Sigamos cultivando una cultura de aliento y respeto en el fútbol infantil
"No me grites, alentame" es un recordatorio para los padres que, detrás del alambrado, ejercen presión sobre sus hijos y no reconocen las virtudes de los pibes. El fútbol es parte de la formación integral del niño y acompañar ese trabajo es obligación de todos.
A divertirse. AS.ES.FU permitió una nueva jornada de Escuelitas. En Banco Provincial hubo fiesta para todos. Crédito: Guillermo Di Salvatore
En las canchas de la Liga Santafesina de Fútbol, donde la pasión por el deporte corre por las venas de cada jugador, entrenador y espectador o hincha, se escucha un grito que resuena con fuerza: "No me grites, alentame". Esta frase, cargada de significado, encierra un sentimiento compartido por muchos niños que participan en el fútbol infantil. Es un llamado a la reflexión sobre el papel de los padres y adultos en el entorno deportivo, y una invitación a cultivar una cultura de aliento y respeto en lugar de crítica y presión excesiva.
El fútbol infantil como espacio de desarrollo y diversión
El fútbol infantil es mucho más que un simple juego. Para los niños que participan en él, es una oportunidad de aprender, crecer, divertirse, formarse como personas y deportistas. Es un espacio donde pueden desarrollar habilidades físicas, sociales y emocionales, y donde pueden aprender valores fundamentales como el trabajo en equipo, la perseverancia y el respeto por los compañeros y por los rivales.
En la Liga Santafesina de Fútbol, el fútbol de escuelitas, infantil e inferiores ocupa un lugar central. Miles de niños y niñas de todas las edades participan en los torneos o encuentros organizadas por la Casa Madre, representando a sus clubes y barrios con orgullo, pasión y sentido de pertenencia. Para muchos de ellos, el fútbol es una parte integral de sus vidas, una fuente de alegría y terceros que los une a sus compañeros de equipo y a sus pares de otras instituciones.
La influencia de los padres en el deporte infantil
Si bien el fútbol infantil debería ser una experiencia positiva y enriquecedora para los niños, a menudo se ve empañada por la actitud y el comportamiento de los adultos del otro lado del tejido. Los padres, en su afán de apoyar a sus hijos y verlos triunfar, pueden caer en la trampa de la presión excesiva y las expectativas poco realistas.
La frase "No me grites, alentame" es un recordatorio de la importancia de mantener una actitud positiva y alentadora en el entorno deportivo. Muchos niños se sienten abrumados por la presión y las críticas constantes de sus padres, que a menudo se manifiestan en forma de gritos desde las tribunas o pegados al tejido. En lugar de alentar y apoyar a sus hijos, algunos padres optan por centrarse en los errores y deficiencias, lo que puede tener un impacto negativo en la autoestima y el bienestar emocional de los niños. Que quede claro que los niños no salvarán, en un futuro no tan lejano, a los padres con sus ingresos económicos como futbolistas.
Cosechando la cultura de aliento y respeto
Para construir un entorno deportivo saludable y enriquecedor para los niños, es fundamental que los adultos adopten una actitud de aliento y respeto en todo momento. Esto significa celebrar los logros (goles) y esfuerzos de los niños, independientemente del resultado final del juego, y brindarles apoyo emocional y motivación cuando más lo necesitan.
Los padres y adultos también tienen la responsabilidad de mostrar un comportamiento ejemplar desde afuera de la cancha. Esto significa evitar los insultos y las críticas hacia los jugadores, entrenadores y árbitros, y en su lugar, alentar el juego limpio y el respeto mutuo en todo momento. El pago de una cuota no le da a papá o a mamá el derecho de insultar o exigir a los profesores.
El papel de los clubes y la Liga Santafesina de Fútbol
Los clubes y la Casa Madre del fútbol regional también tienen un papel importante que desempeñar en la promoción de una cultura de aliento y respeto en el fútbol infantil o de inferiores. Esto incluye la implementación de políticas y programas educativos que fomenten el juego limpio, el respeto por los demás y la inclusión de todos los participantes, independientemente de su habilidad o antecedentes.
Además, es importante que los clubes y la Liga brinden apoyo y recursos a los entrenadores y colaboradores que trabajan con los niños, para que puedan desempeñar su papel de manera efectiva y positiva. Esto puede incluir la capacitación en técnicas de entrenamiento, la gestión del comportamiento de los niños y la resolución de conflictos, así como el acceso a recursos y materiales adecuados para la práctica del fútbol.
Debe quedar claro, entonces, que el fútbol de escuelita, infantil e inferiores debería ser una experiencia divertida y enriquecedora para los niños. Es un espacio donde pueden aprender, crecer y desarrollarse como individuos, tanto dentro como fuera del campo de juego. Al cultivar una cultura de aliento y respeto en el entorno deportivo , podemos garantizar que todos los niños tengan la oportunidad de disfrutar del juego y alcanzar su máximo potencial, independientemente de los resultados del partido.
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