Pedido de sangre
Pedido de sangre
"Por este medio hago un llamado a la solidaridad y es un pedido de sangre para Sandra Villanueva (internada en el sanatorio Garay). Ella es asistente escolar del ISP 60, de San Carlos Centro, quien padece de leucemia y necesita un trasplante. Se solicitan 100 dadores de sangre, de cualquier tipo y factor. Presentarse con DNI en Medicina Transfusional Santa Fe, bulevar Gálvez 1985, ciudad de Santa Fe, de lunes a viernes, de 7 a 11 hs. Desde ya muchísimas gracias por publicar este urgente pedido".
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Montañas de tierra frente a nuestras casas
"El domingo 9 recurrimos a este espacio, para reclamarle a la Municipalidad por montañas de tierra que dejaron frente a nuestros domicilios, por una obra de entubamiento que hicieron. Los vecinos les pedimos a los operarios que no siguieran depositando tierra ahí, pero hicieron caso omiso. También la Municipalidad parece haber hecho caso omiso de nuestro mensaje publicado, haciendo este reclamo. Nada cambió. Al contrario. Es un barrial tremendo. Lo cual se complicó más aún con las últimas lluvias. Esto es en Huergo y Juan Díaz de Solís al 5700. Por favor, a quien corresponda, que venga a sacar esa tierra. Nuestro frente se ha convertido en un mamarracho, en un lodazal".
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Respuesta a reclamo
"Respecto del mensaje de un lector por una pérdida de agua en Ángel Cassanello al 900, le respondemos que no nos consta en nuestros sistemas ningún reclamo en esa altura, pero que de todos modos el personal de la empresa va a ir a verificar. Les recordamos a los usuarios las vías para realizar estas solicitudes por el canal de autogestión por mensajes de WhatsApp al 341-695-0008, o a través de la oficina virtual en www.aguassantafesinas.com.ar Muchas gracias".
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Suena la alarma
"Es de una alta muy alta preocupación lo que acontece con el río Paraná. El afluente que pasa por la laguna Setúbal, lo que sucede a la altura de Laguna Paiva y en tantos otros lugares, están haciendo sonar la alarma de una manera nunca vista. Sin embargo, advierto que nadie del gobierno ha llamado seriamente a tratar este tema. Aquí hay que tener urgentes tratativas con Brasil, todos los gobernadores, por donde pasa el río. Deberían juntarse para peticionar que ese país nos abra más las represas, porque nos vamos a quedar sin agua. A veces me pregunto qué hacen ciertos organismos del Estado, que nunca aparecen para dar por lo menos una propuesta, ante todo lo que sucede con la sequía. La laguna ya hace tiempo que se está secando, ¿o no lo ven? ¿Qué vamos a esperar?, ¿que no haya una gota de agua en el río para nutrir a nuestra ciudad de ese vital elemento? Llegado a los extremos, Brasil solo pensará en su población, no en la nuestra, y con el gobierno de Bolsonaro más aún. A mí me asusta la dirigencia política que tenemos. No sé si no tienen ideas, si no saben qué hacer, si las cosas no les salen bien o, lo peor, que no se les mueve un pelo. Es tiempo, señores gobernantes, que despierten de una buena vez".
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LLEGAN CARTAS
Reflexiones del alma y para el alma
¡Cuánto podemos aprender de la naturaleza, de los animales, de las aves...! Cuando nos detenemos a observarlas, vemos las cosas que las aves nos pueden enseñar. Podemos ver a un pequeño pichoncito, que está en el nido; que le van apareciendo las plumitas, las alas, que crece y se va, volando por los aires, y creemos que ahí termina todo. Pero no es así.
Hoy quiero contarte sobre un ave maravillosa, extraordinaria: el águila. ¿Qué nos enseña esta creatura tan grande e imponente? He investigado acerca de sus particularidades y encontré que generalmente vive entre 20 a 30 años. Hay muchas clases, pero el águila real es la especie más longeva y llega a vivir 70 años. A los 40 sus garras comienzan a perder vigor (toda su fuerza está depositada en ellas y su pico). Sucede, entonces, que cuando el águila llega a los 70 años tiene que tomar una difícil decisión: renovarse o morir.
Cumplida su séptima década, el águila real se va y sube hasta la montaña más alta. Allí hace un nido y espera unos días. Luego sale y comienza a picar y golpear fuertemente su pico contra la roca, muchas veces. De esa forma se renueva; restablece sus fuerzas. Adquiere nuevo vigor, se fortalece su vuelo. Entonces desciende y vuelve a su lugar.
¿Qué aprendemos de esta hermosa ave?
Llega un momento en nuestras vidas en que tenemos que tomar decisiones. Sea la edad que tengamos, aun siendo adultos mayores; pero hay un punto en nuestra existencia en que las circunstancias, el agotamiento, las dificultades nos llevan a tener que tomar esa decisión: o nos renovamos o morimos; o nos entregamos...
Si tomamos el ejemplo del águila y simbólicamente nos vamos a la montaña más alta: allí en las alturas, donde se encuentra el dador de la vida, de la fuerza, de la existencia, allí golpeamos fuertemente el trono de Dios, le pedimos socorro, le clamamos que nos renueve las fuerzas, las ganas, el propósito; que nos restaure interiormente, físicamente, mentalmente.
Debemos volar alto, subir con nuestro corazón y alma hasta donde está Dios, el Creador del cielo y de la tierra. Quien creó el mundo. Esto no es religión ni doctrina. Esto no tiene que ver con si voy a tal o cual iglesia. Es guiarnos, por ejemplo, por la sabiduría que tiene esa ave: subir, volar en busca de la presencia de Dios, que creó la luz y las tinieblas, el mar, la naturaleza, los seres humanos. Y como Él es el creador sabe cómo va a renovarnos, porque nos conoce profundamente.
Si estás cansado, o creés que tu vida ya no tiene más sentido (como el águila a los 70 años); o decayeron tus fuerzas; o tu corazón y mente carecen de vigor y te sentís agobiado, no importa la edad que tengas -porque a veces las circunstancias nos hacen caminar por senderos que no estaban planificados y erramos y perdemos la vitalidad- yo te invito a que hagas lo del águila: que desde lo profundo de tu corazón asciendas a las alturas y ahí, en ese lugar más alto, le pidas: "Dios renuévame, las fuerzas, la mente, el corazón, mi ser interior...", para que cuando desciendas estés libre de todo peso, y puedas seguir caminando, avanzando en tu vida.
Renuévame Dios: tú que eres la fuente de toda creación.
En este día te invito a que cierres tus ojos, allí donde estés, y que imaginariamente hagas lo que el águila, que golpea y golpea con su pico. Y que cuando más golpea, más se renueva.
Esto no es misticismo. Es la realidad. Es creer en Dios y en su hijo Jesucristo.
En el camino de la vida nos vamos desgastando, envejeciendo, desanimando, pero en Dios tenemos la posibilidad de ser restaurados completamente y seguir adelante, con la garantía en lo que se espera y la certeza de lo que no se ve. La fe y esperanza en Él.