Martes 20.9.2022
/Última actualización 4:58
Los aviones entre España y Argentina van y vienen llenos de argentinos, y nadie sabe si alguno de ellos trae la viruela del mono. Pero sí se sabe que esta enfermedad afecta también a niños y adolescentes. España es el segundo país del mundo en número de casos confirmados de viruela del mono.
Pese a lo que algunos dicen, la viruela del mono (o viruela símica) no es poca cosa, ni queda limitada al círculo de ciertos hombres. Esta forma de viruela implica un riesgo potencial. Hacemos bien entonces en prestarle atención y en estar alertas.
En cuanto a la viruela (no la del mono sino la humana), de triste y largo recuerdo, es hoy una enfermedad erradicada, y consiguieron erradicarla gracias a unas estrategias sanitarias que combinaban un nivel de máxima alerta, y vacunación inmediata.
También hay que recordar que la covid dejó claro que un virus puede presentar variantes, puede mutar de manera imprevista, y que estas nuevas variantes, cepas o mutaciones pueden ser más contagiosas y más agresivas que el virus original. Por tanto, no sabemos si el virus de la viruela del mono seguirá siendo como es.
Hasta el 3 agosto, en España se habían confirmado casi cinco mil casos de viruela del mono, la mayoría en hombres que tienen sexo con hombres. Aquí vale la pena recordar lo que se decía del sida, en sus comienzos, cuando la sociedad lo consideraba una enfermedad sólo de hombres homosexuales. Y de sobras sabemos que no es así.
De esos casi cinco mil casos, hay 16 que son menores de edad, incluso bebés. Es necesario preguntarse cómo y dónde se contagiaron estos chicos, puesto que de la respuesta se deduce que hay otras formas de contagio, y que por tanto la enfermedad tiene la capacidad de expandirse más allá, y más acá.
De estos 16 pacientes, cuatro son menores de cuatro años (edad de 7, 10 y 13 meses, y 3 años). Los otros doce tienen entre 13 y 17 años.
De los cuatro menores, tres se contagiaron por contacto estrecho en casa, y se entiende que este contacto son los cuidados normales que necesita un bebé o un niño pequeño. Del cuarto paciente no se pudo averiguar cómo se contagió, y esto obliga a pensar en otra forma de contagio, diferente de las anteriores, y sin duda difícil o tal vez imposible de prevenir. En Holanda tienen registrado un caso similar, un niño pequeño con viruela del mono del cual no se sabe cómo se contagió.
De los doce pacientes de entre 13 y 17 años con viruela del mono, nueve se contagiaron en un centro donde se habían hecho un tatuaje, probablemente porque el instrumental estaba contaminado con el virus de un cliente anterior. Así, ésta es otra forma de contagio. De los tres pacientes restantes de este grupo de 13 a 17 años, los tres se contagiaron por contacto sexual estrecho, y los tres son varones.
De esta manera, estos 16 niños y adolescentes con viruela del mono nos demuestran que la enfermedad tiene la capacidad para expandirse más allá de los hombres que tienen sexo con otros hombres. Y así puede llegar a la comunidad en general, incluyendo bebés, niños y adolescentes.
Además, el hecho de haber casos de contagio desconocido sugiere que hay personas que no desarrollan síntomas tras contagiarse, y así, asintomáticos, tal como pasa con la covid y con otras enfermedades, contagian sin saber que están contagiando.
El estado de alerta queda entonces justificado, pero esto no significa miedo, ni menos aún la voluntad de generar más incertidumbre con mensajes catastrofistas. Esto significa que hay que estar alertas, atentos, con los ojos bien abiertos, para no caer en la ingenua trampa de pensar que esto de la viruela del mono es poca cosa. Hay en efecto un riesgo de contagio más allá de los hombres mencionados. Los niños y jóvenes, una vez más, sin decirlo, nos lo demuestran, y nos enseñan por dónde anda la verdad.
En cuanto a los síntomas, cabe decir que todos estos chicos presentaron una erupción en la piel, con vesículas, pequeñas ampollas que de alguna manera se parecen a las de la varicela, el herpes o la enfermedad de la boca, la mano y el pie. Algunos tuvieron también fiebre e inflamación de los ganglios, y dolor de garganta, entre otros síntomas Todos evolucionaron bien, aunque uno de ellos, el bebé de 13 meses, presentó una complicación purulenta.
Los aviones, como decía, van y vienen llenos. Según cifras oficiales, hasta el 2 de agosto se habían confirmado en el mundo algo más de 25.000 casos de viruela del mono. Pero seguro que son más, puesto que no todos los pacientes reciben atención médica y confirmación diagnóstica por clínica y por laboratorio. De este total, uno de cada cinco está en España. Y uno de cada quinientos, más o menos, es menor de edad.
Para más información sobre estos niños y jóvenes con viruela del mono en España, véase "Monkeypox virus infections in children in Spain during the first months of the 2022 outbreak" (Lancet child and adolescent health, 01/09/22).
En la Academia
La Academia Americana de Pediatría también alerta sobre la versión infantil y juvenil de la viruela del mono. En Estados Unidos, hasta la tercera semana de agosto ya tenían 17 casos confirmados en menores de 15 años. Aunque admite que el riesgo de contagio es bajo en niños, recomienda que los padres y los médicos y enfermeras permanezcan atentos. Los niños con dermatitis atópica o con otros problemas inmunológicos estarían expuestos a una forma más severa de la enfermedad. Aunque se considera que el entorno escolar es seguro puesto que aquí el contagio es improbable, la Academia recomienda que los maestros y profesores se mantengan alertas.
Alertas también a la duración del tiempo de contagio. En efecto, el paciente es contagioso desde que tiene los primeros síntomas hasta que las lesiones de la piel le queden del todo resueltas, y esto tarda entre 15 días y un mes. La embarazada puede transmitir la infección, a través de la placenta, al bebé que está gestando. Y no se contagia quien sólo converse con un enfermo, aunque sí puede contagiarse quien con él comparta las sábanas o las toallas.
Con respecto a la vacuna, la Academia nos informa que no hay ninguna vacuna que deba administrarse masivamente a toda una población de menores de 18 años. Pero que sí hay profilaxis para casos individuales, en circunstancias especiales, incluso para el recién nacido. En España se le ofrece la vacuna sólo a los hombres adultos que presentan un riesgo evidente.
Y sin duda será interesante saber que el primer caso humano de viruela del mono se registró en un niño de nueve años. Fue en 1970, en la República Democrática del Congo, un país que desde hacía dos años estaba libre de viruela humana. Desde entonces se han registrado casos de viruela símica en al menos 11 países africanos, en especial en Congo y en Nigeria. La mortalidad es aquí del 3%.