Celia Graciela Montaño
"Señores del diario El Litoral y demás lectores. Concurro a la Escuela de Idiomas del Liceo Municipal de Santa Fe. Tengo 69 años y soy alumna desde 2016. En este momento, curso y rindo exámenes finales del décimo módulo (y último) del idioma italiano, en ese establecimiento público y gratuito, que enseña cinco lenguas extranjeras. Es un espacio de aprendizaje, multigeneracional. Manifiesto mi agradecimiento a todas las profesoras, en especial a Verónica Marín, excelente persona y destacada docente, de los tres últimos módulos cursados. A todos, mi mayor reconocimiento".
"Si hubo un tema que en verdad nos desvelara años atrás, fue la 'desaparición' del submarino ARA San Juan, que se hundiera en aguas argentinas el 15 de noviembre de 2017 con toda su tripulación: 44 submarinistas a bordo. Muchos indicios, datos de público acceso provenientes del exterior, omisiones y desmentidas ponían entonces en evidencia que buena parte de la verdad se callaba. Hoy, casi cinco años después, seguimos aguardando que toda la verdad sea dicha".
Marta Snaidero
"Recientemente 'inauguraron' obras que, al parecer, deberán ser suspendidas, por desacuerdos en coparticipación u otros barullos políticos. Me refiero a un tramo del Camino Viejo a Esperanza, Menchaca entre Gorriti y Larrea. Pasaron más de cuatro décadas, y salvo por la abrumadora cantidad de viviendas precarias y de obras encaradas por el Estado (no somos todos, es gobierno con aporte de impuestos de contribuyentes), nada cambió. Estado de Israel es una calle como muchas de la ciudad de Santa Fe, se la recorre de este a oeste, ingresando por Blas Parera. Al llegar al comienzo del viejo camino a Esperanza, la vista del ser humano se dirige hacia ambos costados y la inmundicia que no adorna veredas de políticos, se presenta multicolor en zanjones a cielo abierto. Si un infante o animal cayera en ellos, difícilmente saldría con sus huesos sanos, debido a la profundidad en que se encuentran kilos y kilos de material, con el que constantemente se pide no contaminar el medio ambiente. ¿Acaso se empezó por lo que menos se necesita? ¿Todo para justificar adónde van a parar los recursos? Señores funcionarios: quien asesora, proyecta y dirige, hagan lo prioritario, y para la 'foto', caminen sobre lo que hoy ni las aves se atreven a sobrevolar".
Asociación Parque Federal
Hace un tiempo, el Parque Federal, sobre todo la zona más próxima a La Redonda, es utilizada como estacionamiento. En estos días, una cantidad impresionante de automovilistas estacionaron sus vehículos sobre este espacio verde, sin ningún tipo de control, ni respeto.
Ante esta situación, desde la Asociación Parque Federal se pone énfasis en dos puntos son importantes:
Primero, la falta de control estatal. Sin un Estado que regule el correcto estacionamiento de vehículos motorizados, es imposible encontrar una solución inmediata. Es urgente la delimitación de la zona de estacionamiento de La Redonda y la presencia de inspectores de tránsito, para que la ciudadanía santafesina pueda disfrutar de forma segura de este espacio público.
Por otro lado, hay que apelar a la responsabilidad ciudadana, para que no se utilice el parque como un lugar de tránsito de vehículos motorizados o estacionamiento. Se recomienda circular en bicicleta o a pie, de manera tal que la convivencia sea lo más pacífica posible.
No solo se trata del cuidado del espacio verde, sino también el de una importante cantidad de especies de aves que hay que cuidar y respetar.
Estas situaciones hacen que el parque sufra un desgaste importante en sus zonas verdes, lo que significa un deterioro, no solo en su aspecto, sino en toda su biodiversidad. Además, estas acciones ponen en peligro a quienes circulan a pie o en bicicleta por allí, incluso a mascotas y también a niños que juegan en el parque.
Por estos motivos, se enviaron mensajes a distintas autoridades estatales para hacerles llegar este reclamo, que también es el de vecinos y vecinas que, con frecuencia, alertan a las redes sociales de la Asociación del mal uso del parque por parte de motociclistas y automovilistas.
La Asociación Parque Federal se encuentra en alerta y exige al Estado que tome las medidas que le corresponde, para que situaciones como éstas ya no vuelvan a suceder.
¡Queremos un parque, no un estacionamiento!
Miguel Ángel Reguera
En un día de lluvia, una mesa de un bar siempre es un buen escenario para tratar de arreglar el país. Café de por medio, con el impermeable mojado apoyado sobre una silla contigua, allí estábamos con Baigorria "el último unitario", cuando me dijo: "Somos la generación del boleto picado". "¿Cómo es eso?", le pregunté. Y el hombre, con la retórica del sofista, alegó: "Que la chance estuvo y la desaprovechamos, amigo. En este tute nos cantaron las cuarenta y no queda otra que ir a menos. Hasta que no entendamos eso y pensemos en arreglar este guiso para los que vienen, no se verá salir el sol en nuestro suelo".
Ante mi mirada ansiosa, siguió argumentando: "Hoy, aunque el sentido común y la ciencia muestren el mejor camino, las anteojeras de los intereses propios hacen que no salgamos de la ruta del fracaso colectivo. Cualquiera sabe que no se puede gastar más que lo que se tiene; que ha empeorado la distribución del ingreso; que no puede existir un sistema impositivo basado fundamentalmente en el consumo y que la inflación sirve para licuar sueldos y jubilaciones. También que los códigos de fondo nacionales son inoperantes frente a las interpretaciones de los códigos procesales que hacen los jueces en cada provincia. Hoy un amparo de un juez de paz paraliza cualquier ley del Congreso… es un desquicio".
"Siga Baigorria, siga por favor!", le dije. Tomó una cucharita y mirándose en ella como en un espejo, agregó: "Sabemos todos que hay que hacer una ley de financiamiento de la política, para terminar con el choreo para el partido y con el no podés hacer política si no tenés plata. También que la boleta única es un imperio de la igualdad democrática y que los candidatos, como su nombre lo indica, deben presentarse como en el Senado romano, cándidos, con un blanco sin máculas del pasado".
Lo vi mirar su reloj, dejar la cucharita en el platillo como marcando las doce, acomodó su pañuelo de cuello, se puso de pie, tomó el impermeable, y con tono de despedida susurró: "Ya pasó el chancho y nos picó el boleto. A usted, a mí y a toda nuestra generación. Los que tienen poder deben entender que hay que armar algo hacia adelante, asumiendo que en esta perinola todos deben perder un poco, o cada vez serán más los que se queden en el andén". El hombre se fue y me dejó enredado en sus ideas. Fue entonces cuando la voz del mozo me sorprendió: "¡Parece que está parando la lluvia, mañana estará mejor!". "Ojalá -dije yo- ojalá… la cuenta por favor!".