectos con los parlamentos latinoamericanos. Toda mi carrera académica se vincula con el estudio de la política latinoamericana", enfatizó.
Fenómenos raros
"Aquí (en España) lo que más llama la atención es la imagen y el discurso de Javier Milei, un candidato que traspasa las fronteras por sus semejanzas de estilo con Donald Trump y Jair Bolsonaro", sostuvo Rodríguez.
Y agregó que tampoco estaba en los planes "el desplome" de Juntos por el Cambio, una fuerza que un año atrás amenazaba con ganar en primera vuelta y hoy, mientras Mauricio Macri y Patricia Bullrich avalan al libertario Milei desde un sector del PRO, la coalición atraviesa un tumultuoso proceso interno de "futuro incierto". "No supieron gestionar la interna de Bullrich con (Horacio Rodríguez) Larreta ni tampoco entendieron el fenómeno Milei tras las primarias", observó la politóloga.
Sobre la recuperación del tigrense Sergio Massa en las presidenciales de octubre, consideró clave la coincidencia con los comicios en la provincia de Buenos Aires: "La estructura del Partido Justicialista provocó un efecto arrastre que benefició al candidato de Unión por la Patria", sintetizó en busca de explicar cómo el ministro de Economía, con inflación y pobreza por las nubes, no sólo entró en el balotaje, sino que fue el más votado entre los cinco postulantes con el 37%.
- ¿Vamos hacia un balotaje con expectativas de paridad?
- Sí, el resultado es incierto, no creo que ningún candidato triunfe con un margen amplio, e incluso me inquieta que eso acentúe luego la polarización. Hay que ver qué es lo que es lo que la gente termina valorando, si el rechazo a la imagen cuestionada del kirchnerismo y el voto bronca por la situación económica, o si gana el miedo a Milei y todo lo que representa; el escenario me apena, pero es la realidad. En el mejor de los casos, la economía comenzará a recuperarse, pero llevará tiempo, y a cualquiera que gane no le esperan buenos meses.
- ¿Hay en Argentina una derechización del electorado?
- No lo pondría en esos términos porque el espectro ideológico no funciona igual que en el resto del mundo, donde uno puede localizar a los candidatos en la izquierda, en el centro o en la derecha; en Argentina, el clivaje pasa por peronismo y anti-peronismo, es decir que las candidaturas pueden estar hacia la izquierda o hacia la derecha en función de cómo se posiciona el peronismo, que siempre se reconvierte y condiciona el posicionamiento de los demás actores políticos.
Así como ocurrió en otras regiones de América latina, en nuestro país emergió un Milei que no responde a una puja ideológica de izquierdas y derechas, sino a una situación de crisis, en una democracia que no brinda respuestas a la ciudadanía y que facilita el surgimiento de candidatos de ese estilo. Además, en otras democracias funciona el famoso voto económico, según el cual la gente elige de acuerdo a la marcha de la economía, y claramente esta teoría tampoco se aplica para el caso argentino.
-¿Milei es el candidato que mejor captó la insatisfacción?
- Cuando hay crisis, casi siempre surge este tipo de liderazgos que plantea políticas de mano dura, discursos de odio hacia el adversario, y que son capaces de reunir apoyo electoral. En Argentina, en medio de una situación compleja, Milei supo captar el humor de la gente, interpretó la insatisfacción ciudadana e instaló un discurso que le resultó positivo.
-¿Ese desencanto es un fenómeno que excede la Argentina?
- Así es, incluso los últimos informes muestran que varios gobiernos democráticos están atravesando serios problemas y el principal indicador que se observa es la insatisfacción. Si bien el apoyo al sistema democrático es mayoritario, hay disconformidad con su funcionamiento; todos los países de la región han presentado niveles inquietantes de insatisfacción y el resultado es este tipo de candidaturas.
Asimismo, surge de estos mismos informes que los partidos tradicionales son los más perjudicados, ya que han surgido organizaciones políticas nuevas. Por ejemplo, Nayib Bukele asoma en El Salvador con esta clase de liderazgo, y con un partido nuevo, igual que Bolsonaro en Brasil. En todos los casos, son candidatos y armados políticos nuevos que se plantan frente a partidos tradicionales que no dieron respuestas. Por lo tanto, si bien Argentina tiene sus propios rasgos, no es tan distinto el panorama a lo que sucede en la región, en términos de insatisfacción con la democracia y sus efectos con postulantes como Javier Milei.
De Venado a Salamanca
Cecilia Rodríguez nació en Venado Tuerto, donde cursó sus estudios primarios y secundarios en el Taller de Nazareth. Luego se graduó como licenciada en Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Río Cuarto. Más adelante completó la Maestría y el Doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de Salamanca (España). Desde el cursado del posgrado integra el Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca -se especializa en Política Latinoamericana-, donde hoy sigue trabajando en proyectos de investigación sobre América latina, a la vez que ejerce la docencia en el área de Ciencias Políticas en la Universidad de Burgos.
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