Llegan cartas
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Llegan cartas
De héroes a villanos
La gratitud suele tomar formas caprichosas. Una muy original es la que expresó el gobierno de la provincia a los profesionales de la salud afiliados a SIPRUS, a quienes aplicó un descuento masivo e indiscriminado en los haberes de noviembre en base a la pobreza de la lógica binaria: "días no trabajados, días descontados".
La originalidad de la medida radica en que el descuento se aplicó tanto a aquellos que adhirieron a un paro como a los que no lo hicieron. Ante la duda, todos son incumplidores; por lo tanto, primero se descuenta y luego se consulta. Por otra parte, quienes no están agremiados en SIPRUS pero se plegaron a las medidas de fuerza convocada por la gremial en el mes de octubre, no sufrieron descuento alguno.
Esto pone en evidencia que se trata de una guerra entre el gobierno y SIPRUS en la cual se tomó de rehenes a los profesionales de la salud que optaron por este sindicato. Esta medida silencia por completo los aplausos y los reconocimientos que los funcionarios del gobierno prodigaron a muchos de estos profesionales a los que, de repente, se los rebajó a la condición de vagos y villanos.
Ante los múltiples reclamos, los profesionales de la salud dependen ahora de la buena voluntad de los directores de sus respectivas reparticiones, quienes deben presentar una lista del personal a su cargo que se plegó o no a las medidas de fuerza. El derecho a huelga es constitucional; por lo tanto, lo que resulta grave y revela una patología del poder, es que tal derecho deba ser justificado. Pues, como todo derecho, no requiere justificación.
Desde los días del impresentable ministro González Brunet no se veía un atropello semejante al personal de salud de la provincia. Si con esta medida pretenden infundir el temor o la sumisión incondicional, o la renuncia masiva de los afiliados a ese sindicato, es seguro que han logrado el efecto justamente contrario. Y este grueso error político puede ser explicado de dos maneras: por una torpeza inveterada o por la mala intención de dividir a los profesionales de la salud según su filiación sindical. Por supuesto, me inclino por lo segundo. La cifra descontada o su eventual restitución por medio de una justificación que, por naturaleza, es indebida y violenta, ya resultan anecdóticas. Lo preocupante es la cuestión que subyace a esta medida.
La pandemia todavía no se ha ido. Estos profesionales a los que hoy se ha humillado en un tiempo de ilusoria bonanza sanitaria, en un futuro muy posible en el que la situación de salud se complique, sin duda serán convocados otra vez a trabajar más allá de sus horarios, de sus descansos y de sus responsabilidades. Para ello, con la autoridad moral ya completamente deteriorada por esta medida, acudirán a la supuesta vocación de servicio irrenunciable que todo personal de la salud debe tener, pero de la cual los políticos que toman decisiones arbitrarias como esta creen estar eximidos.
Y una vez más el personal de salud responderá porque no trabaja para un gobierno de turno, sino por el bien de los demás y por la coherencia interna de su propia vocación, lo que los hace inmensamente dignos y los ubica en los antípodas de los miserables.
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Felicitaciones y sugerencias
"Hoy me tocó vacunarme en La Redonda. Realmente felicito la organización, la predisposición y la rapidez. Ahora bien, había 3 jóvenes manejando el estacionamiento de los coches. Con uno basta. Y poner a los otros 2, para que vayan aprendiendo, con una bolsa de residuos, a juntar la cantidad de botellas plásticas y otros desechos diseminados por la zona, lo que hacen los desaprensivos de siempre alrededor de los jardines de La Redonda. Al ser residuos secos se deben sacar los lunes y jueves, eso ya lo sabe la gente y lo debe cumplir. Aparte, hay dos arbolitos recién plantados, que se están secando, se ve que nadie los riega. Entonces, no les cuesta nada a esos muchachos regarlos un poco, con unos baldecitos de agua es suficiente, como también acomodarles los tutores. Hay que querer su lugar de trabajo. Así nos enseñaban a nosotros en otras épocas; hoy ya todos estamos jubilados. Por eso, que alguien les indique a esos muchachos que se ocupen de tales cosas. Por lo demás, felicitaciones. Ahora bien: hagamos las cosas en un ciento por ciento bien: a las autoridades de La Redonda y/o al Ministerio que corresponda. Gracias al diario".
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Residuos en la vía pública
"Este es un mensaje para los concejales de la oposición. Señores: el año no ha terminado. Queda un mes de arduo trabajo. Quisiera saber sobre los residuos secos de los miradores de la Costanera Este, de la Oeste, del Parque del Sur, de los piletones del parque Garay. Ese tipo de residuos, de todos esos que son productores industriales de los mismos, ¿quién los recoge y adónde van? Es la pregunta del millón. Asimismo, los residuos secos de todos los bares y restaurantes de barrio Candioti ¿quién los recolecta? ¿Hay algún control municipal al respecto? Nuestras autoridades ¿tienen idea de adónde van las bolsas y bolsas de camionadas de los mismos? Porque aquí se recicla solo el 9 %, ¿adónde va el resto? ¿Quién se ocupa de este tema, que es de índole económica y ambiental? Pónganse las pilas, que todavía hay mucho por hacer".