Maduro acumula más de una década en la presidencia de su país luego del fallecimiento de Hugo Chávez en 2013. Este dirigente sindical representante de los choferes de colectivos, se hizo un ferviente seguidor del teniente coronel Hugo Chávez luego del fallido golpe de Estado de 1992. Años después se conocerían y comenzaría la meteórica carrera política dentro del movimiento bolivariano.
Pero si el gobierno de Hugo Chávez tuvo opacidades debido a los reiterados abusos a los derechos humanos con persecución a políticos y periodistas, junto con denuncias por corrupción y manejos de las arcas públicas en beneficio propio; el accionar de Maduro al frente del Ejecutivo fue muy superior y escandaloso.
Debido a que los hechos ameritan una larga compilación que exceden estas líneas basta con recordar el informe presentado por Michelle Bachelet en su carácter de Alta Comisionada de la ONU por los Derechos Humanos en el que denuncia que desde 2016 “el régimen de Maduro ha puesto en marcha una estrategia destinada a neutralizar, reprimir y criminalizar a la oposición política y a quienes critican al gobierno”.
Mirá tambiénVenezuela: ¿Qué pasará el domingo?Además hay que tener en cuenta que en estas décadas de gobiernos bolivarianos se trabajó para callar las voces opositoras y dar paso a un discurso único en los medios de comunicación eliminando virtualmente a los medios independientes.
Tal como lo sostiene el informe de la expresidente de Chile, Venezuela adoptó “una serie de leyes, políticas y prácticas que han restringido el espacio democrático” y que “las autoridades han atacado especialmente a determinadas personas y grupos, entre ellos, miembros de la oposición política a quienes considera una amenaza para el gobierno”.
Si todo esto funciona tan bien como lo afirma el dictador Maduro, ¿por qué teme a la elección del domingo próximo? Es más, desde el gobierno exhiben encuestas que lo dan como amplio ganador por sobre las aspiraciones que encarna Edmundo González luego de que quedara inhabilitada María Corina Machado.
Mirá tambiénNicolás Maduro y Edmundo González se disputan la presidencia de VenezuelaEl temor se funda en el desencanto popular para con el gobierno que encabeza Maduro quien es testigo privilegiado sobre cómo se apaga la participación en los mítines a los que recurre con frecuencia.
Ante la caída de la popularidad Maduro redobló la apuesta y con una arenga violenta llamó a los venezolanos a votar “contra los gringos y sus hacedores” pero también cuenta con la opción de recurrir al enorme el aparato estatal. Un país con una población que ha sido empobrecida a límites de supervivencia y que necesita del Estado para las cuestiones más básicas, el hambre y la pobreza también constituyen un “capital” político importante a la hora de depositar el voto.
El miedo no es sonso
En estos años el espionaje y la inteligencia puertas adentro están a cargo del temido Sebin; la delación a la orden del día y la persecución y amenazas para candidatos y seguidores se multiplican. Otro ejemplo acerca de cómo el régimen de Maduro opera se observa con los votos de los venezolanos en el exterior. Constituyen una población de unos 7,7 millones de personas, pero solamente podrán sufragar algo más de 69.000 ciudadanos debido a las trabas impuestas. ¿Gana el oficialismo?
Mirá tambiénVenezuela: cerraron las campañas rumbo a una elección históricaFrente a este estado de cosas, el reto de Venezuela es recuperar la democracia, superar los miedos y las injusticias y lograr que un río de votos limpie la degradación reinante. De ganar, la tarea no será sencilla, puesto que en todos estos años de gobierno bolivariano, tanto los poderes del Estado como la estructura administrativa y burocrática están subordinados a los intereses del dictador.
Y si Venezuela rompe el cerco también habrá una responsabilidad internacional para auxiliar a un país hundido social y económicamente, que necesita de inversiones y que, además, está aliado a otros gobiernos opacos. En su territorio operan militares rusos con estructura militar a su disposición. También firmó acuerdo de cooperación con Irán en materia petrolera pero, también, en materia de defensa debido a que “tenemos enemigos comunes”, según se afirmó. Un complejo entramado que podría comenzar a romperse a partir de este domingo 28 de julio para comenzar a escribir una nueva historia.
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