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RAMÓN
"Soy del Club de Leones y quería hacerles saber que el 20 de mayo se celebró el Día Mundial de la Accesibilidad: por el derecho de toda persona a un entorno inclusivo. Queremos también que sepan que contamos con un comité de bancos de aparatos ortopédicos: como sillones de ruedas, bastones, trípodes, muletas, etc. Dirección: 4 de Enero 2969. Gracias a El Litoral".
JORGE DE B° MARÍA SELVA
"Realizamos con los vecinos más de 50 reclamos para iluminación y para que saquen dos árboles a punto de caer. Ya se produjeron varios robos. También los árboles se caen a pedazos. Esto es en Güemes 6773, entre Castelli y Galicia. Gracias por el espacio".
LIDIA DE AV. CAPUTTO
"Estuve escuchando a un ingeniero de la Universidad Tecnológica decir que los alcoholímetros no registran con precisión el valor cero. Además necesitan tenerlos calibrados porque se desbalancean. Dígase que se aplica una ley que no ha tenido el estudio debido y la consulta con especialistas. Por otra parte, se sanciona la ley de Alquileres que creó un caos, que no se sabe cómo arreglarlo para salir del embrollo. Todo esto demuestra la decadencia que tenemos en materia legislativa. Dictan normativas sin análisis previos; y tampoco los organismos asesores del Ejecutivo advierten esto: ¿cómo la gente no va a desear un cambio en el sistema político?".
SUSANA DE B° SUR
"La hipocresía de la sociedad argentina es peligrosa. Nos creemos los más vivos del mundo y sin embargo somos el pueblo más castigado por nuestros propios errores. Nos dejamos manipular a través de los noticieros y programas políticos. Despotricamos contra todo lo nuestro y nos ponemos banderas de Ucrania, Francia u otro país, al que le está pasando algo malo. Pero no somos capaces de poner una foto de las Malvinas, o de la bandera argentina en un día patrio nuestro... Nos decimos que somos únicos en el fútbol, que tenemos a los mejores jugadores del mundo y que valemos mucho, pero internamente nos odiamos a muerte. A los argentinos nos transmiten, por televisión, que tenemos que sufrir por los chicos de Ucrania; pero Argentina nunca sufrió por los chicos de Vietnam o los de Siria, o los de Somalia, atacados por los EE.UU. Y aun, nuestros propios chicos argentinos... En fin, la hipocresía es un gran virus que ha enfermado a esta sociedad, y el problema es que no hay antídoto para eso todavía...".
MARIO PILO
"¡Qué mejor en mayo que hablar sobre trabajo!, esa maldición bíblica por aquello de 'Ganarás el pan con el sudor de tu frente', que, como estableciera el gran sociólogo Durkheim , en su faz social y cultural generó el desarrollo de la humanidad. Concepto en crisis frente a la tecnología civilizante triunfante por sobre el proyecto cultural humano. Los cambios tecnológicos en esta patética posmodernidad son tan intensos, que los que pasamos ya el medio siglo dudamos en comprenderlos y tanta es su rapidez, que ni siquiera podemos acercarnos. Pero ello no nos priva de una visión crítica, en mi caso muy crítica de esta época, que en su futuro nos divide perplejos entre un nuevo mundo utópico o la desaparición de mundo humano y ecológico. Es que los valores, y no hablo de virtudes ni religiosas ni morales, que el hombre histórico construyó, de libertad, igualdad, fraternidad y solidaridad son hoy los disvalores de una civilización hedonística, insolidaria, egoístamente desigual y aborregada en su faz libertaria, que implica, precisamente, el pensamiento crítico, siempre antisistema, para superarlo, nunca conformista. Se sabe hoy que un joven de alrededor de 18 años, que vivirá en promedio 100 años y tendrá vida laboriosa, en el sentido de activa u ociosa creativa hasta los 85 promedio, pasará por no menos de 10 empleos o trabajos o cuentapropismos; habrá desaparecido como valor, entonces, la estabilidad del empleo, que genera asociación solidaria, firmeza familiar y lazos sociales. ¿Cuál es entonces la ideología de la tecnología actual? El más extremo interés capitalista donde el lucro y no la dignidad es lo más, y la robotización del ser, que una vez fue humano, la consecuencia. La civilización ha vencido la cultura, ergo, el interés se erige frente al valor. El mercado rige frente a un Estado que se ha vuelto corrupto y desertor. Como diagnosticara el magnífico Discépolo: el músculo, el trabajo duerme, la ambición no descansa. La Biblia llora frente al calefón. Da lo mismo un burro que un buen profesor. Pero no olvidemos que históricamente el homo habilis es anterior al homo sapiens. Luego de millones de años, parece que allí volvemos. ¡Cuidado!, pues la historia es circular como la vida".
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LLEGAN CARTAS
MIGUEL ÁNGEL REGUERA
Se suele afirmar de la política que es el arte de lo posible. Si la política es un arte, podríamos recurrir a la ayuda del pensamiento de Nietzsche y su distinción de lo apolíneo y lo dionisíaco en "El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música", para interpretarla. Si lo apolíneo representa la racionalidad, las formas, lo elevado, la luz, el freno a las pasiones, no caben dudas de que hay principios que el dios Apolo firmaría, como el ser honesto en la administración de lo público, la austeridad republicana del que sabe que lo que gasta no es suyo, el equilibrio y la rendición de las cuentas a los administrados, la temporalidad como un límite a las tentaciones del poder, etc.
El dios Dionisio, como representación de lo terrenal, de la materia, de las pasiones y el éxtasis, de la embriaguez de nuestra naturaleza imperfecta, aparecería entronizado en las divisiones geográficas y la xenofobia, o en los sueños de la integración regional, en la exaltación de sentimientos de nacionalidad o de universalidad según las preferencias ideológicas, y claramente en la sensualidad de recurrir al "panem et circenses" para deleitar los sentidos del pueblo con juegos y comida para alejarlos del pensamiento político más elevado.
La tan conocida "Grieta" podría alimentarse y agrandarse tomando elementos de uno u otro de estos conceptos dicotómicos, pero creo que el gran desafío de las nuevas generaciones de mandatarios, administradores o gobernantes, o como se quieran llamar, es recuperar la perfección de lo mejor de lo apolíneo y lo dionisíaco.
La política debe abandonar la rigidez intelectual de los teóricos e ilustrados y tampoco debe ser la bacanal propia de un parque de diversiones, ni el Congreso ser el patio de recreo de un jardín de infantes. Los intelectuales y su bella naturaleza apolínea tienen mucho que pensar, planificar, proyectar y decir desde las aulas, los púlpitos y cualquier otro medio de reproducción cultural que sea comprendido por las mayorías.
Los que gustan de "la praxis" deberían iluminar su intuición y espontaneidad con aquella luz y hacer que sea el marco de la acción de los que no desfallecen, militando desde la pasión y la fe, para tratar de construir un mundo mejor.
Así la política entendida como arte podría ser un verdadero instrumento de transformación del hombre en sí mismo y del hábitat en donde desarrolla sus objetivos comunitarios. Solo así podría convertirse en aquella anhelada herramienta social, capaz de convertir en realidad lo probable, hacer probable lo posible y posible lo imposible.
Y en ese imposible no estaría mal pensar en la concreción de sueños individuales, al amparo de la aspiración colectiva de que el sol siga saliendo para todos.