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LORENZO DE LA TORRE
"Soy titular del reclamo 10.013/22, sobre falta total de alumbrado público en calle J. M. Zuviría la 900: las 3 columnas están apagadas desde febrero del corriente año. Recién el miércoles 15 pasado, llegó una cuadrilla para realizar el trabajo de reparación ante el citado reclamo. Debo manifestar que fue imposible realizarlo, pues carecen de balastros, cables, focos y otros elementos. En este caso, debían cambiar el balastro, pero no tenían el repuesto. Me manifiestan -y remarco, son muy correctos, educados y con excelente predisposición- que la presente gestión no hace compras, vía licitación, de elementos para el reemplazo y/o el correcto funcionamiento del alumbrado público. Pregunto: la oposición, el gremio municipal ¿qué dicen al respecto?, porque por ejemplo leo en el diario que quieren hacer un puente sobre los pilares que están en la laguna... Señores: no hay gasoil en el país en este momento; nos hundimos en los baches que hay en las calles y avenidas; hay falencias y falta de iluminación por diversos lugares de la ciudad, ¿y pretenden construir un puente? El presidente promete que va a pagar la deuda que Nación tiene con Santa Fe, en concepto de coparticipación. ¿Tienen alguna alternativa para la utilización de dichos dineros públicos? ¿Hay prioridad en las obras?: Puente Carretero, reemplazo de los puentes sobre el Leyes, etc., etc., etc. Pongan los pies sobre la tierra, señores".
ROBERTO NIEVAS
"Leo en el diario que van a hacer un puente y la nueva Costanera Kirchner. Digo: ¿por qué nos imponen nombres que no queremos?, por lo menos yo. No tienen buenos antecedentes los Kirchner. Habiendo tantos patriotas, próceres... ¿Por qué no consultan un poco a la ciudadanía?".
LLEGAN CARTAS
MARIGEL BELTRAMINO
Desde siempre han existido y, supongo, siempre existirán, grupos de personas, especialmente jóvenes, que crean un lenguaje propio del grupo, el cual los "distingue", les permite reconocerse entre sí y burlar a quienes, fuera del círculo, no pueden entenderlos.
Estos lenguajes se conocen con el nombre de jerigonza y por definición son "excluyentes", ya que quien no conozca las reglas del mismo (por lo general, el resto del mundo), resulta excluido de cualquier charla donde se use.
Lo grave de esta nueva jerigonza (excluyente por definición) es que algunos trasnochados, que no ven más allá de sus narices (lo cual les impide ver el árbol que tapa el bosque), quieran imponerla como el idioma nacional. Cuando se habla de prohibirlo en la escuela, quiere decir prohibirlo en el aula, o sea, "en el aula se habla y escribe en español, el idioma nacional", en los recreos, tertulias, grupos, etc., los chicos -e incluso los maestros- hablarán de la forma que quieran, como siempre ha pasado.
Más grave aún es que la ministra de Educación considere que el uso de una jerigonza en el aula "no es problema".
La lengua materna debe ser aprendida correctamente. El idioma tiene reglas. Los niños y adolescentes no pueden aprender a hablar, leer y escribir el idioma si estas reglas no se cumplen, según el ministro y/o docente de turno. Y, aun cuando la ministra no los haya leído, en la opinión de muchos lingüistas, para aprender una segunda lengua es fundamental tener una base sólida en la lengua materna. Cuanto más, para poder entender la jerigonza de turno, que constituye un obstáculo para la lectura y la comprensión de la escritura.
La imposibilidad de transcribir textos verbalmente con este tipo de escritura dificulta la lectura en voz alta y la pronunciación, y en consecuencia el aprendizaje, especialmente para los más pequeños y los niños y adolescentes con problemas de aprendizaje.
Para mí es claro que, a quienes cerraron las escuelas durante 2 años (y creen que eso se recupera con ½ hora más de clase), no les importa mucho si los chicos aprenden o no.
Colofón: el idioma es básico para la comunicación, promocionar una "babel" genera incomunicación, separación, segregación, exclusión. Destruir la comunicación, solo puede servirle, parafraseando al Martín Fierro, a los que "de afuera, buscan devorarnos".
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MARTA SNAIDERO
Las empresas de servicio, en este caso, telefonía, cable y con ellas los "combos": ofrecidos, son rápidas para ofrecerlos y más para no sostener los precios, como así también para acosar al cliente, desde llamadas grabadas, mensajería de texto, correos electrónicos para "recordar" que se está en mora (por tres días, pasado el vencimiento, ni la siesta respetan). ¿Vence el 5? Pague el 5 o antes... Amparadas en la libertad que les otorga el gobierno de aumentar tarifas, el plan optado que hacer creer se abonará la misma cuota al menos durante unos meses, varía sustancialmente en un abrir y cerrar de ojos.
No otorgan por escrito lo pactado y cuando se recibe la factura (no en papel), uno llama para saber por qué cambió la cuota y la respuesta es rápida: "El gobierno autorizó"... ¿Qué defensa tiene el usuario, si conoce cuando optó por un servicio pero de palabra y no avisan que está por vencer tal o cual beneficio, porque obviamente eso las habilita a cobrar el incremento... Es más, solo aclaran que si se desea continuar con el descuento, hay que comunicarlo uno o dos meses antes...
¿Qué controla Defensa del Consumidor? Si hay que aceptar a desgano, con el fin de no perder el servicio monopólico en el caso del cable, ya que está sectorizada la zona, hacia el Este una, cruzando la calle, la otra.
La excusa de cuidar el medio ambiente hizo que no enviaran más las facturas impresas a domicilio (aunque cobran por "emitirlas"). Apenas días antes del vencimiento, aparecen en el celular... Quien no lo posee, que se tome el trabajo de averiguar cuánto debe -y eso si logra ser atendido telefónicamente porque "todos nuestros agentes están ocupados en este momento... vuelva a llamar"-.
Si uno no avisa que ha abonado a un número que te pasea por opciones que te llevan a otras, recibe el llamado con voz de cualquier tonada y hasta de otro país, "recordando" que uno debe, lo que no.
Hoy, servicio de televisión por cable (existen los que no hacen descuento a jubilados), aunque sus contenidos muestren muerte, robos, chismes baratos, es la manera que tienen los adultos mayores de enterarse de peores situaciones que pasan sus prójimos, lo que no es para resignarse, pero les ayuda a hablar solos, con un conductor mal hablado que nunca sabrá quién está frente a la pantalla.
Ofrecen celulares, PC, con grandes beneficios desde una entidad bancaria, donde no cobran sus jubilaciones, importándoles nada si saben cómo usarlos.
Esta es la llamada Era de la Comunicación; ¿o pasó tan rápido, como los días entre un pago y la llegada de la próxima factura?